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lunes, 8 de enero de 2024

Parador de Sos del Rey Católico (Zaragoza)

    El Parador de Sos está situado en la emblemática villa medieval donde tuvo lugar el nacimiento del rey Fernando el Católico.







  Sus empinadas calles y callejuelas son de gran belleza. Sus siete puertas dan acceso al casco antiguo con casas solariegas y edificios construidos en piedra adornados con escudos y medallones.

 


   La monumental iglesia románica de San Esteban está construida salvando el gran desnivel del terreno. Por una estrecha escalera de caracol se accede a la cripta de la Virgen del Perdón, con unas maravillosas pinturas murales, del siglo XIV, muy bien conservadas.

 







   El Parador de Sos del Rey Católico, integrado en el perfil de la villa, se ubica en un extremo de la muralla medieval. Es en un edificio noble de estilo aragonés.

    Su interior es muy amplio, con varios salones cómodos y bien decorados.

 


   Lo que más me gusta de este parador es su terraza, es un gran espacio tranquilo donde disfrutar del entorno y los atardeceres, mientras tomamos algo de su cafetería.

    También tiene una galería cubierta desde la que se divisa una preciosa estampa.







    Las habitaciones son muy acogedoras y bastante grandes, además de muy luminosas. Algunas tienen un amplio balcón  y unas estupendas panorámicas de la zona.

 


   Tiene unos magníficos jardines, también escalonados adaptándose al terreno, con rincones encantadores.


 

   Este parador tiene la gran ventaja de encontrarse ubicado muy cerca de muchos lugares de interés, por lo que desde él se pueden hacer varias excursiones por la Comarca de las Cinco Villas.

                                                                                                                                                        Inma

martes, 5 de septiembre de 2023

Beceite, Ruta del Parrizal, Teruel

 


   En  la provincia de Teruel, perteneciente a la Comarca del Matarraña, se ubica el encantador pueblo de Beceite; y en él la bonita ruta del Parrizal.



   Se trata de un sencillo recorrido  junto al curso del río Matarraña, pasando por un  precioso valle y por los cañones que va formando el agua.



   Por un estrecho camino rural asfaltado se llega a tres diferentes zonas de aparcamiento, en las que se puede dejar el coche dependiendo de lo cerca o lejos que queramos comenzar a caminar.



   Nosotros hicimos una marcha de 8 kilómetros (ida y vuelta). Poco después de comenzar llegamos a La Fenellosa.



   Sobre la pared de una roca se conservan unas pinturas rupestres que datan de la edad de bronce. Los trazos verticales y  las líneas horizontales representan  jinetes sobre animales.

   Después se pasa junto a la Cova de la Dona, y se llega al área recreativa del Pla de la Mina. A partir de aquí comienza el sendero a través de los cañones.



   Hay tramos de piedras,  sendas entre la vegetación y pasarelas de madera. Con la instalación de estas tablas  se evita pisar parte del cauce del río, con ellas se salvan desniveles y permiten el acceso a zonas más difíciles.



   Atravesando bosques autóctonos, el Parrizal es una bella ruta por un desfiladero con formaciones calizas de colores grisáceos.  Llama la atención el agua cristalina  y  el color turquesa intenso de algunos de los tramos del río.






   No debemos  marcharnos sin dar un paseo por Beceite y disfrutar de su arquitectura popular y sus portales, como el de Villanueva, San Gregorio, San Roque y del Pilar. También nos podemos acercar por el puente de piedra a la ermita de Santa Ana.



   Si buscamos algún sitio para comer, “La Antigua Posada Roda” es muy recomendable por su cocina casera y tradicional.



   En Beceite se disfruta de una vida tranquila en un lugar rodeado de naturaleza y hermosos paisajes.





                                                                                                                                                Inma

domingo, 12 de abril de 2020

Roda de Isábena



Roda de Isábena es un delicioso y apacible caserío del prepirineo aragonés cuya dilatada historia se remonta a tiempos anteriores al reino de Aragón.



Vista la calma de que hace gala este lugar, nadie diría que al abrigo de sus piedras se tomaron decisiones que afectaron a la vida de millares de personas; hoy está habitado por agricultores la gran mayoría, sin embargo, este bucólico emplazamiento estuvo frecuentado durante siglos por nobles y eclesiásticos.




Aquí se instituyó una corte que gobernó, en lo material y en lo espiritual, un extenso territorio. Roda de Isábena era ya obispado del Condado independiente de Ribagorza a mediados del siglo X y su territorio como su catedral, fueron objetos de intrigas y constantes disputas.




En Roda no sólo se nombra sacerdotes y obispos, se dispone de vidas y haciendas e incluso la ciudad amurallada de Alquézar. Además cuenta entre sus filas con un santo, San Ramón a quien en vida se conocía como Ramón Guillermo, también obispo de Roda, siendo un importante mecenas y hizo construir numerosa iglesias románicas, entre ellas la famosísima de Tahüll (Lleida).



En cuanto a la catedral, en el siglo XII se construyó la cripta donde fue enterrado San Ramón, cuyo sepulcro es una importante obra de arte. La diócesis de Roda perdió importancia a partir de la reconquista de la ciudad de Lleida en el siglo XII, momento en el cual quedó bajo el gobierno de la sede episcopal catalana que siglos más tarde ordenaron el traslado de las reliquias de San Ramón a Barbastro.





Hoy Roda de Isábena es más villa que la sede episcopal que extendía sus influencia sobre las tierras del pirineo aragonés. Es un lugar pintoresco de rancia historia y duro presente que cuenta con una bella catedral, centro espiritual del condado independiente de Ribagorza.





La villa fue varias veces devastada y de aquellos tiempos de esplendor han llegado hasta nosotros algunos restos del recinto amurallado, el Palacio Episcopal, o del Prior y la antigua catedral que aunque fue quemada durante la guerra civil española, conserva el retablo mayor del siglo XVI , considerado una de las obras más importantes del renacimiento aragonés y un bello claustro románico del siglo XII.


                                                                                                                                                           Rafa

martes, 20 de marzo de 2018

Illueca y el Papa Luna



   La localidad de Illueca se asienta en la ribera del Aranda, tierra fronteriza entre Aragón y Castilla.

   Construido sobre un espolón rocoso, el castillo del Papa Luna es uno de los emblemas de la zona.

   Coronando el edificio destaca la galería de arcos de medio punto característica aragonesa. Es una de las fachadas palaciegas más vistosas de esta Comunidad Autónoma.

jueves, 23 de marzo de 2017

El Compromiso de Caspe



   En el paraje natural denominado "Mar de Aragón" se encuentra la localidad de Caspe, formando parte del Camino Jacobeo del Ebro.

   En esta histórica villa tuvo lugar el "Compromiso de Caspe" para elegir sucesor del rey Martín I, que falleció sin heredero.

   Durante dos años hubo un ambiente de desorden y caos fomentado por 5 candidatos y sus seguidores para ver cuál era el más legítimo.

jueves, 20 de octubre de 2016

Alquézar, (al-Qasr) la fortaleza


Alquézar significa la fortaleza, y en efecto, será su castillo-fortaleza lo primero que verás cuando te acerques a esta hermosa villa aragonesa. Su privilegiado emplazamiento ha sido escenario de guerras, de conquistas e importantes batallas que tuvieron una enorme importancia en la llamada Reconquista. 

Colegiata de Alquézar
Las calles del pueblo se extienden entre pendientes que siempre conducen hacia el conjunto monumental que corona el paisaje, el castillo levantado entre los siglos XI y XII. Cuando llegues verás un doble recinto amurallado cuyo interior depara sorpresas interesantes.

Entrada a la fortaleza 

Encontrarás una Colegiata del siglo XVI que sustituyó a un templo románico anterior donde puedes ver la iglesia, parte del claustro románico, unas curiosas pinturas al fresco y hasta un pequeño museo con retablos con pintura religiosa. Aunque, en mi opinión, es el llamado Cristo de Alquézar, una bellísima talla románica del siglo XIII casi de tamaño natural, lo que más llamará tu atención.

Vistas de Alquézar desde el castillo 
Alquézar bien merece una reposada visita, un buen ejemplo de ello es su plaza, porticada y de reducidas dimensiones pero de especial belleza. Recorre sus calles empedradas y recréate con sus soportales y pórticos, sus dinteles y escudos nobiliarios, sus balconadas y chimeneas, verás que la historia se asoma en cada rincón.

Sus calles y plazas aún conservan su trazado medieval 


No te extrañes si, entre tanta piedra centenaria y discretas calles, ves pasar algún grupo de personas ataviadas con coloridos trajes de neopreno. Resulta que la villa ya no subsiste del cuidado de la tierra sino del turismo y sobre todo de los deportes de aventura que aportan mejores beneficios. Alquézar está rodeada de torrentes y, los turistas de nuestra civilización, desafían la accidentada naturaleza para deslizarse por ríos y profundos barrancos de la zona.

Alquézar se conserva en un estado excepcional 

 Iglesia de San Miguel Arcángel 

Si no eres tan aventurero existe una pequeña ruta circular muy interesante que te permitirá admirar la belleza del cañón del río Vero a través de la Ruta de las Pasarelas.

 Ruta de las Pasarelas
 
Cañón del río Vero


                                                                                                                                                           Rafa
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