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sábado, 20 de junio de 2020

Piran, la perla de la costa eslovena



Eslovenia es ese pequeño país europeo donde las montañas verdes y mágicos lagos viven en armonía con pintorescas ciudades de la costa adriática como Piran.


Rica en historia y edificios venecianos, Piran me pareció una ciudad encantadora donde pasear por sus estrechas calles empedradas del casco antiguo, permitiéndonos admirar las hermosas plazas, los edificios barrocos y sus casas venecianas. La República Venecia gobernó Piran durante más de 500 años y su legado se refleja en gran parte de su arquitectura.




La elegante y ovalada plaza Tartini, es un buen lugar para empezar a conocer la ciudad. Es la plaza principal de Piran y un lugar muy agradable donde rodeada de cafés, restaurantes y casas coloridas. Frente al edificio del ayuntamiento se encuentra la estatua del violinista y compositor Giuseppe Tartini, nacido en la ciudad y donde pasó su juventud.




En la misma plaza llama la atención una espléndida fachada gótica veneciana. Es una casa del siglo XV y según dicen, la construyó un comerciante veneciano para su amada, una niña de Piran. Sobre la plaza también sobresale la Iglesia de San Jorge con su campanario de más de 47 metros de altura, replica en miniatura del campanario de la Plaza de San Marcos en Venecia.




Habrá que subir los 146 escalones hasta la cima y admirar las impresionantes vistas de Piran y el mar Adriático. Solo hay que tener en cuenta que las campanas suenan cada 15 minutos.




Además del hermoso entorno, la arquitectura y las vistas al mar, en Piran también hay murallas defensivas, levantadas para detener las incursiones de los otomanos de las que se conservan siete puertas.



Un gran puerto deportivo, increíblemente pintoresco nos conduce al extremo más alejado donde se encuentra el promontorio de Punta Madonna, con un antiguo faro y la pequeña iglesia de Nuestra Señora de la Salud.




En esta zona son abundantes los restaurantes que ofrecen mariscos frescos y a lo largo de la costa los artistas han dejado su huella en la piedra caliza, con hermosas esculturas como la sirena de Piran.



                                                                                                                      Loli

domingo, 20 de octubre de 2019

El paraíso subterráneo de la Cueva de Postojna

Cueva de Postojna

La cueva de Postojna junto con Ljubljana y el Lago Bleb, es otra de las atracciones turísticas más importantes de Eslovenia. Son la más grande del mundo que están abiertas al público con un sistema de 27 kilómetros de túneles subterráneos, salas con espectaculares estalactitas, estalagmitas y otras formas inolvidables que nos dejara sin palabras.


El creador de esta maravilla natural es el río Pivka que durante millones de años, talló numerosas galerías y salas subterráneas. Hay quien dice que vista una cueva, has visto todas, he visitado varias cuevas y he de decir que la de Postojna son las mejores que he visto. ¡Absolutamente espectaculares!


Fueron descubiertas a fines del siglo XVIII y abiertas al público en 1819 desde entonces, la cueva de Postojna se ha convertido en la visita natural más notable de Eslovenia. Se recorren más de cinco kilómetros del laberinto de túneles de los cuales una parte se hará en un pequeño tren eléctrico que funciona desde hace más de 140 años, el resto habrá que explorarlo a pie.



El viaje en el tren nos conduce durante algo más de tres kilómetros al interior de la cueva aunque va bastante rápido, resulta incluso divertido. Durante el trayecto se pasa por salas subterráneas con hermosas estalactitas y estalagmitas, realmente increíbles. ¡Me encantó!




Una vez que el tren se detiene, habrá que andar por senderos bien señalizados y suficientemente anchos aunque un poco resbaladizos en algunos puntos donde iremos disfrutando de una gran variedad de formaciones calcáreas. No hay que olvidarse de llevar ropa de abrigo, incluso en verano porque la cueva es bastante fría.



Durante el recorrido podremos ver distintas salas y el símbolo más conocido de la cueva. La famosa estalagmita de un blanco radiante conocida como Brillante y junto a ella la gran columna que se llama El Gigante.



También conoceremos al famoso proteus, un tipo de salamandra ciega que vive en el agua de esta cueva y que está en peligro de extinción. El recorrido termina en una gran sala donde se celebran conciertos y otros eventos en ocasiones especiales.



En esta gran sala cogeremos de nuevo el tren que nos devolverá después de dos horas aproximadamente, de vuelta al exterior de la cueva.


                                                                                                                                                           Loli


jueves, 20 de junio de 2019

La fortaleza medieval de Liubliana


Castillo de Liubliana
Situado en la parte más elevada del casco antiguo de la ciudad, este castillo nos evoca el pequeño pueblo fortificado que fue origen de Liubliana. Levantado en el siglo XII, esta edificación medieval es una mezcla de estilos constructivos de diferentes épocas debido a las continuas ampliaciones y reconstrucciones.



Para llegar a el, tenemos dos opciones: subir caminando por un empinado sendero entre el pequeño bosque que rodea la edificación o tomar el funicular que sube hasta la base del castillo. Mi consejo, subir en funicular y bajar a pie por la colina disfrutando de los alrededores. ¡Vale la pena!





El Castillo es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Una vez en su interior, alrededor del patio podremos recorrer sus almacenes, la capilla y salas donde encontraremos audiovisuales que nos cuenta sus orígenes y varias exposiciones entre las que destacan las dedicadas a la historia de Eslovenia y un pequeño museo de títeres.





Desde lo alto de su torre se puede contemplar una bonita panorámica de la ciudad. Aunque antes de subir, nos encontraremos con las antiguas prisiones y es que la historia tumultuosa de este castillo incluye un arsenal y una prisión.





El castillo se vio severamente afectado por el terremoto de 1895, pero fue debidamente  renovado y restaurado. En la actualidad es un lugar muy agradable incluso hay una cafetería y un restaurante en el interior.





Liubliana me pareció una ciudad elegante, pequeña y un tanto tranquila que más bien parece un pueblo grande. Está todo cuidado y muy limpio donde los dragones aparecen en todas partes. Los vemos estampados en el escudo de la ciudad, grabados en las tapas de alcantarillas y, sobre todo, en las cuatro esquinas del emblemático Puente del Dragón del casco antiguo.



                                                                                                                                                            Loli
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