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domingo, 29 de junio de 2025

Argamasilla de Alba y Cervantes

 


   En la Ruta del Quijote, Argamasilla de Alba es el km. 0. La localidad está considerada el lugar de la Mancha del cual Don Quijote no quiso acordarse.



   Según la tradición popular y los datos recabados, en la rústica cueva de la Casa de Medrano estuvo prisionero Miguel de Cervantes, y fue aquí donde empezó a escribir su inmortal obra.

   Parece ser que Cervantes acudió a Argamasilla como recaudador y se le apresó por motivos fiscales, aunque también se cuenta que pudo ser por los halagos que dirigió a una dama del lugar, hermana de Don Rodrigo de Pacheco.






   “El Descubierto” es la parte inconclusa de lo que debería haber sido la entrada principal de la iglesia de San Juan Bautista, seguramente inacabada en la época por falta de recursos. En esta interesante zona se puede apreciar la forma en la que se construía este tipo de iglesias.



   En su interior las tres naves están construidas a la misma altura.  En el templo se guarda el cuadro exvoto de Don Rodrigo de Pacheco, la inscripción que aparece en él reforzaría la teoría de que Cervantes se inspiró en esta figura para crear su celebre personaje. Pudo tomarlo como ejemplo basándose en la enfermedad mental de este caballero de la villa, tomando nota de sus rasgos físicos ya que la imagen guarda un gran parecido con el universal hidalgo.





   En los jardines de la Glorieta hay esculturas de los tres personajes protagonistas de El Quijote, y paseando por las calles nos encontraremos figuras de dibujos animados realizados para la serie televisiva “Don Quijote de La Mancha”

   También se puede visitar el Pósito de la Tercia, aquí se guardaba el trigo, pan y cereales en la Edad Media.



   En la Botica de los Académicos era donde, insignes hombres de letras celebraban sus veladas cervantinas.




La visita a Argamasilla de Alba resulta muy interesante ya que el ilustre caballero andante saldrá a nuestro encuentro en cualquiera de sus rincones.



                                                                                                                                                   Inma



                                                                                                                                              

 

 

 

 

 

 

   

lunes, 9 de junio de 2025

Parador de Manzanares

 


   Situado en plena llanura manchega, el actual Parador de Manzanares fue el albergue  de carretera más antiguo de España.



   Se  inauguró en 1931, siendo el primero de una red formada por pequeños alojamientos ubicados en puntos estratégicos de las carreteras de la época.

   La localidad de Manzanares ha sido y es un gran epicentro de comunicaciones.

   El primitivo albergue se conserva  dentro del amplio espacio que ocupa el  Parador.



   A finales del siglo XX se amplió y reformó su arquitectura dándole el estilo regional de una gran casa manchega.



   Es fácilmente reconocible por su característico porche y los balcones de madera de las habitaciones.






   El Parador es un establecimiento sencillo, con una decoración clásica, un personal muy atento, y cómodas habitaciones.








   Tiene cuidados jardines con una gran explanada de césped, zona infantil y una espaciosa piscina.







   Su restaurante es conocido en la zona, por eso hay muchas personas que paran aquí a comer en ruta.



   Su típica cocina regional bien elaborada ha atraído desde siempre a  fieles clientes.






   Desde el Parador además de visitar el pueblo de Manzanares  se puede ir a  conocer localidades cercanas como Membrilla, La Solana y Argamasilla de Alba.

  También desde aquí se pueden hacer excursiones a  bonitos Parques Nacionales como el de Cabañeros, las Tablas de Daimiel y las Lagunas de Ruidera.

                                                                                                                                                            Inma

 

 

 

miércoles, 19 de marzo de 2025

Parador de Oropesa (Toledo)

 


   El castillo palacio de los Condes de Oropesa fue el primer Parador que se instaló en un monumento histórico, inaugurándose en 1930

 





    Se trata de una fortaleza formada por dos castillos unidos: el viejo y el nuevo. El primero fue erigido por los árabes, entre los siglos XII y XIII, sobre una construcción romana. El segundo fue construido en el año 1402 como residencia de los Álvarez de Toledo, Condes de Oropesa.



   En el palacio estuvieron alojados por un tiempo Carlos I y San Pedro de Alcántara.

 


   San Pedro de Alcántara, fraile franciscano, era amigo de los Condes de Oropesa y le confiaron la educación de sus hijos. En la actualidad aún se conserva la celda que ocupó el monje.

 


   



   Hemos querido volver a este bonito Parador antes de su cierre. Durante aproximadamente dos años se realizará una reforma integral, para arreglar y modernizar sus instalaciones.

    El edificio tiene dos galerías con columnas alrededor del patio y un elegante interior con artesonados.

 


    Está decorado con valiosas piezas, como arcones y grabados, objetos de cerámica, tapices, espejos y bargueños.

    Sus amplios y señoriales salones son muy cómodos, y pasar un rato en ellos resulta relajante.

    También cuenta con piscina de temporada.





 


   En el espacio del restaurante se conserva el artesonado gótico-mudéjar original.

 


   Su restaurante, con muy buena calidad y cocina, ofrece platos muy bien elaborados. El bacalao con callos y pil pil es muy original y está delicioso, la perdiz de tiro estofada a la Oropesana tiene un punto perfecto.

    En la cafetería hay una carta bien planteada para una comida o cena más rápida.

 


   El desayuno es muy variado, con muchos productos de la zona de muy buena calidad.





 


   La estancia más especial es “El Peinador de la Reina”, la habitación única que se encuentra en la torre octogonal de una de las esquinas.

 


   La suite tiene siete balcones y un salón independiente del dormitorio. Los detalles decorativos de la cama están pintados a mano, reflejando muy bien en la estancia el ambiente del antiguo palacio.




    Las personas que trabajan en él son profesionales y agradables, y da gusto lo bien atendido que está el Parador.

 Es un Parador altamente recomendable ubicado en un emblemático edificio que reúne las características que buscamos en este tipo de alojamientos, comodidad, historia, profesionalidad, calidad, amabilidad.  Seguramente después de su reforma quedará aún más fantástico.


                                                                                                                                                           Inma

 

 

 

jueves, 26 de septiembre de 2024

Fusión de Culturas y Sabores, Parador de Sigüenza

 


   Con motivo del IX Centenario de la Reconquista de Sigüenza, el Parador ha elaborado un menú con platos recuperados de la historia de esta villa medieval.



   En 1.124, tras cuatro siglos en manos islámicas, las tropas castellanas al mando del obispo Don Bernardo de Agén tomaban la alcazaba árabe. A partir de entonces se construyó el espléndido castillo que ha llegado a nuestros días.

   Árabes, judíos y cristianos dejaron su legado y costumbres. El menú lo componen ocho platos de las tres culturas mencionadas.



   Babaganoush de berenjenas en pan ácimo: un vegetal muy utilizado por islámicos y judíos. Los árabes fueron los primeros en introducir la costumbre de tomar cremas o purés. El pan ácimo no está fermentado y se mantenía bien a pesar de la humedad.

   Los ingredientes que se utilizan son: berenjenas, ajo, zumo de limón, tahine, comino, sal y aceite. Para el pan: harina integral, aceite, agua y sal.

   Burekitas sefardíes: son los entrantes servidos durante el Shabat. Están rellenos de pechuga de pollo, piñones, huevo cocido, cebolla, ajo, uvas pasas, berenjena y vino blanco.

   Buñuelos de morcilla: algo identificativo de los cristianos, ni judíos ni musulmanes podían comerlo.



   Alboronía: calabaza, calabacín, pimiento verde, tomate, berenjena, comino, ajo, cebolla, pimentón, sal y aceite.

   Almodrote de berenjenas: huevo, berenjenas, salsa de tomate, ajo, cebolla, aceite y sal.

   Olla podrida: presente ya en la Edad Media, forma parte del grupo de los guisos y cocidos. Sus ingredientes son: alubias pintas, panceta, papada y oreja adobada de cerdo, morcilla, chorizo, puerro y zanahoria.



   Cordero confitado en miel y frutos secos con cous cous de verduras: pierna de cordero deshuesada, pimienta, vinagre, miel, pasas y nueces. Para el cous cous: sémola, canela, comino, setas, zanahoria y calabacín.



   Bizcocho de harina de trigo negrillo, arrope de calabaza y helado de frutos secos: huevos, harina, azúcar, aceite, miel y calabaza.



   Resulta un menú muy completo, delicioso y original, lleno de matices y sabores diferentes. Un buen motivo para repetir la estancia en este precioso Parador, a punto de cerrar para reformarlo.

                                                                                                                          

                                                                                                                                              Inma

lunes, 29 de abril de 2024

El Parador de Toledo “Conde de Orgaz”

 


   Toledo, ciudad Patrimonio de la Humanidad, es conocida como la “ciudad imperial” por haber sido la sede de la corte del rey Carlos I.

   En el Cerro del Emperador, a 4 kilómetros del centro histórico, el Parador está ubicado en un privilegiado paraje.



   Según la Oficina de Congresos de Japón, en enero del 2022, Toledo recibió el premio por tener la “Panorámica nocturna más bonita del Mundo”






   El edificio es de estilo toledano y nada más pasar sus puertas el homenaje dedicado al Greco es patente. “De la misma manera que Tiziano es inseparable de Venecia, Rubens de Amberes, Velázquez de Madrid o Rembrandt de Ámsterdam, el Greco y Toledo son una sola cosa” Richard Kagan (Johns Hopkins University)



   Desde la terraza de la cafetería, restaurante y desde algunas de sus habitaciones, las vistas hacia “la ciudad de las tres culturas” son inigualables.

   Los meandros del río Tajo rodeando la localidad le dan aún mucho más encanto a lo que se divisa desde aquí.



   Con un ambiente acogedor el Parador tiene una gran piscina, y una cuidada decoración con vigas de madera y bonitos detalles.










   Las cómodas habitaciones, su completo desayuno, y su gran restaurante hacen de la estancia en el Parador algo realmente único.








   Toledo tiene muchísimas cosas para conocer, por supuesto destaca su catedral.

   Pero los dos lugares que más me gustan y siempre que voy visito es el cautivador Monasterio de San Juan de los Reyes, y la antigua Sinagoga Santa María la Blanca.



   El Monasterio de San Juan de los Reyes fue mandado construir por los Reyes Católicos.

   Es de estilo gótico flamígero llegado de Flandes y de estilo mudéjar desarrollado en Castilla.



   El lugar iba a ser destinado para las tumbas de los Reyes Católicos, aunque finalmente fueron enterrados en la ciudad de Granada. 

En su decoración veremos el escudo de España con el águila de San Juan Evangelista y dos leones símbolo de la realeza, junto al león y al castillo representando el reino de Castilla, las barras del reino de Aragón y las águilas coronadas del reino de Sicilia, en la parte baja los emblemas del Yugo y las Flechas caracterizando  a los reyes Isabel y Fernando.



   El claustro bajo tiene bóvedas de crucería y está adornado con figuras de santos, motivos vegetales y animales como aves y dragones. Al piso alto del claustro se accede por una escalera renacentista diseñada por Covarrubias.








 


   Construida en el antiguo barrio judío se encuentra la Sinagoga Santa María la Blanca. Tiene un sencillo exterior y un espectacular interior. 

Las paredes blancas y lisas están hechas de ladrillo, los pilares también de ladrillo están recubiertos con cemento y cal, los capiteles tienen adornos de piñas y los frisos motivos geométricos.



                                                                                                                                                Inma

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