En pleno centro de la ciudad, en la Parte Vieja y al pie
del Monte Urgull, se encuentra el museo más antiguo del País Vasco, el Museo de
San Telmo. Sus instalaciones ocupan un convento dominico del siglo XVI con un
bello claustro herreriano; se le ha añadido una moderna ampliación
arquitectónica donde destaca un muro vegetal. Durante la proyección del
audiovisual "De convento a museo" se nos muestra la evolución de este
edificio.
Con exposiciones permanentes
interactivas y exhibiciones temporales, San Telmo reúne una completa colección
etnográfica sobre la historia de la sociedad vasca; se pueden ver muebles,
herramientas y objetos variados; una de las salas está dedicada a los avances
en tecnología recordando la aparición de la radio y televisión.
Lo que más nos gustó fue la
colección de arte que cuenta con pinturas de El Greco, Rubens, Tintoretto e
Ignacio Zuloaga, y con esculturas de Chillida y Oteiza.
El artista catalán Josep María
Sert cubrió con sus lienzos la antigua iglesia del convento. Son 16 murales con
una extensión de 780
metros cuadrados. Están hechos sobre un fondo metálico a
base de barniz con color, en tonos ocres y dorados, representando escenas de la
historia de Guipúzcoa.
Cuando visitamos San Telmo
pudimos ver la exposición temporal llamada "Frivolité", una colección
de indumentaria del siglo XVIII según el gusto cortesano de la época. Entre las
piezas reunidas había vestidos y casacas de refinados tejidos y bordados; una original y bonita muestra del gusto
estético de las cortes europeas.
Curiosamente entramos el mismo día dos veces al museo, por la mañana para verlo y por la noche para asistir a un concierto del Orfeón Donostiarra, el famoso coro sinfónico, una de las más importantes agrupaciones amateurs del mundo.
El Orfeón se creó en 1897 y ha
obtenido numerosos premios. Esta coral contagia su pasión por la música. Cuenta
con todo tipo de voces que crean un grupo sinfónico-coral extraordinario y
actúan en festivales internacionales, certámenes y galas.
José Antonio Sainz Álvaro tuvo su
primer contacto con el Orfeón en 1974 como barítono, desde 1988 es su director.
Ópera, zarzuela, canciones populares, habaneras y melodías tradicionales,
forman parte de su amplio repertorio que se ha podido escuchar en lugares como
Berlín, París, Edimburgo, Roma, Moscú, Filadelfia, Jerusalén y también en numerosas ciudades españolas.
Sus actuaciones siempre son
brillantes, con unas interpretaciones impecables y me pareció un lujo poder
asistir a un concierto de ellos en un lugar tan especial, el Museo de San Telmo
cobraba aún mayor espectacularidad con sus voces.
Inma
Muy interesante visita a este museo y poder disfrutar tanto por la mañana como por la tarde del concierto y como bien dices, todo un lujo.
ResponderEliminarNo lo conocía, lo tendré en cuenta para visitarlo cuando vaya.
Es un privilegio poder escuchar música en una entorno tan maravilloso como el de este museo. Por lo que nos cuentas veo que me falta muchísimo por conocer de Donosti. Excelente tu recomendación, Inma.
ResponderEliminarQue interesante este museo cuyo interior me ha gustado mucho, además si puedes escuchar un concierto del Orfeón Donostiarra, la visita resulta magnífica. En mi visita a San Sebastián me dedique a pasear por sus calles y descubrir edificios impresionantes. Veo que me quedaron pendientes algunas cosillas pero tengo que volver ya que me enamoró esta ciudad.
ResponderEliminarOtro punto a favor de Donosti. Con estos nuevos alicientes aumentan las ganas de volver a esta impresionante ciudad, que tan poco conozco, la visite casi de puntillas. Un placer leerte y cmo siempre fantásticas instantáneas.
ResponderEliminar