Cádiz, por su situación estratégica,
era a finales del siglo XVIII uno de los puertos más importantes de España. Formaba
parte de las rutas comerciales internacionales, lo que hizo que la ciudad
cobrase gran auge instalándose en ella varias navieras y numerosos negocios.
Las casas de los comerciantes
tenían un patio con almacenes para guardar las mercancías, en el entresuelo
estaban los despachos donde se realizaban las actividades mercantiles y
burocráticas. La primera planta era la vivienda de los propietarios y el
segundo piso lo usaba el personal de servicio.
Sobre la azotea se levantaba la
torre que se utilizaba como mirador para controlar la llegada de los barcos al
puerto. Dependiendo de su estructura había diferentes tipos de torres, de sillón, garita, terraza y mixta.
La Torre Tavira forma parte de la
Casa Palacio de los Marqueses de Recaño (siglo XVIII) y está situada en el
casco histórico de la ciudad de Cádiz. Por su altura, a 45 metros sobre el nivel
del mar, y por su localización fue la torre vigía oficial del puerto gaditano.
Desde un torreón a otro, mediante un sistema de señales con banderas, se
avisaba de los movimientos marítimos.
