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domingo, 10 de mayo de 2020

Monasterio de Armenteira - Pontevedra






   El Monasterio de Armenteira está situado en Meis, concretamente en la parroquia de Santa María de Armenteira, en la Comarca del Salnés de la provincia de Pontevedra.

   Ero de Armenteira fue un caballero de la corte de Alfonso VII. Desalentado por no conseguir tener hijos, la Virgen se le apareció y le prometió una gran descendencia espiritual. Después de tomar la decisión de abandonarlo todo, fundó un pequeño cenobio en sus propias tierras junto a cuatro monjes. Cuenta la leyenda que un día salió a orar y escuchando el canto de un pájaro se quedó dormido. Cuando despertó habían pasado 200 años. Al volver no reconoció el monasterio pues había crecido y vivían allí  un gran número de monjes. Al morir Ero pasó a ser  el "abad santo"




   Cuando llegamos al Monte Castrove sorprende ver este gran monasterio cisterciense. Se accede al recinto pasando un arco. La entrada a la iglesia (XII-XIII) tiene  una portada románica y un gran rosetón, su interior también es muy sobrio como corresponde al Císter. En el altar hay una talla de madera policromada de la Virgen de las Cabezas.

   El austero claustro (XVI) sin apenas decoración tiene una bonita bóveda de estrella.




   Quedó abandonado tras la Desamortización, hasta que la Fundación Amigos de Armenteira se encargó de su restauración y conservación.

   En la actualidad hay un grupo de monjas que han devuelto la vida cisterciense al monasterio, y que regentan una sencilla hospedería asegurando descanso y tranquilidad. Son famosos los jabones que ellas mismas hacen con productos naturales y  de diferentes aromas, siendo su especialidad el que elaboran con aceite de camelia.




   Cerca de la abadía sale un camino que se conoce como Ruta da Pedra e da Agua.

   Esta senda junto al río Armenteira pasa por los ayuntamientos de Ribadumia y Meis.

   La ruta completa es de alrededor de ocho kilómetros y de dificultad baja, aunque hay algún tramo de subida un poco más complicado.




   Entre robles, castaños y pinos, escuchando el sonido del agua, se pasa junto a varios molinos utilizados hace años para moler el maíz.




   Nos pareció un lugar mágico en un entorno precioso donde  encontrarse con la naturaleza en estado puro.






                                                                                                                                                  Inma
                            

martes, 10 de marzo de 2020

Tui y el Parador





   Tui es cabecera de  la Comarca del Bajo Miño en la provincia de Pontevedra. Por su localización fue un  importante lugar estratégico en las antiguas luchas fronterizas con Portugal.




   La ciudad-fortaleza  de Tui está ubicada al borde del río. Cuenta con un hermoso paseo fluvial  y con un puerto deportivo.  En esta zona el Miño es navegable y en él se puede además practicar remo y piragüismo.




   Si paseamos por el casco histórico nos sorprenderán preciosos rincones.  La calle Entrefornos y la calle de la Soidade nos trasladarán al Medievo.  Atravesaremos el Túnel de la Misericordia en la antigua muralla. Cruzaremos por el pasadizo en el  muro del Convento de las Encerradas. Y llegaremos hasta  la iglesia de San Telmo, ejemplo del barroco portugués.









   El monumento más emblemático es la catedral. Empezó a construirse en el año 1.120 en plena época del románico. Su aspecto de fortaleza se lo proporciona el paseo de ronda de su muralla y las torres almenadas, construidas para la defensa y protección de la ciudad.




   La majestuosa entrada está enmarcada por un gran pórtico ojival con diversas escenas en su tímpano.




   En su interior destaca la Capilla de las Reliquias y el Retablo de la Expectación. Tiene un espléndido claustro gótico que es además el único conservado original en las catedrales gallegas. No debemos de dejar de subir al Torreón de los Sotomayor desde donde  se contempla un formidable paisaje.




   En esta villa pontevedresa empieza el Camino Portugués a Santiago de Compostela









   Un poco alejado del centro, pero lo suficientemente cerca de todo como para ir andando, se encuentra el Parador de San Telmo. Reproduce un pazo rural gallego y es un lugar estupendo para alojarse.




   Desde sus amplios jardines se obtiene una vista magnífica de la fortaleza de Tui. La tranquilidad de sus instalaciones asegura una estancia cómoda y agradable.




   Observando  la bonita panorámica que se tiene desde el  Parador, veremos el Puente Internacional sobre el Miño.  Podemos atravesar  este puente de hierro,  construido a finales del siglo XIX, para cruzar a Valença do Minho.




    Esta antigua ciudad fortificada tiene 4 puertas de acceso y 12 baluartes. Nos acercamos hasta aquí en busca de un restaurante que nos habían recomendado,  "La Fortaleza". Probamos dos de las especialidades, su bacalao y el cabrito asado.









   Después de hacer unas compras y de dar un paseo, volvimos a Tui para continuar disfrutando de su Parador.







                                                                                                                                                   Inma

lunes, 8 de mayo de 2017

El Albariño, Cambados y su Parador


   El municipio de Cambados, a tan sólo 25 kilómetros de Pontevedra, es una de las zonas vinícolas más importantes de España. Las viñas de albariño crecen en tierras cercanas al mar. Estas uvas autóctonas forman racimos muy pequeños y tienen un alto nivel de azúcar lo que le proporciona a este vino blanco su peculiar sabor. El  Albariño D.O. Rías Baixas es aromático y afrutado, de color amarillo brillante, de sabor suave, fresco y con un punto de acidez.

jueves, 5 de febrero de 2015

El monte sagrado de Santa Tecla (La Guardia, Pontevedra).

Este importante yacimiento se descubrió mientras tenían lugar los trabajos de construcción de una pista forestal. Las máquinas dieron de lleno con los restos de lo que parecía un poblado amurallado. Nada hacía presagiar que se tratara de uno de los hallazgos más espectaculares de la cultura celta en la Península Ibérica.

Castro de Santa Tecla

El Castro de Santa Tecla es uno de los más importantes y mejor conservados de Galicia, se compone de construcciones circulares de piedra protegidas por una pequeña muralla defensiva cuyos orígenes se remontan nada menos que al año 1900 a. de C.



Para llegar al Castro hay que acercarnos hasta La Guardia (Pontevedra) un singular pueblo de sabor marinero, tomar la carretera que asciende a la cima del monte de Santa Tecla. Tras una leve subida entre curvas y eucaliptos no tardaremos en encontrar el castro. Como carece de aparcamiento, tan solo unos pocos coches en la cuneta os aconsejo seguir ascendiendo hasta llegar a una pequeña explanada que hay un poco más arriba donde comienza un Vía Crucis y bajar al castro caminando por un sendero.



Lo primero que llama la atención del castro es el estratégico emplazamiento, un lugar elevado donde sus pobladores parece ser que buscaron más protegerse de las incursiones de sus enemigos que de la comodidad. Aunque se sabe que este castro estuvo habitado por galaicos que resultaban ser gentes más pacífica que belicosa sobreviviendo tan solo de sus cultivos y animales.


Recorriendo tranquilamente las calles que conforman el castro veremos que muchas de ellas están pavimentadas y disponen de un sistema de canalización. Las características casas circulares de piedra, muchas de ellas con un pequeño patio, aparecen agrupadas en conjuntos de varias edificaciones, normalmente de ocho casas. Una de estas viviendas ha sido reconstruida para que nos hagamos una idea del estilo de vida de los habitantes de estas tierras.


El monte de Santa Tecla es un lugar sagrado, un enclave lleno de leyendas y no solamente para los celtas. Si subimos a lo más alto del monte, nos encontramos con una pequeña ermita de estilo románico donde se encuentra la patrona de La Guardia. Junto a ella unas tiendas de recuerdos, un restaurante y un pequeño museo donde se exponen algunas piezas encontradas en el castro.

Desembocadura del río Miño

Nos despediremos desde un fantástico mirador contemplando los verdes montes gallegos a un lado y portugueses al otro allí donde el indiscutible rey de los ríos gallegos, el Miño, dice adiós antes de perderse en las frías aguas del Atlántico.

                                                                                                                                                           Rafa

lunes, 31 de marzo de 2014

La catedral de Santa María, Tui.

Cuando se contempla el exterior de la imponente catedral de Tui, nadie diría que nos encontramos frente a un templo, sino más bien ante un castillo bien preparado para la defensa con torres almenadas y troneras.

Catedral de Tui
Fue construida entre los siglos XII y XIII. Originariamente se trataba de un edificio de estilo románico y posteriormente, tras varias reformas, fue convertida al estilo gótico. Reconstruida en varias ocasiones debido a los daños sufridos por los continuos terremotos que se sucedieron en Galicia, hoy luce todo su esplendor.


He quedado junto a la escalinata de la hermosa portada gótica con un guía para que me enseñe los entresijos, me cuente su historia y me lleve por los tejados de esta impresionante catedral. Me enteré posteriormente que esta portada es la primera obra gótica realizada en la península.

Portada gótica, la primera obra en este estilo realizada en la península.

Sin embargo, aunque es la portada la que se lleva toda la atención, el interior guarda muchas sorpresas. Recorriendo sus tres naves podemos visitar las diversas capillas, la sillería del coro, la sala capitular o contemplar el órgano, uno de los mejores de toda Galicia.
Una vez recorrida la catedral, toca subir por sus escalinatas y atravesar pasillos hasta llegar a las cubiertas para andar por sus tejados. Desde las alturas se ven los todas las casas de los alrededores, las cercanas montañas portuguesas y el río Miño a su paso por Tui.

Tejados de la catedral con el rio Miño a sus pies

Después de los tejados, una visita al museo catedralicio y al claustro que fue una de las cosas que más me gustaron. Atentos a las explicaciones de nuestro guía que nos cuenta que este claustro es el único que se conserva en estado original de todas las catedrales gallegas.

Claustro medieval

Para terminar con la excursión nada mejor que perderse por las estrechas callejuelas del casco antiguo de esta antigua e histórica ciudad. Es de estructura medieval y en él abundan las pequeñas tiendas, tabernas y mesones.


Desde los jardines del Parador, llamado de San Telmo en honor del patrón de la ciudad, se obtiene una panorámica admirable de la ciudad con la catedral dominando todo el conjunto.

Vistas desde el Parador

Parador de Tui

El Parador imita la arquitectura de los pazos gallegos, rodeado de zonas verdes, es el punto de partida para explorar los paisajes montañosos y pueblos de este rincón de Galicia o disfrutar de la deliciosa cocina de la zona.

  Loli

lunes, 26 de agosto de 2013

La Carabela "La Pinta", Baiona

1 de marzo de 1493, desde la Torre del Príncipe de la fortaleza de Monterreal se avista la llegada de un navío. Es " La Pinta" una de las Carabelas de la expedición de Cristóbal Colón, capitaneada por Martín Alonso Pinzón procedente del Nuevo Continente.

  Torre del Príncipe en la fortaleza de Monterreal

La Carabela bordeó la península de Monterreal llegando a la Playa de la Ribeira, junto al castillo y a la villa de Baiona donde desembarcaron todos sus tripulantes. Baiona se convirtió así en el primer lugar del Viejo Continente en conocer la noticia del descubrimiento.
Durante unos días permaneció la carabela en este puerto. Para asombro de quien la contemplaba, junto con la tripulación llegaron alimentos, animales y plantas. Productos tan extraños que jamás se habían vistos por estos contornos. También desembarcaron unos asustadizos indígenas hallados en el nuevo mundo. Uno de ellos murió al poco tiempo de pisar tierra firme y fue enterrado junto a los muros de la fortaleza, en la conocida huerta de los Frailes. Así que Baiona es también la primera población donde fue enterrado el primer indio americano que piso suelo Europeo.


En la actualidad en Baiona, cuando llega el 1 de marzo y, coincidiendo con el primer fin de semana, se celebra la Fiesta de la Arribada. Las calles del casco antiguo se visten de medievo donde artesanos, juglares y músicos, reviven aquel hecho. De la Fiesta de la Arribada no os puedo contar nada, pues no he tenido la suerte de visitar Baiona en estas fechas. Pero sí la he visitado en agosto y he podido ver la réplica exacta de la Carabela "La Pinta", que se encuentra amarrada junto al paseo marítimo.
En su interior se representa cómo era la vida a bordo con reproducciones de figuras y los productos tan exóticos que trajeron y que ahora son tan habituales entre nosotros. No es muy grande, pero nos haremos una idea de las condiciones en las que viajaron.



Tras la visita a la réplica de "La Pinta" y un paseo por el casco antiguo de Baiona podemos deleitar el sentido del gusto en cualquier restaurante de la zona. Pero voy a enseñaros el restaurante Enxebre “La Pinta” que pertenece al Parador con cierto aire de taberna y que sólo abre en temporada de verano.


En su restaurante podremos disfrutar de una oferta muy atractiva basada en la rica gastronomía gallega con unos precios asequibles. Se puede tomar desde una buena copa de vino albariño o ribeiro con la tapa del día, hasta raciones y platos tradicionales donde no faltan pescados y mariscos.



Todo acompañado con una de las mejores vistas de las Islas Cíes y rodeado de un enclave privilegiado.

                                                                                                                                                                        Rafa

lunes, 13 de mayo de 2013

El encanto del Pazo de Oca

Galicia es una región llena de encanto que guarda en su interior muchos rincones y parajes ocultos. Hoy pasearemos por uno de esos rincones, el Pazo de Oca, uno de los más bellos de toda Galicia.

Interior del Pazo de Oca
El Pazo (palacio en gallego), se encuentra a menos de 30 kilómetros de Santiago de Compostela. En la actualidad es propiedad privada y pertenece a la Casa Ducal de Medinaceli, una de las casas nobiliarias españolas más importantes. Tan solo podemos visitar y recorrer los espléndidos jardines, el interior del Pazo se reserva para eventos.
Hay que llamar al timbre para que te abran la puerta principal. Una vez dentro y después de sacar la correspondiente entrada, un poco de historia del lugar y nos llevan al patio interior donde nos recibe una hermosa fuente de piedra. A partir de aquí el recorrido es libre.



Nos dieron un plano donde viene explicado todo el itinerario con los sitios de interés, así que accedimos al interior de sus jardines y los recorrí con tranquilidad. La piedra y el agua estarán presentes en todo nuestro recorrido, me encantó como tienen podados los setos tan bien formados y cuidados. Los jardines están llenos de senderos con hermosos rincones que invitan a sentarse y dejar pasar el tiempo. A lo largo del recorrido encontramos todo tipo de árboles y plantas, incluso también hay un huerto que todavía sigue en uso.
El Pazo de Oca tuvo su origen en una torre defensiva de época medieval. Sobre los restos de aquella construcción militar, Álvaro de Oca levantó este pazo que fue ampliado en épocas posteriores. En toda su historia ha pasado por diversas manos desde Felipe II hasta su última propietaria, la actual Duquesa de Medinaceli.

Antiguo molino de agua y estanque
Continuando con nuestro recorrido llegamos a su imagen más característica, su espléndido estanque con su antiguo molino de agua. En realidad son dos estanques rodeados de hortensias donde parecen navegar unas barcas de piedra. Los estanques se encuentran separados por un puente de granito. Otra vez la piedra y el agua en un rincón idílico que despierta nuestros sentidos.



El Pazo de Oca esta incluido en la denominada Ruta de la Camelia que nos permite conocer los jardines más emblemáticos de Galicia. Se puede permanecer en los jardines todo el tiempo que uno quiera, la visita es libre.

La piedra y el agua siempre presentes

                                                                                                                                                                                      Loli

lunes, 29 de abril de 2013

Paseo por el Monte Boi, Baiona

Aún recuerdo el estupendo paseo que recorrí en la península del Monte del Buey (Monte Boi en gallego). Se trata de un recorrido corto, muy cómodo de unos dos kilómetros que rodea la fortaleza de Monterreal por fuera de las murallas.

Paseo del Monte Boi, entre la fortaleza y el mar

Olvidándome de las prisas, como hace un día estupendo y despejado me apetece dar una vuelta, para sentir la brisa del mar cerca. Una vez que se emprende el camino, el paseante tiene oportunidad de admirar el paisaje y la inmensidad del mar. Enseguida aparecen ante nosotros dos pequeñas playas, la Concheira repleta de conchas, rodeada de rocas y la Playa de Los Frades, llamada así porque era el lugar escogido por los frailes del antiguo convento que se encontraba dentro de la fortaleza para darse sus baños.


Continuando con nuestro paseo contemplamos la silueta de las cercanas islas Estelas y Cíes, en medio del Océano Atlántico, un regalo para la vista. Las islas Cíes no se pueden dejar sin ver si estas por estás tierras. Un lugar precioso que está muy bien cuidado.



Muy conocido donde la gente aprovecha para caminar o hacer deporte, el paseo del Monte Boi es un recorrido donde las vistas y el entorno son sin duda sensacionales. La leyenda cuenta que Baiona fue fundada en el año 140 a.C por Diómedes de Etolia, hijo del mítico Príncipe Tideo, fundador de la cercana ciudad de Tui y desde entonces fue presa codiciada. Hoy en día, Baiona sigue siendo codiciada como destino turístico y vacacional.
Dando la vuelta al recinto amurallado siempre rodeado del mar, pasando bajo la torre de la Tenaza llegaremos a la playa Barbeira y junto a instalaciones del Puerto Deportivo aparece la playa de Ribeira donde termina nuestro recorrido.

Parador de Baiona junto al paseo del Monte Boi

Después del agradable paseo y un refrescante baño en la playa, llegará la exquisita gastronomía gallega y el descanso merecido en el Parador desde donde admiramos Baiona y el incansable Océano.

                                                                                                                                                                                       Rafa

lunes, 15 de abril de 2013

La Fortaleza de Monterreal y el Parador "Conde de Gondomar".

Reconozco que Baiona me cautivó nada más llegar, es una hermosa villa y uno de los destinos más atractivos de las Rías Bajas con un pintoresco casco histórico que invita a recorrerlo sin prisas. Calles empedradas, siempre animadas y rebosantes de bares y restaurantes donde degustar los exquisitos mariscos de la zona. Junto a este bello paisaje marinero se encuentra la península del Monte Boi con la antigua Fortaleza de Monterreal, una de las más bellas y antiguas de las que se conservan en España.


El recinto amurallado que podemos ver en la actualidad es fruto de sucesivas reconstrucciones llevadas a cabo durante varios siglos. Se levantó entre los siglos XI y XVII, en un punto estratégico que servía para el control y defensa de la entrada de la Ría. Parece ser que en el siglo X en este lugar ya existía un castillo.
Se puede visitar el interior de esta fortaleza que cuenta con tres puertas de acceso: la Puerta Principal es de tiempos de Felipe IV, en la segunda barrera de murallas, la Puerta del Sol, la más antigua, y la Puerta Real del siglo XVI con el escudo imperial de los Austrias. No perderse los 3 kilómetros de murallas que recorren todo el perímetro contemplando toda la hermosura de la costa. En días claros se divisa el contorno de las Islas Cíes.



Recorriendo las murallas se contempla tres de sus torres que aún se conservan: la Torre del Reloj, cuya campana avisaba a la población de los ataques enemigos, la Torre de la Tenaza, punto estratégico para la defensa del puerto o la Torre del Príncipe (utilizada antiguamente como faro). Debe su nombre a una leyenda que cuenta que en la torre estuvo encerrado un príncipe austriaco con el rostro cubierto con una máscara de hierro, encerrado de por vida. Otros aseguran que era un príncipe portugués.



Leyendas aparte, si continuas paseando por la muralla, disfrutarás de las vistas tan maravillosas que desde cualquier lugar se domina. Mientras tanto os recordaré los orígenes de Baiona que son muy remotos, sus gruesos muros de granito han visto de todo. Me encuentro muy a gusto en estos lugares que rezuman historia por sus cuatro costados y que aún perdura en el ambiente. Por aquí pasaron muchos y variados personajes como Viriato quien acudió en auxilio de sus antiguos moradores cuando estos eran acosados por los romanos. Más tarde Julio César se instaló en esta península para combatir con los Herminios (pueblo bárbaro de las islas Cíes). Por aquí paso el propio Almanzor arrasando el viejo castillo de camino a Santiago. También esta fortaleza sufrió las incursiones de piratas atraídos por sus riquezas que la asaltaban sin cesar.
Baiona se convirtió en la primera población del Viejo Continente en enterarse del descubrimiento de América. La carabela “La Pinta” bordeó la Fortaleza de Monterreal, desembarcando en la playa de la Ribeira trayendo noticias del descubrimiento de Colón. Aunque hay mucho más, estos son sólo un pequeño ejemplo de los hechos acontecidos en este lugar.


Hoy la Fortaleza de Monterreal es el Parador de Turismo "Conde de Gondomar" que se alza dentro del recinto amurallado ocupando el lugar del convento franciscano que Felipe II mandó levantar. Del antiguo convento sólo se conservan su cúpula junto a recepción y la espléndida escalera de piedra. Su construcción es una mezcla entre una fortaleza medieval y una casa señorial. En cuanto a la decoración está acorde al edificio donde abundan detalles de otras épocas. Algunas habitaciones dan a un patio interior por lo que es preferible darse un capricho y pagar un poco más para contar con hermosas vistas sobre el mar. Como si de un privilegiado balcón al Atlántico se tratara, se encuentra rodeado por un hermoso bosque de pinos. En mi opinión es sin duda uno de los mejores Paradores que he visitado. Lo tiene todo en un emplazamiento único. 



No abandonéis la zona sin acercaros a La Virgen de la Roca una estatua tallada en la piedra cuyo interior está hueco. Permitiendo así acceder y subir hasta el barco que la Virgen sostiene en su mano. Desde allí contemplaremos las magníficas vistas de Baiona y de la Fortaleza de Monterreal.



Baiona es un lugar donde se respira historia que siempre recomendaré y al que sin duda volveré.




                                                                                                                                                                        Rafa

jueves, 27 de diciembre de 2012

El Castillo de Sotomayor



En mi recorrido por tierras gallegas, descubrí esta maravillosa fortaleza que tenía tantas ganas de conocer. Se encuentra escondido en un acogedor paisaje de cultivos y pastizales, en lo alto de una ladera empinada de muy fácil acceso, muy próximo a Pontevedra, tan solo 18 kilómetros la separan de la capital.



Se construyó en el siglo XII y en su origen fue un torreón que servía para labores defensivas, paso a ser residencia de nobles. A lo largo de su dilatada historia ha sufrido importantes reformas, hasta convertirlo en lo que hoy podemos encontrarnos. Con Pedro Álvarez de Sotomayor, la fortaleza alcanza su máximo esplendor, fue su propietario durante un tiempo y uno de los nobles más famosos de Galicia, más conocido como Pedro Madruga, el apodo de "Madruga" se lo ganó porque según cuentan ajusticiaba a sus enemigos a horas muy tempranas. Su espíritu, según algunas leyendas, aún vaga por el castillo. Pero el cambio mas importante fue cuando pasa a manos del Marqueses de Armijo, quien lo transforman en una residencia palaciega, construyendo la “Galería de las Damas” y una capilla de estilo neogótico.
Junto al castillo, los herederos de los marqueses construyeron en un pequeño edificio un sanatorio que gozaba de todos los avances técnicos de su época. En la actualidad es un hotel. Ordenaron también la construcción de un enorme jardín botánico que rodea la fortaleza.




Al castillo se accede por un puente levadizo que da acceso a la plaza de armas, se puede recorrer las distintas estancias que cuentan con paneles en los que nos enseñan la historia y biografía de sus antiguos moradores. Algunas salas sirven para reuniones y otros eventos y aún se conserva la antigua capilla que hoy en día sigue en funcionamiento, se utiliza para bodas y otras celebraciones. Mientras subimos las escaleras que nos llevan a las almenas, recorremos la impresionante Galería de las Damas. Desde lo alto de las almenas se contempla las maravillosas vistas donde se pueden ver viñedos y algunos de los pueblos de los alrededores.
El jardín botánico está considerado uno de los más importantes de Galicia, con más de cien variedades de camelias, castaños de más de 800 años de antigüedad y árboles de los cinco continentes.



El lugar es realmente precioso y tranquilo, pasear por estos jardines rodeado de tanta belleza, es una sensación mágica.
Por su riqueza histórica, su emplazamiento privilegiado y su belleza arquitectónica, el castillo de Sotomayor es una de las fortalezas de Galicia más importante que se conserva.
Aunque el día era muy gris y amenazaba lluvia, disfrute mucho con esta visita.

                                                                                                                                                            Loli

lunes, 1 de octubre de 2012

Islas Cíes, "las islas de los Dioses"


Siempre que hablamos de playas tranquilas y aguas cristalinas, pensamos en rincones lejanos pero no hace falta huir tan lejos para encontrar un paraje idílico. En España, también tenemos rincones que no tienen nada que envidiar a estos lugares.


Os propongo una escapada a las Islas Cíes, situadas en el Océano Atlántico, frente a la ría de Vigo. En la Antigüedad, se las conocía como las “Islas de los Dioses” donde fenicios y cartagineses se proveían de estaño. Romanos, piratas y monjes también las habitaron. Todo un privilegio al alcance de cualquiera que hasta aquí se quiera acercar y en la que desde que se declararon Parque Nacional, siempre reina la paz y la tranquilidad. Existen restricciones de acceso, al cabo del día tan sólo pueden acceder 2.200 personas.


Para acceder a ellas no queda más remedio que ir en barco. Hay salidas desde Vigo, Baiona y Cangas. Nosotros salimos del puerto de Baiona y la travesía duró unos 45 minutos. Puedes sentarte en la cubierta desde donde puedes disfrutar de las vistas, o bien en el interior. La travesía fue bastante movidita pero mereció la pena, desde el barco se divisan las tres islas: Monteagudo, Faro y San Martiño.


Las dos primeras están unidas entre sí a través de una barrera arenosa producto de las corrientes marinas y por un dique artificial, en medio hay una laguna de gran valor ecológico, rica en flora y fauna. Ya en tierra firme, nos encontramos con la maravillosa playa de Rodas de arena blanca y fina con aguas cristalinas que te conquista en seguida. Rodeada de un paraje natural, te sentirás como estar en el paraíso, por lo menos a mi me lo pareció. Caminar lentamente descalza, sobre la arena fina y blanca, disfrutando de cada paso es una auténtica pasada porque el bañarse ya es otra cosa, el agua esta fría, pero fría para que vamos a negarlo.


La playa de Rodas fue declarada en el año 2007 por el prestigioso diario británico "The Guardian" la primera de las “diez mejores playas del mundo”.
La infraestructura turística se complementa con un par de restaurantes y un camping de aforo controlado, con objeto de evitar la masificación de visitantes y el consiguiente deterioro del entorno. Además, desde la caseta de información se pueden disfrutar de varias rutas perfectamente señalizadas donde se pueden encontrar las mejores panorámicas sobre el Atlántico y de las islas. Se hacen muy bien y no resultan nada pesadas ni difíciles de recorrer.


El Parque Nacional de las Islas Atlánticas, se vio afectado casi en su totalidad por el hundimiento del petrolero Prestige que se hundió y vertió toda su carga en las costas gallegas. Afortunadamente, a pesar de este negro episodio, las islas Cíes han vuelto a la normalidad y siguen ofreciendo un aspecto envidiable, siendo unas “Islas para los Dioses”.


En resumen, un lugar ideal para disfrutar solo, en pareja o familia en un paisaje natural, limpio y espectacular.

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2007/02/19/actualidad/1171839602_850215.html

http://www.mardeons.com/


                                                                                                                                                       Loli
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