Es uno de los lugares más espectaculares de Barcelona., no hay duda que mucha gente estará de acuerdo conmigo, junto a la UNESCO que lo declaró Patrimonio de La Humanidad en 1984. Es una obra civil que el conde Güell encargó a Gaudí que junto a varios colaboradores habituales crearon este parque que se abrió al público en 1922. No todo fue de color de rosas, el conde compró las parcelas para hacer una ciudad-jardín y le encargó el proyecto a Gaudí, pero todo fracasó y en 1914 se pararon las obras, porque las ventas de las parcelas no se habían producido, pero quedaron estas fantásticas construcciones del maestro, que por su gran belleza unos años más tarde se abrieron como parque y hasta nuestros días se mantiene como tal y es una de las referencias de la capital catalana.
Lo he visitado dos veces, la primera estuvimos poco tiempo, vimos lo básico, la entrada, la escalinata, el dragón y la plaza de la naturaleza. Vamos la típica visita de turista, rápida y escueta. Nos quedamos con ganas de más. Pero en 2009, cuando volvimos a Barcelona para un concierto, aprovechamos una mañana para conocerlo más en profundidad y recorrerlo casi en su totalidad. Fue un auténtico lujazo.
Fuimos con calma, a pesar del gran gentío que nos encontramos en la entrada, disfrutamos de esa escalinata con el dragón, no puedes dejar de mirar este conjunto por su gran belleza. Los dos edificios de la entrada del parque con esos elementos arquitectónicos típicos de Gaudí ya te reciben y te anticipan que lo que hay dentro va a ser aún mejor. Y no te equivocas según vas descubriendo más zonas quieres más y más y este te lo da.
Lo mejor es hacer un recorrido circular paseando por los viaductos que creo el arquitecto catalán, después de deleitarse con la visita de la
sala Hipóstila y de subir a la
Plaza de la Naturaleza y
sentarse en ese banco corrido y observar la magnífica vista de Barcelona que desde allí se puede ver.
Gaudí creo una serie de viaductos para salvar el desnivel y que los carruajes pudieran transitar por el lugar. Se empieza por el
Viaducto del Museo de estilo gótico, pasando por jardines, el museo de Gaudí, todo rodeado por árboles, salpicado de columnas retorcidas que invitan a pararte y paladear este buen gusto que tenía este arquitecto que es un patrimonio mundial. Es único e irrepetible. Este primer viaducto enlaza con el segunto llamado
Viaducto de las Jardineras de estilo románico que recorre la parte alta todo orientado hacia Barcelona, por lo que las vistas son espectaculares, todo el recorrido lleno de arbolado, plantas y jardines que le dan nombre. Es un placer recorrerlo, es precioso. Es muy típico encontrarte músicos por todo el lugar, tocando en grupo, solos o en pareja. Escucharles en ese entorno realza la música que tocan.
Llegando al final de esta parte alta nos encontramos con el
Turó de les tres creus, un monumento que en un principio iba a ser la capilla de la Ciudad-Jardín, pero al encontrar restos prehistóricos cambió de opinión y construyó este monumento. Desde él, las vistas hacia Barcelona, sobrecogen.
El ultimo de los viaductos es el
Viaducto del Algarrobo de estilo barroco con esas columnas en forma de ola. su conjunto enamora, es impresionante.
En conclusión recorrer este maravilla merece muchísimo la pena, sacar tiempo y dedicarle al menos dos o tres horas te dejará con una satisfacción plena. Lo recomiendo, se que cuando visitamos grandes ciudades , hay mucho que ver, pero dedicar un poco de tiempo a este lugar es un acierto seguro.
Escrito por Filustro