Desde hace tiempo deseaba conocer la catedral vieja de Santa María en Vitoria. Actualmente se encuentra en pleno proceso de restauración, aunque esta circunstancia no es ningún problema, pues quien la visita tiene una oportunidad única de disfrutar y contemplar en directo los trabajos de restauración de una catedral gótica con un alto valor histórico.
Catedral de Santa María |
La catedral se decidió cerrar al público en 1994, debido a los graves problemas detectados en su estructura. Eran tantos los desperfectos que incluso estuvo en peligro de derrumbamiento. Ahora, tras una larga restauración y bajo el lema "Abierto por Obras", se realizan visitas guiadas por su interior cuyo objetivo es dar a conocer la historia de la catedral, así como el proceso de restauración que se está llevando a cabo. En ella se inspiró el escritor Ken Follet para escribir su novela "Un mundo sin fin". Una escultura con su figura de cuerpo entero se encuentra situada junto a la Catedral.
Escultura de Ken Follet contemplando la catedral |
Con la ayuda de un guía y provistos de un casco de seguridad, recorreremos durante aproximadamente una hora las entrañas de esta vieja catedral. Desde la cripta hasta lo más alto de la torre. Veremos la antigua necrópolis y las ultimas tecnologías que se están aplicando para mantener la catedral en pie.
Así que entre andamios, pasadizos y escaleras nos explicarán la historia de Vitoria, cuando por el año 1000 no era más que una pequeña aldea amurallada llamada Gasteiz, una de tantas que explotaban los recursos agrícolas y ganaderos de la zona.
La visita me pareció muy interesante y es tan popular que está teniendo muchísimo éxito. Eso sí, hay que reservarla con antelación. Según nos contó el guía, las obras están llegando a su fase final, aproximadamente un año. Por tanto, si queréis visitar las obras queda poco tiempo. Después la catedral lucirá el aspecto que tuvo años atrás.
Aprovechando que estamos en Vitoria, daremos un paseo por el casco histórico que conserva intacto su trazado medieval. Sus calles estrechas aún conservan los nombres de antiguos gremios de artesanos que las habitaron como Cuchillería, Herrería, Tintorería o Zapatería.
Terminaremos la visita disfrutando de sus innumerables bares y restaurantes de pinchos que hay repartidos por la ciudad. Me acerqué hata el asador Sagartoki donde me sorprendieron con una tempura de verduras y unos huevos fritos con patatas (yema de huevo envuelta en una especie de masa crujiente) ¡Realmente exquisito!
Huevo frito con patatas en el asador Sagartoki |
Loli
Desgraciadamente no tuve ocasión de visitarla por dentro debido al estricto horario de visitas y a mi falta de previsión pero sí que pude recorrer los rincones de esta bella ciudad y comer pinchos hasta reventar en sus bares. La visita guiada de la oficina es un "must" muy recomendable pues te narran los detalles de la historia de Vitoria e incluye la entrada al Museo Fournier, el de la baraja española.
ResponderEliminarUna forma muy original de visitar una catedral, con casco sobre la cabeza. Tiene que ser curioso ver todo el proceso de restauración. Como queda poco para finalizarlo, creo que esperaré a que esté acabado para ir.
ResponderEliminarTotalmente diferente la forma de hacer y presentar los huevos fritos con patatas que probasteis. De cualquier manera están ricos, algo tan simple y tan delicioso.
Vitoria tiene un carácter especial para mí. Conocerla fue un placer conocerla tanto en sentido artístico como gastronómico. Sus grandes espacios verdes, grandes avenidas y un precioso y coqueto casco histórico conquierte a la capitla alavesa es un ciudad donde vivir es un placer. la mezcla castellana con su carácter i identidad vasca le hacen muy bien, ha cogido lo mejor de ambas y se nota en sus gentes y en su arte. La catedral no tuve tiempo de verla, no reserve con antelación, ya tengo excusa para volver, eso sí esperaré a que las obras finalicen. En cuanto a la gastronomía y los pinchos merecen mención aparte. Le dedicaría un buen rato a agasajar las virtudes de tapear por sus calles y deleitarse con el sabor y la presentación que consiguen en muchos de sus bares y restaurantes. Es todo un arte, lo recomiendo. El no poder ver la catedral fue debido a que nos dejamos llevar por el ambiente y la gran calidad de las pequeñas obras de arte culinarias que pudimos probar. Dejaros un buen rato para realizar una pequeña ruta gastronómica por Vitoria. Loli, buen artículo mezclando artes, jeje.
ResponderEliminar