jueves, 19 de noviembre de 2015

Un paseo por el Jardín del Príncipe, Aranjuez

Una de las visitas obligadas si estamos en Aranjuez y un lugar especial para hacer una escapada desde Madrid es este hermoso espacio verde mandado crear por Carlos IV cuando aún era príncipe (de ahí su nombre). Ocupa una extensión de 150 hectáreas y, su perímetro de siete kilómetros, lo convierten en uno de los jardines más grandes de España donde pasear y disfrutar de estos días otoñales.

Puerta Principal

Destaca por su gran riqueza botánica, posee árboles de las más variadas especies muchas de las cuales fueron traídas de América por encargo de Carlos IV. Toda esta variada naturaleza se entremezcla con espaciosas calles, fuentes y estanques que hacen de este jardín una auténtica joya en su género.


  El Jardín del Príncipe es un buen sitio para pasear 

Fuente de Apolo, réplica de la original que se encuentra en la Granja de San Ildefonso 

Su contemplación es un auténtico espectáculo en si mismo, adentraos por cualquiera de los senderos que salen aquí y allá y disfrutaréis de las más variadas especies arbóreas: castaños de Indias, pinos, cipreses, plátanos bicentenarios, etc. En su espesura reside el árbol más alto de la Comunidad de Madrid, el llamado Plátano de la Trinidad, con más de 230 años de edad y 56 metros de altura. Lo encontraréis junto a la calle de la Reina.

 Ideal para dar un paseo romántico 


Otro rincón perfecto para la contemplación es el Estanque de los Chinescos, elegante y sereno, alberga unas pequeñas islas artificiales sobre las que se levantan dos templetes de estilos diferentes, uno construido por Juan de Villanueva con diez columnas de mármol verde y que en sus orígenes estuvo coronado por un dragón dorado, desaparecido durante la invasión francesa. El otro templete fue reconstruido durante el reinado de Fernando VII.

Estanque de los Chinescos

El templete Chinesco original resultó dañado durante la Guerra de la Independencia 


  Templete jónico de Juan de Villanueva 

Dejaros seducir por su frondosidad y rincones sorprendentes, donde el tiempo parece haber quedado atrapado. Por toda la zona podemos ver gran cantidad de patos, alguna oca y pavos reales, a los que habría que añadir otras muchas criaturas que pueblan el Jardín del Príncipe.

 La extraordinaria belleza de este jardín atrae a numerosos visitantes 


Luego después de la ensoñación, para recuperar el aliento, acercaos a la Casa del Labrador aunque su nombre puede llevar a engaño, no penséis que es un lugar relacionado con aperos de labranza. Se trata de un palacete construido para los monarcas Carlos IV y María Luisa de Parma.

 Casa del Labrador

De estilo neoclásico, cumplió la función de albergar las fiestas cortesanas de la época. En su interior se encuentran todos los estilos decorativos de aquellos tiempos: neoclásico, imperio, pompeyano y rococó, entre otros. De las numerosas estancias destacan la galería de estatuas y el comedor, tapizado en seda tejida con hilos de oro y plata. Quizás apreciéis también el salón de billar en el que se conserva un taco fabricado con más de diez mil piezas e incrustaciones.

El palacete estaba destinado a las fiestas de la Corte  

Entre tanta magnificencia y tanta espesura quizás habréis descubierto ya la existencia de otra edificación, la Casa de Marinos o Museo de las Falúas Reales. La existencia de este edificio proviene de cuando los reyes descansaban en Aranjuez. Durante esas temporadas se trasladaban hasta la localidad doscientos marineros cuya misión era la de atender las Falúas Reales que llevaban a los monarcas desde el Palacio Real hasta la Casa del Labrador. Las falúas utilizadas en aquellos paseos fueron restauradas y pueden visitarse en el museo.

En otoño las hojas caídas envuelven los senderos 


Pasear por el Jardín del Príncipe en estos días de otoño te produce un optimismo especial, camina despacio y simplemente disfruta de sus verdes praderas o de su alfombra de hojas doradas. Aunque he de decir que en cualquier otra estación este jardín es una auténtica delicia.


                                                                                                                                                           Rafa

5 comentarios :

  1. Curiosa información la del taco de billar, debe ser una joya. Muy buenas las imágenes tomadas a ras de suelo.

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  2. Muy buena propuesta, Rafa. Un paseo otoñal por estos jardines es muy agradable y perderse por sus caminos nos hará disfrutar de su tranquilidad rodeados de esa gran variedad de árboles.
    En este tipo de jardines y palacios (La Granja, Versalles, Nymphenburg, etc) suele haber esos lugares apartados con otras edificaciones y sus propios jardines que eran usados por los monarcas como sitios de relax o diversión.

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  3. Pasear por Aranjuez es un buen ejercicio para la mente y el cuerpo. Es en jardines como estos del Príncipe donde uno puede abstraerse de lo cotidiano y rodearse de toda la paleta de colores del otoño. Sin duda una gran propuesta antes de que avance el invierno.

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  4. Este jardín siempre me ha cautivado por su amplitud, por sus diferentes colores y por ese ambiente de serenidad que invita al paseo. Un lugar maravilloso para recorrer tranquilamente y el lugar ideal para relajarse, pasando una estupenda velada en cualquier época del año.

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  5. Estos jardines son una delicia para el visitante y en época otoñal todavía más si cabe. Lo recordaré siempre porque estuve allí al día siguiente de mi comunión en 1985, y ya con 10 añitos me quedé perplejo ante tanta belleza. Rafa gracias por traernos este rincón al blog y por recordar mi infancia. Gran trabajo, unos fotos geniales.

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