miércoles, 19 de marzo de 2025

Parador de Oropesa (Toledo)

 


   El castillo palacio de los Condes de Oropesa fue el primer Parador que se instaló en un monumento histórico, inaugurándose en 1930

 





    Se trata de una fortaleza formada por dos castillos unidos: el viejo y el nuevo. El primero fue erigido por los árabes, entre los siglos XII y XIII, sobre una construcción romana. El segundo fue construido en el año 1402 como residencia de los Álvarez de Toledo, Condes de Oropesa.



   En el palacio estuvieron alojados por un tiempo Carlos I y San Pedro de Alcántara.

 


   San Pedro de Alcántara, fraile franciscano, era amigo de los Condes de Oropesa y le confiaron la educación de sus hijos. En la actualidad aún se conserva la celda que ocupó el monje.

 


   



   Hemos querido volver a este bonito Parador antes de su cierre. Durante aproximadamente dos años se realizará una reforma integral, para arreglar y modernizar sus instalaciones.

    El edificio tiene dos galerías con columnas alrededor del patio y un elegante interior con artesonados.

 


    Está decorado con valiosas piezas, como arcones y grabados, objetos de cerámica, tapices, espejos y bargueños.

    Sus amplios y señoriales salones son muy cómodos, y pasar un rato en ellos resulta relajante.

    También cuenta con piscina de temporada.





 


   En el espacio del restaurante se conserva el artesonado gótico-mudéjar original.

 


   Su restaurante, con muy buena calidad y cocina, ofrece platos muy bien elaborados. El bacalao con callos y pil pil es muy original y está delicioso, la perdiz de tiro estofada a la Oropesana tiene un punto perfecto.

    En la cafetería hay una carta bien planteada para una comida o cena más rápida.

 


   El desayuno es muy variado, con muchos productos de la zona de muy buena calidad.





 


   La estancia más especial es “El Peinador de la Reina”, la habitación única que se encuentra en la torre octogonal de una de las esquinas.

 


   La suite tiene siete balcones y un salón independiente del dormitorio. Los detalles decorativos de la cama están pintados a mano, reflejando muy bien en la estancia el ambiente del antiguo palacio.




    Las personas que trabajan en él son profesionales y agradables, y da gusto lo bien atendido que está el Parador.

 Es un Parador altamente recomendable ubicado en un emblemático edificio que reúne las características que buscamos en este tipo de alojamientos, comodidad, historia, profesionalidad, calidad, amabilidad.  Seguramente después de su reforma quedará aún más fantástico.


                                                                                                                                                           Inma

 

 

 

sábado, 1 de marzo de 2025

Moguer, el Monasterio de Santa Clara – Huelva

 


   El Monasterio de Santa Clara se fundó alrededor de 1337 por Alonso Jofre Tenorio, primer señor de Moguer y Almirante Mayor de Castilla.




   En esta emblemática abadía fue donde se preparó el primer viaje de Cristóbal Colón y el descubrimiento de América.

   Su abadesa Inés Enríquez era tía del rey Fernando el Católico, por lo que pudo influir y apoyar en la corte el viaje de Colón.



   La iglesia de estilo gótico-mudéjar es de tres naves, se conserva la maravillosa sillería nazarí única en su estilo. La familia Portocarrero enriqueció con donaciones el patrimonio económico del monasterio, lo que hizo que se convirtiera en un importante centro de poder en el que profesaron mujeres de los más conocidos linajes de Castilla.



   En el templo destacan los nueve sepulcros del siglo XVI, labrados en mármol, de los Portocarrero, que convirtieron la iglesia conventual en panteón familiar.



   El fantástico Claustro de las Madres, con su arquería baja, forma parte del claustro más antiguo de Andalucía.



   La capilla “de profundis” fue el antiguo mausoleo de las clarisas, en ella se conserva un artesonado mudéjar del siglo XVI.



   En la antigua cocina del monasterio podremos ver una enorme chimenea.



   A la vuelta del intrépido viaje, Cristóbal Colón y el resto de la tripulación, en su mayoría personas de Moguer y Palos de la Frontera, pasaron su primera noche en tierra dentro de la iglesia del convento para cumplir el voto realizado en alta mar durante una tempestad, que estuvo a punto de hundir la Carabela La Niña a la altura de las Azores.







   Otro lugar imprescindible para visitar en Moguer es la Casa Museo Zenobia y Juan Ramón Jiménez.





   El museo se abrió al público después de la muerte del ganador del Premio Nobel de Literatura.



   El matrimonio donó su casa, la magnífica biblioteca, muebles y objetos personales para crear el museo. 

   Resulta una visita muy interesante en la que se pueden conocer detalles de la vida y la obra del gran poeta Juan Ramón Jiménez y su esposa Zenobia Camprubí.



   En una vitrina veremos la primera edición de “Platero y yo”, así como el telegrama original donde se le comunica la concesión del Premio Nobel.




                                                                                                                                          Inma

lunes, 17 de febrero de 2025

El Parador de Mazagón “Cristóbal Colón” (Huelva)

 


   El Parador destaca por su ubicación, se encuentra dentro del Espacio Natural de Doñana y frente al Atlántico.







   La playa de Mazagón, con su arena dorada y fina, se extiende a lo largo de kilómetros de costa.





      La estancia en este Parador resulta relajante y muy agradable.



   Las habitaciones son amplias, confortables, funcionales, y tienen terraza para disfrutar del buen tiempo que casi siempre hace por aquí.










   Cuenta con cuidados jardines, zona infantil, pista de tenis, servicio de bicicletas, y una gran piscina de temporada.







   En su restaurante se pueden probar los vinos locales, incluyendo el famoso vino del Condado.



   Tiene una exquisita gastronomía, y su restaurante está muy bien atendido con un personal muy profesional y simpático.



   Ofrecen entre otros platos, unas deliciosas gambas cristal, ensalada de bacalao, hortalizas y romescu, su tradicional guiso de fideos con caballa, el pescado de lonja cambia a diario dependiendo del mercado, perfectamente hecha la corvina y el pargo, curiosa la codorniz en reducción de vino de naranja y tomillo. 

   Tiene una sugerente carta de postres: sorbete de granada y naranja, tarta de chocolate con gominolas de kombucha, y la tarta de queso Doñana con palomitas de berries.







   El desayuno es muy completo, con buenos productos locales.

   El personal de recepción facilita cualquier información sobre rutas y excursiones.



   La iluminación de las zonas comunes me pareció muy acertada, con un montón de lámparas bonitas y  originales.






   En la zona hay casi 13 kilómetros de playas vírgenes y espacios verdes.



   Desde el Parador nos podemos acercar a ver los restos de la Torre del Loro del siglo XVI que formaba parte de un sistema defensivo.  La torre vigía se construyó en plena playa para la protección de la zona ante los ataques de piratas y corsarios.





   Este Parador tiene unas magníficas condiciones naturales entre pinos, acantilados y dunas. 

   Desde el Parador las espectaculares puestas de sol aumentan aún más la belleza del entorno.



                                                                                                                                                     Inma

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