Debido a la constante necesidad de defender sus territorios los reyes de Portugal mandaron amurallar y fortificar varios núcleos de población en lugares estratégicos para, juntos, luchar contra el enemigo. Las llamadas "aldeias históricas" de Portugal son el resultado de estas fortificaciones a lo largo de la frontera con España en la parte central del país luso.
Este es el caso de Castelo Mendo, un pueblo que conserva el trazado medieval de sus calles, su muralla y sus cinco puertas de acceso. El lugar donde se creó la población es un enclave estudiado para defenderse de los ataques castellano-leoneses gracias al paisaje agreste que forma el río Côa, Patrimonio Mundial de la UNESCO. El rey D. Sancho II le otorgó fuero en el año 1229 ordenando levantar la primera muralla que posteriormente sería fortificada con una segunda línea defensiva que rodea el núcleo de la aldea.
La entrada a esta pequeña aldea es impresionante, con una enorme puerta, la Puerta de la Villa, flanqueada por dos torreones y dos verracos de granito a cada lado que datan del siglo I a.C.
| Puerta de la Villa |


