Cuando los alumnos de la Escuela Municipal de Pintura del municipio en el que resido realizaron su viaje de fin de curso. La ciudad elegida fue París. El grupo estaba compuesto por seis adultos y catorce jóvenes de entre 11 y 19 años, en el que se encontraba mi hijo y yo que fui en condición de acompañante. Hacía tiempo que había estado en esta ciudad, pasando unas vacaciones familiares. Así que pensé que esta podía ser un buena oportunidad y me hacia ilusión volver a ver la ciudad de la luz. Pensaba que no habría cambiado mucho y merecía la pena repetir de modo que nos subimos todos al tren dirección París.
Más o menos todos conocemos de alguna forma qué se puede ver en París: La Torre Eiffel, Notre Dame o el Arco del Triunfo. Así que en lugar de centrarme en contaros solamente cosas de estos monumentos, contaré algunos consejos y lugares que visité durante los cuatro días que estuvimos en una de las ciudades más bellas y extraordinarias de Europa.
La forma más rápida y cómoda de ir ya se que es el avión, pero nosotros fuimos en tren- hotel, una forma diferente de viajar que no me defraudó en absoluto. Pues a pesar de ser un recorrido largo y un poco pesado que duro toda la noche, duermes mientras viajas. Al despertar y descorrer las cortinas descubres los hermosos paisajes y algunos pueblos franceses.
Llegamos a la estación del tren y en unos pocos minutos andando ya estábamos en el hotel junto a la PLAZA DE SAINT PAUL. Era una residencia para estudiantes y la primera impresión fue muy buena. Tras dejar las maletas, comenzamos nuestra primera jornada por la ciudad en la que nos dedicamos a ver museos, monumentos y sus principales plazas.
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| Museo del Louvre y los jardines de las Tullerías |
Encontrar un alojamiento cómodo y económico en París no es una tarea fácil. El nivel de los hoteles parisinos en la mayoría de los casos tiene poco que ver con sus altos precios. Lo más importante de un hotel en París es que esté céntrico y cercano a una boca de metro. Planificar bien las visitas para explorar una zona cada día de manera que los desplazamientos no sean muy largos. Te aseguro que 4 días de caminata llegan a pesar. Aunque ahí quien dice que la mejor opción es ir a pie a todas partes, París es enorme y resulta imposible recorrerlo todo andando. Así que el metro es el mejor medio de transporte, la forma más sencilla y rápida de moverse, muy antiguo pero muy rápido y muchas estaciones son laberínticas llegando a ser agobiantes.
Yo soy de los que planifico mucho mis rutas, pero esta vez me dejo llevar por el director de la escuela de pintura. Francés de nacimiento y el mejor guía que uno puede encontrar para descubrir esta ciudad.
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| Hôtel de Ville, el ayuntamiento |
Lo primero que visitamos fue la
PLAZA DE LA CONCORDIA. Una de las plazas más representativas de París. Aquí se dedicaban a guillotinar a la gente en tiempos de la Revolución. En ella se encuentra también el monumento más antiguo de Francia, el Obelisco de Luxor. Junto a esta plaza está el
MUSEO DE LA ORANGERIE, donde se exponen obras de: Renoir, Cézanne, Matisse, Picasso entre otros. Pero lo que más me llamó la atención de este museo fue la mítica obra Los Nenúfares, que Monet regaló a Francia para celebrar la victoria francesa en la Primera Guerra Mundial. Son un conjunto de ocho inmensos murales expuestos en dos salas ovaladas.
Hicimos un alto en el camino para recuperar fuerzas. Es fácil encontrar restaurantes con buena relación calidad-precio y para todos los gustos y paladares. Aunque nosotros preferimos comer al aire libre en los JARDINES DE LAS TULLERÍAS que me resultaron preciosos con sus paseos de tierra, rodeados de castaños a los dos lados con un pequeño estanque en el centro del jardín que va a desembocar en el de ARCO DEL TRIUNFO DEL CARRUSEL. Me sorprendió encontrar tanta gente sentada plácidamente comiendo, leyendo o simplemente tomando el sol.
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| Plaza des Vosgues |
Más tarde, fuimos a la
PLAZA VENDÔME elegante donde las haya, famosa por sus exclusivas joyerías, tiendas y el Hotel Ritz. Llegó después el turno de los
GRANDES BULEVARES con amplias avenidas y un gran ambiente. Me sorprendió encontrar tantas
galerías y pasajes abarrotados de tiendas. Vemos la
ÓPERA GARNIER, un magnífico edificio con un aspecto monumental.
EL CENTRO DE ARTE POMPIDOU con su estructura modernista y sorprendentes vistas de la ciudad desde el último piso.
Después de cenar visité uno de mis lugares favoritos la
ÎLE DE LA CITÉ. El lugar en que nació el primitivo París con la
CATEDRAL DE NOTRE DAME, una mezcla del románico y gótico. Imprescindible subir a las torres, desde las que además de gárgolas y campanas quien sabe puedes encontrar al Jorobado.
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| Basílica del Sagrado Corazón |
Comenzamos nuestra segunda jornada paseando por el
BARRIO JUDÍO. Visita a la
IGLESIA DE SAINT EUSTACHE de estilo gótico con adornos y elementos del renacimiento, destacan sus vidrieras y su impresionante órgano. En ella fueron bautizados el famoso cardenal Richelieu y Madame de Pompadour. Seguimos caminando, descubrimos muchos barrios con encanto, llenos de puestos de frutas, flores y pastelerías. Llegamos al famoso barrio más bohemio de París,
MONTMARTRE donde se encuentra la
BASÍLICA DEL SAGRADO CORAZÓN, una gran iglesia de color blanco, una pasada de construcción, mezcla de estilos entre románico y bizantino, con una gran cúpula y vistas increíbles de la ciudad al estar en los más alto. Nos acercamos a la
PLACE DU TERTRE, conocida como la plaza de los pintores por los numerosos artistas que cada día se dan cita en ella, hay que perderse por las calles disfrutando de cada rincón. Llegamos al mítico cabaret,
MOULIN ROUGE para más tarde
acercamos al
ARCO DEL TRIUNFO con su maciza estructura, mandado construir por nuestro amigo Napoleón. Desde ahí y ya en retirada nos dirigimos a los
CAMPOS ELÍSEOS, la avenida más famosa de París, abarrotada de gente. Zona totalmente comercial donde se encuentran las mejores firmas de moda y que cuenta con el récord de ser la calle más cara de toda Francia. Tomar un café o comprar cualquier cosa allí puede resultar carisimo. Ya un poco cansados de tanto andar, al caer la noche nos dirigimos en metro a disfrutar del emblema de la ciudad y uno de los monumento más visitado del mundo, la
TORRE EIFFEL. ¡Es impresionante verla iluminada de noche!
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| Catedral de Notre Dame |
En la siguiente jornada pasamos por el
HÔTEL DE VILLE, es el ayuntamiento de París. Un precioso y enorme edificio.
LA TORRE DE SAINT JACQUES, punto de partida de los peregrinos que tomaban la ruta hacia Santiago de Compostela. Visita al
MUSEO DEL LOUVRE o mejor dicho una pequeña parte de él porque es imposible verlo todo en un día. Vimos las obras más significativas y como no la famosa Gioconda de Leonardo. El propio edificio que alberga el famoso museo es digno de ver, al igual que la polémica pirámide que en mi opinión no desentona absolutamente nada. Resulto toda una satisfacción ver como los alumnos de la Escuela Municipal de Pintura han disfrutado con las obras de arte originales que ellos mismos han reproducido a lo largo del curso. Visitamos también la
ESCUELA NACIONAL DE BELLAS ARTES. La escuela de arte más grande de Francia.
Sentarse en las orillas del Sena al atardecer es todo un placer, aunque sólo sea para dar un poco de descanso a las cada vez más doloridas piernas. Es uno de los lugares más mágicos de París por el ambiente que hay allí y los preciosos puentes que cruzan el río. Imprescindible dar un paseo por el Sena, para poder ver los monumentos de la ciudad situados en las orillas. Si decides subir en el barco te recomiendo que lo hagas al anochecer pues resulta bonito por la iluminación de los edificios.
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| Río Sena |
Bien, sigamos con el paseo. LA CONCIERGERIE, la terrible y temida prisión. La famosa María Antonieta estuvo presa allí, antes de coger el camino a la guillotina. LA PLAZA DES VOSGUES una de las más bonitas y tranquilas de París. LA PLAZA DE LA BASTILLE con un moderna ópera en el lugar que ocupó la antigua prisión.
Para el ultimo día la mayor sorpresa, por lo menos a mí me impresionó. EL MUSEO DE LOS MONUMENTOS FRANCESES donde se encuentran las reproducciones a escala real de los principales monumentos del país, desde la Edad Media hasta el siglo XVIII. Donde aprendimos, entre otras cosas, a leer los pórticos de las iglesias y catedrales. Desde allí nos encaminamos a el BARRIO LATINO. ¡Todo un espectáculo pasear por esas calles llenas de tiendas y restaurantes! Es un barrio con mucho encanto, mucha actividad y alboroto. Mientras devoramos un delicioso crêpe, dulce o salado dependiendo del relleno. Hacemos tiempo para recoger las maletas y coger otra vez el tren-hotel, pero esta vez destino Madrid.
Bueno esta es mi visita de cuatro días por París. Para los que conocéis la ciudad veréis que queda mucho por ver, pero no dio tiempo para más y es que París es mucho París.
Rafa