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jueves, 16 de noviembre de 2023

Vitoria desde el Parador de Argómaniz

 


   Vitoria es una agradable ciudad que cuenta con un moderno diseño urbanístico pero que además mantiene un casco histórico lleno de encanto.



   En la Plaza de la Virgen Blanca, en pleno centro,  está el monumento a la Batalla de Vitoria que conmemora la lucha contra las tropas de Napoleón.



   Podemos ver la iglesia de San Miguel, la catedral neogótica de María Inmaculada, y varios palacios renacentistas como el de Escoriaza-Esquivel,  el de Montehermoso y el de Agustín Zulueta.



   Por supuesto la Catedral de Santa María es una visita imprescindible. Se inició su construcción a principios del siglo XIII.



   Para evitar su desmoronamiento por problemas de cimentación se iniciaron unas obras de restauración. Durante las visitas guiadas se puede ver la girola y algunas capillas, así como los arreglos ya realizados y las soluciones ejecutadas en los cimientos.





   El recorrido se va haciendo aún más interesante cuando se pasa por el estrecho corredor del paso de ronda. Después se  accede a la torre desde donde se disfruta de una bonita panorámica de la ciudad.





   Finalmente en el Pórtico de la Luz se proyecta un montaje audiovisual sobre las diferentes etapas por las que ha pasado esta  portada gótica.







   Paseando por las calles del Casco Medieval, conviene hacer una parada en "El Portalón". Es una antigua posada del siglo XV donde es famoso su restaurante y bar de tapas.






   La calle Eduardo Dato es la más popular de la ciudad. Estando en ella nos acercamos a ver la estatua  "El Caminante”. Y entramos en la emblemática Confitería Goya para comprar uno de sus tradicionales productos, los deliciosos bombones  "Vasquitos" y "Nesquitas".






    El Parador de Argómaniz está a tan sólo 12 kilómetros de Vitoria. El Palacio de los Larrea es un antiguo palacete de estilo renacentista con el escudo de esta familia en la fachada.



   Las habitaciones tienen grandes ventanales y resultan muy cómodas. 

   Cuenta con una elegante cafetería instalada en el soportal de la entrada principal. Desde la cafetería hay unas escaleras para subir al restaurante, el comedor es muy amplio y tiene un precioso techo de madera, aquí era donde estaba el antiguo granero de la mansión.



   Nos pareció un Parador muy cuidado, bonito, cómodo y muy tranquilo. De los que te apuntas para repetir si llega la ocasión.




                                                                                                                                                 Inma

jueves, 1 de agosto de 2019

Butrón, el castillo abandonado


Castillo de Butrón

En el término municipal de Gatika, a orillas del río Butrón se encuentra un hermoso castillo con una belleza que impacta y más bien parece recién salido de un cuento de hadas.


Este espectacular castillo fue construido sobre los restos de una antigua casa-torre y escenario de cruentas batallas entre los bandos de la nobleza de Bizkaia. Sin embargo, vio alterada su forma medieval en el siglo XIX cuando el Marqués de Cubas decidió realizar una gran reforma dejando volar su imaginación.


Aunque conserva perfectamente su antiguo aspecto del medioevo, lo que ves en la actualidad es fruto de aquella reforma, aun así, su apariencia exterior es realmente elegante. Dicen que se concibió más como pasatiempo que como lugar habitable, ya que alguna de sus estancias no tienen demasiado espacio útil.


No podrás visitar el interior del castillo pues lleva años cerrado al público e incluso a estado en venta. Ha sido utilizado como lugar para celebraciones, recepciones y en el lugar perfecto para celebrar bodas, sin embargo el alto coste de mantenimiento fue la razón para sacarlo a subasta.


Hoy solo podrás visitar su exterior, así que la visita no te llevará demasiado tiempo. Tendrás que conformarte con disfrutar de este entorno privilegiado rodeado de una exuberante vegetación que le confiere aún más melancolía al lugar pareciendo como si el tiempo se hubiera detenido definitivamente.


Si rodeas el castillo puedes admirarte con sus almenas y torres, verás como sorprende a cualquier espectador. Si has sido observador, te habrás dado cuenta por desgracia que sus paredes empiezan a cubrirse de vegetación y manchas de humedad.


Espero que este castillo de película, tenga un final feliz y encuentre pronto un nuevo propietario para que vuelva a renacer.  


                                                                                                                                                           Rafa

martes, 5 de junio de 2018

Paseo por el Monte Santiago y el Salto del Nervión

El Monumento Natural del Monte Santiago se encuentra ubicado al noroeste de la provincia de Burgos, en el límite con la Comunidad Vasca, formando prácticamente una frontera natural entre las provincias de Álava y la comarca de las Merindades de Burgos.

Cañón del Délika, Monte Santiago
De un lado nos encontraremos con un frondoso hayedo cuyos hermosos árboles llegan al límite de la plataforma de la meseta donde nos toparemos con un enorme desnivel desde el que se precipita, sólo en época de mucha lluvia, el río Nervión, formando el salto de agua más alto de la Península Ibérica y uno de los más altos de Europa con una caída de casi 300 metros. Del otro lado, el cañón del Délika y el Valle de Ayala, ya en tierras alavesas, de los que se obtienen unas vistas inmejorables desde la plataforma de Burgos.

jueves, 17 de septiembre de 2015

La Parte Vieja, de tapas por San Sebastián



   La Parte Vieja es el barrio que ardió casi al completo cuando el ejército de Napoleón se apoderó de la ciudad. En 1813, en la Guerra de la Independencia, durante el asedio de las tropas aliadas contra los franceses,  un terrible incendio destruyó San Sebastián.

   El centro de este barrio es la porticada Plaza de la Constitución, en la que los números pintados en los balcones recuerdan que fue usada como plaza de toros.


jueves, 25 de junio de 2015

"El ratón" de Guetaria - Guipúzcoa - País Vasco



   El pueblo costero de Guetaria es famoso por su puerto pesquero, uno de los mejores de Guipúzcoa, pero además es conocido por ser la villa natal del explorador Juan Sebastián Elcano y del diseñador de moda Cristóbal Balenciaga.

   El navegante Juan Sebastián Elcano fue el primero en dar la vuelta al mundo. Después de tres penosos años, Elcano y 17 hombres desembarcaron de la Nao Victoria en el puerto de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) en 1522.

   El viaje fue iniciado por el marino portugués Fernando de Magallanes al mando de 5 naves y 260 tripulantes. Tras la  muerte de Magallanes a manos de una tribu indígena, Elcano fue nombrado jefe de la expedición. Tempestades, motines a bordo, hambre, enfermedades y un sin fín de calamidades tuvieron que soportar los intrépidos marineros hasta que atravesaron por primera vez el Pacífico. Carlos I otorgó a Juan Sebastián Elcano un escudo de armas con un globo terráqueo y la frase "Primus Circumdedisti Me" (El primero en rodearme)




   En cuanto a la otra famosa personalidad nacida también en Guetaria, el modisto Cristóbal Balenciaga,  tiene un gran museo en esta localidad dedicado a él, pero que no pudimos visitar ya que estaba cerrado. Siempre es una buena excusa para volver en otra ocasión.

   Otro motivo por el que es conocida esta ciudad es el txakolí. Un vino con una cuidada elaboración perfecto para acompañar mariscos y pescados. Se produce con la uva blanca de Guetaria con denominación de origen "Getariako Txakolina".

   Dando un paseo por el Casco Antiguo resalta la iglesia de San Salvador construida entre los siglos XIV y XV. Asentada sobre un suelo rocoso, sorprende la gran inclinación que tiene el pavimento interior. El templo formaba parte de las murallas por eso se entiende que una de las calles discurra por debajo de él. Junto a San Salvador hay dos casas-torre del siglo XV que fueron levantadas para dominar la entrada a la ciudad desde el puerto.




   La población de Guetaria puede disfrutar de dos bellas playas. Gaztetape, en un litoral abierto y con bastantes olas, idónea para hacer surf; y Malkorbe una playa de aguas tranquilas desde donde se contempla el monte San Antón.

   Popularmente llamado "el ratón", el Monte San Antón es un parque natural y antiguamente sirvió como baluarte defensivo para la villa. Junto al puerto marítimo hay una senda que sube hasta el faro. Desde muchos puntos del camino se obtienen unas vistas realmente impresionantes. Al caer la tarde es el mejor momento para llegar hasta la cima, la puesta de sol es algo espectacular. El dulce olor de las higueras que nos rodeaban, las impresionantes vistas sobre Guetaria, la luz tenue del sol y la inmensidad del mar, todo ello nos proporcionó unos momentos mágicos.






                                                                                                                                                          Inma

jueves, 29 de enero de 2015

El Orfeón Donostiarra y el Museo de San Telmo - San Sebastián - Guipúzcoa

  

    En pleno centro de la ciudad, en la Parte Vieja y al pie del Monte Urgull, se encuentra el museo más antiguo del País Vasco, el Museo de San Telmo. Sus instalaciones ocupan un convento dominico del siglo XVI con un bello claustro herreriano; se le ha añadido una moderna ampliación arquitectónica donde destaca un muro vegetal. Durante la proyección del audiovisual "De convento a museo" se nos muestra la evolución de este edificio.

   Con exposiciones permanentes interactivas y exhibiciones temporales, San Telmo reúne una completa colección etnográfica sobre la historia de la sociedad vasca; se pueden ver muebles, herramientas y objetos variados; una de las salas está dedicada a los avances en tecnología recordando la aparición de la radio y televisión.

   Lo que más nos gustó fue la colección de arte que cuenta con pinturas de El Greco, Rubens, Tintoretto e Ignacio Zuloaga, y con esculturas de Chillida y Oteiza.

   El artista catalán Josep María Sert cubrió con sus lienzos la antigua iglesia del convento. Son 16 murales con una extensión de 780 metros cuadrados. Están hechos sobre un fondo metálico a base de barniz con color, en tonos ocres y dorados, representando escenas de la historia de Guipúzcoa.

lunes, 29 de diciembre de 2014

El Peine del Viento y la Bahía de La Concha, San Sebastián - Guipúzcoa



   La Bahía de La Concha es la zona más emblemática de San Sebastián, desde la llamativa barandilla que separa el paseo de la arena se contempla una de las playas urbanas más bonitas que existen.  


lunes, 9 de diciembre de 2013

La catedral de Santa María, “Abierta por Obras”.

Desde hace tiempo deseaba conocer la catedral vieja de Santa María en Vitoria. Actualmente se encuentra en pleno proceso de restauración, aunque esta circunstancia no es ningún problema, pues quien la visita tiene una oportunidad única de disfrutar y contemplar en directo los trabajos de restauración de una catedral gótica con un alto valor histórico.

Catedral de Santa María
La catedral se decidió cerrar al público en 1994, debido a los graves problemas detectados en su estructura. Eran tantos los desperfectos que incluso estuvo en peligro de derrumbamiento. Ahora, tras una larga restauración y bajo el lema "Abierto por Obras", se realizan visitas guiadas por su interior cuyo objetivo es dar a conocer la historia de la catedral, así como el proceso de restauración que se está llevando a cabo. En ella se inspiró el escritor Ken Follet para escribir su novela "Un mundo sin fin". Una escultura con su figura de cuerpo entero se encuentra situada junto a la Catedral.

Escultura de Ken Follet contemplando la catedral

Con la ayuda de un guía y provistos de un casco de seguridad, recorreremos durante aproximadamente una hora las entrañas de esta vieja catedral. Desde la cripta hasta lo más alto de la torre. Veremos la antigua necrópolis y las ultimas tecnologías que se están aplicando para mantener la catedral en pie.



Así que entre andamios, pasadizos y escaleras nos explicarán la historia de Vitoria, cuando por el año 1000 no era más que una pequeña aldea amurallada llamada Gasteiz, una de tantas que explotaban los recursos agrícolas y ganaderos de la zona.



La visita me pareció muy interesante y es tan popular que está teniendo muchísimo éxito. Eso sí, hay que reservarla con antelación. Según nos contó el guía, las obras están llegando a su fase final, aproximadamente un año. Por tanto, si queréis visitar las obras queda poco tiempo. Después la catedral lucirá el aspecto que tuvo años atrás.


Aprovechando que estamos en Vitoria, daremos un paseo por el casco histórico que conserva intacto su trazado medieval. Sus calles estrechas aún conservan los nombres de antiguos gremios de artesanos que las habitaron como Cuchillería, Herrería, Tintorería o Zapatería.



Terminaremos la visita disfrutando de sus innumerables bares y restaurantes de pinchos que hay repartidos por la ciudad. Me acerqué hata el asador Sagartoki donde me sorprendieron con una tempura de verduras y unos huevos fritos con patatas (yema de huevo envuelta en una especie de masa crujiente) ¡Realmente exquisito!

Huevo frito con patatas en el asador Sagartoki

                                                                                                                                                           Loli

lunes, 11 de noviembre de 2013

Hondarribia, la villa fronteriza.

Hondarribia ha sido durante siglos testigo fiel de numerosas batallas, donde se levantaron fortalezas y murallas para defender sus dominios. De aquellos tiempos tan remotos Hondarribia aún conserva restos que el paso del tiempo poco ha cambiado. Hoy es uno de los pueblos más hermosos de toda la costa guipuzcoana y lugar de paso obligado por su proximidad a la costa francesa.


Un paseo por su casco antiguo invita a recorrerlo con detenimiento, permitiendo disfrutar de edificios señoriales y de rincones llenos de encanto con pequeños detalles que nos harán retroceder en el tiempo. Sus plazas son lugares para la contemplación como la Plaza Mayor, la Plaza del Obispo o la Plaza de Armas, presidida por el castillo del Emperador Carlos V (Parador de Turismo). Veremos construcciones de estilos y épocas diferentes en las calles Mayor, Pampinot o San Nicolás, calles empedradas con aleros de madera y balcones de hierro forjado que ofrecen al viajero toda su hermosura. En Hondarribia encontramos palacios que tienen especial valor: el Palacio de Zuloaga que alberga la biblioteca municipal o el Palacio Eguiluz donde se hospedaron Juana la Loca y Felipe el Hermoso durante el viaje que realizaron de Flandes a Castilla.



Hondarribia está rodeada de fuertes murallas que la protegieron durante siglos, hoy en día todavía podemos contemplar y recorrer algunos de sus lienzos y baluartes. De las tres puertas de acceso a la villa que existían antiguamente tan sólo se conservan la Puerta de Santa María y la de San Nicolás.



Después de tanto paseo llega la hora de reponer fuerzas. Aunque en el casco antiguo hay muy buenos restaurantes, recomiendo acercaros al pintoresco barrio de la Marina, con sus típicas casas de pescadores y sus balcones de madera pintados en llamativos colores. En este concurrido barrio marinero está la calle de San Pedro donde podemos encontrar infinidad de bares, restaurantes y terrazas donde sin duda saciaremos nuestro apetito.
Aparte de su rico patrimonio artístico, Hondarribia es famosa por su gran oferta gastronómica. En el Parador me recomendaron "El Gran Sol", un bar de pinchos que ha obtenido numerosos premios gastronómicos. Aunque llegué a la hora del aperitivo y no cabía ni un alfiler pude hacerme un hueco y disfrutar de su elaborada cocina en miniatura. Me acerqué después a la vinoteca "Ardoka" que también me recomendaron y se encuentra en la misma calle. ¡Toda una sorpresa!



Después de comer se puede dar un agradable paseo por su maravilloso paseo marítimo viendo la desembocadura del Bidasoa y la localidad francesa de Hendaya.

                                                                                                                                                    Loli

jueves, 10 de octubre de 2013

El Palacio de los Larrea, Parador de Argómaniz

A tan solo 12 km de Vitoria se encuentra Argómaniz, una pequeña localidad que domina la llanura alavesa. Es curioso ver como este núcleo urbano está formado en su totalidad por chalets donde sobresale la iglesia y un enorme edificio, es el Parador, una construcción aristocrática vasca que perteneció a la familia de los Larrea.


El Palacio de los Larrea se levantó en el siglo XVII, aún puede verse el escudo de armas de esta familia en la fachada. Este noble edificio construido en piedra y de planta rectangular es de las pocas edificaciones vascas de este tipo que quedan en pie, puesto que muchas se destruyeron porque molestaban a muchos intereses monárquicos.


Durante la Guerra de la Independencia, este palacio renacentista se utilizó como cuartel general de las tropas francesas. En él repuso fuerzas Napoleón y se planeó el asalto a la cercana ciudad de Vitoria.


En tan privilegiado refugio yo también repuse fuerzas y he de decir que me ha sorprendido muy gratamente. En el edificio conviven en armonía la belleza de lo antiguo con las comodidades de hoy en día, en un entorno muy agradable. Cuando se construyó el Parador en 1978 se crearon dos alas nuevas donde se encuentran las habitaciones. Desde nuestra impecable y espaciosa habitación con un amplio ventanal se contemplaba el verde intenso del paisaje. El Parador me pareció de un gran nivel, muy amplio y limpio, se nota que está recientemente reformado.



En la parte más antigua de este antiguo palacio se encuentra en su planta baja la cafetería con una agradable terraza que da al jardín. En la planta superior los salones para albergar todo tipo de celebraciones y más arriba en lo que era el antiguo granero con un impresionante entramado de vigas se encuentra el restaurante. El personal de recepción siempre amable y atento nos comenta que es una auténtica obra maestra. Todo está hecho en madera, no hay nada metálico en toda la estructura, hasta los clavos también son de madera.




Salí muy satisfecha de este Parador que se encuentra en un lugar estratégico que invita al relax y al sosiego. Muy próximo a la capital alavesa y a un paso de Navarra y de la Rioja. Otra visita muy recomendable sobre todo si se viaja con niños es a la quesería Azkarra con D.O. Idiazabal. Se encuentra en Galarreta, localidad cercana al Parador. Donde durante cuatro horas nos enseñaran todo el proceso de la elaboración del queso. Es una actividad muy entretenida y amena donde dos jóvenes emprendedores nos enseñan y cuentan como se hace el queso. Incluso dejan que los niños participen.



La visita es totalmente gratuita y se puede contactar con la quesería desde el mismo Parador.

                                                                                                                                                            Loli

lunes, 23 de septiembre de 2013

Parador de Hondarribia (El Emperador)

La primera vez que viaje a Hondarribia era un día frío y oscuro de invierno, sólo fui para un día y no pude disfrutar bien de los encantos de esta antigua ciudad. Así que hace poco hice una escapadita y volví a recorrer sus calles ¡lo que no me imaginaba es que me iba a gustar tanto!

Entrada al casco antiguo de Hondarribia

En su condición de villa fronteriza fue testigo de innumerables batallas, su casco antiguo transporta al visitante a tiempos más lejanos y para descubrir los tesoros que alberga, nada mejor que alojarnos en el edificio más impresionante de la ciudad, el antiguo Castillo del Emperador Carlos V, convertido en Parador de Turismo.


Se encuentra en la parte mas alta de la ciudad, junto a la plaza de armas, lugar escogido para todo tipo de celebraciones y actos públicos. Fundado por el rey navarro Sancho Abarca en el siglo X, aún hoy mantiene su aspecto defensivo en un entorno monumental que le imprime una belleza sin igual.
Cada vez que estallaba una guerra que enfrentaba a España con Francia, Hondarribia, debido a su situación fronteriza, era la primera localidad en ser atacada por los franceses. Fue Carlos V quien le restaura y le da su aspecto actual. Sus gruesos muros fueron testigo de innumerables batallas y aún hoy en la fachada del Parador se pueden apreciar gran cantidad de impactos de balas de cañón.


Este Parador es uno de los más bonitos de la red de Paradores. Así que merece la pena entrar aunque solo sea para tomar algo en su cafetería. Pero si no estás alojado, no te dejan entrar a las zonas comunes donde se encuentra su patio y sobre todo la terraza con unas hermosas vistas de la desembocadura del Bidasoa y de la costa francesa.


Antes de ser castillo fue palacio real. Poco queda ahora de aquella zona destinada a dependencias reales que acabó reducida a escombros durante la invasión francesa. Pero el Parador ha sabido mantener aquella atmósfera con un interior magníficamente recuperado donde destaca el agradable patio cubierto de piedra y vegetación que le da un toque de romanticismo.



Entrar en el Parador es encontrarse con hermosos recovecos, adornados con armaduras, cañones y lanzas. Impresionantes salones con artesonados que aportan un aire de elegancia. Nos dieron una habitación con vistas a la bahía desde donde se veía la localidad francesa de Hendaya y de vez en cuando el aterrizaje de algún avión. El aeropuerto de Irún esta cerca pero son pocos los aviones que pasan, así que no es ningún inconveniente. El Parador no tiene restaurante, pero esto no es un problema. En los alrededores hay una gran oferta gastronómica con varias zonas de pinchos y restaurantes.




Me gustó mucho descansar en este magnífico castillo donde en su día descansaron reinas y princesas como Ana de Austria, Isabel de Borbón, Isabel de Valois o María Teresa de Austria.

                                                                                                                                                               Loli
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