Galicia es una región llena de encanto que guarda en su interior muchos rincones y parajes ocultos. Hoy pasearemos por uno de esos rincones, el Pazo de Oca, uno de los más bellos de toda Galicia.
Interior del Pazo de Oca |
El Pazo (palacio en gallego), se encuentra a menos de 30 kilómetros de Santiago de Compostela. En la actualidad es propiedad privada y pertenece a la Casa Ducal de Medinaceli, una de las casas nobiliarias españolas más importantes. Tan solo podemos visitar y recorrer los espléndidos jardines, el interior del Pazo se reserva para eventos.
Hay que llamar al timbre para que te abran la puerta principal. Una vez dentro y después de sacar la correspondiente entrada, un poco de historia del lugar y nos llevan al patio interior donde nos recibe una hermosa fuente de piedra. A partir de aquí el recorrido es libre.
Nos dieron un plano donde viene explicado todo el itinerario con los sitios de interés, así que accedimos al interior de sus jardines y los recorrí con tranquilidad. La piedra y el agua estarán presentes en todo nuestro recorrido, me encantó como tienen podados los setos tan bien formados y cuidados. Los jardines están llenos de senderos con hermosos rincones que invitan a sentarse y dejar pasar el tiempo. A lo largo del recorrido encontramos todo tipo de árboles y plantas, incluso también hay un huerto que todavía sigue en uso.
El Pazo de Oca tuvo su origen en una torre defensiva de época medieval. Sobre los restos de aquella construcción militar, Álvaro de Oca levantó este pazo que fue ampliado en épocas posteriores. En toda su historia ha pasado por diversas manos desde Felipe II hasta su última propietaria, la actual Duquesa de Medinaceli.
Antiguo molino de agua y estanque |
Continuando con nuestro recorrido llegamos a su imagen más característica, su espléndido estanque con su antiguo molino de agua. En realidad son dos estanques rodeados de hortensias donde parecen navegar unas barcas de piedra. Los estanques se encuentran separados por un puente de granito. Otra vez la piedra y el agua en un rincón idílico que despierta nuestros sentidos.
El Pazo de Oca esta incluido en la denominada Ruta de la Camelia que nos permite conocer los jardines más emblemáticos de Galicia. Se puede permanecer en los jardines todo el tiempo que uno quiera, la visita es libre.
La piedra y el agua siempre presentes |
Loli
Había visto las fotos de una amiga en este pazo, cuando las camelias llenan sus jardines.
ResponderEliminarLas hortensias y camelias son flores que me encantan. Da gusto ver tan cuidadas las plantas, parece un agradable jardín, aunque para ser completa la visita se debería poder ver el interior del palacio que seguramente también será muy bonito.
Una buena propuesta, Loli, es un lugar apacible para dar un relajante paseo.
Una lástima que no dejen visitar el pazo en su interior, pero sus maravillosos jardines ya merecen por si solos el desplazamiento. Es un sitio encantador sobre todo la zona del estanque con el molino de agua de fondo, tiene un toque romántico. Tengo entendido que en ellos se han rodado escenas de algunas películas de cine.
ResponderEliminarQué hermosura de jardines los de este Pazo. Una pena que no pueda visitarse su interior pero desde luego debe ser una delicia recorrer todas las zonas verdes rodeadas de árboles y plantas. El estanque me ha parecido espectacular y las barcas de piedra llenas de plantas le dan un toque muy original al conjunto. Una excelente propuesta para los que buscan la tranquilidad de un paseo en un entorno natural, Loli.
ResponderEliminarImpresionate lugar, me he quedado de piedra. Unos jardines preciosos, la conjunción de piedra y agua es espectacular. Me parece muy interesante lo de la Ruta de la Camelia para descubrir los jardines de Galicia. Como dices no se puede visitar el interior del pazo, pero vistos sus jardines por lo que parece ya te quedas satisfecho. Me estoy dando cuenta, por la cantidad de artículos, que Galicia tiene mucho que enseñar, es una región que sorprende por la abundancia de lugares para conocer. Unas fotos espectaculares.
ResponderEliminar