Seguro que alguna vez os habéis preguntado de dónde proviene nuestro idioma, el castellano. Pues bien, según cuentan la cuna del castellano se encuentra en este municipio de La Rioja, San Millán de la Cogolla, más concretamente en sus monasterios. Los Monasterios de Suso y Yuso fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997 por muchas razones pero sobre todo por motivos históricos y lingüísticos.
La historia nos cuenta que hace unos mil años, un monje comienza a redactar unas anotaciones en los márgenes y entre las líneas de un códice escrito en latín para su comprensión. Lo más curioso es que escribe esas anotaciones en el idioma que habla el pueblo llano en esos momentos, el romance hispánico, que más tarde evolucionó al castellano, y también en euskera medieval. Se trata del Códice Aemilianensis o "Glosas Emilianenses", que se creyó fue el primer texto escrito en castellano.
Glosas Emilianenses |
En realidad las anotaciones se hicieron en un dialecto derivado del riojano llamado navarro-aragonés y se han encontrado textos anteriores escritos en castellano en otros lugares sin embargo, por su importancia histórica y la gran cantidad de glosas (más de 1000) halladas aquí de gran valor filológico, se atribuyó a San Millán como la cuna del castellano.
Mucho antes, en el siglo V, un monje anacoreta llamado Emiliano, que al igual que su padre había llevado una vida solitaria y penitente en las montañas, se traslada a la parroquia de su pueblo natal, Berceo, como confesor por orden de su obispo. Allí es acusado de malversación por sus hermanos frailes y decide volver a su retiro a los alrededores de su pueblo, a una cueva en el valle de Suso, como eremita. En torno a él va formándose una comunidad de fieles que le consultan y veneran por su sabiduría. A su muerte con más de cien años deciden fundar el monasterio de San Millán de la Cogolla en su honor dando así también nombre a este lugar (Millán o Emiliano proceden del latín Aemilianus) que por aquel entonces pertenecía al Reino de Navarra, San Millán de la Cogolla.
Monasterio de Suso |
Desde el punto de vista histórico el monasterio de Suso o de arriba del siglo VI, está ubicado en el emplazamiento original de la cueva donde San Millán se retiró y en la que fue enterrado posteriormente en una tumba excavada en la roca. Sus restos fueron trasladados al monasterio de Yuso más tarde. El actual monasterio de Suso consta de dos cuevas, en la más antigua se situaría la celda y el oratorio del monje. La exterior, más amplia, del siglo X, se debe a la necesidad de un lugar de reunión fundándose un monasterio construido en estilo mozárabe pero que conserva muros y arcos visigodos. Este templo fue incendiado por Almanzor en el año 1002 perdiéndose para siempre la decoración pictórica de sus muros.
Poco después se reconstruye y amplía el monasterio añadiendo dos arcos más de medio punto a los ya existentes de herradura y orientando el altar al este.
Cenotafio de San Millán |
Se accede al monasterio por una puerta de herradura para encontrarnos con los sarcófagos de los siete infantes de Lara y de las reinas navarras en la galería. Desde aquí se pasa al espacio más grande y con mayor altura para después entrar a la parte más antigua de la construcción, la segunda cueva.
Se trata del oratorio donde se ubica el cenotafio de San Millán, fechado en el s. XII, un sarcófago de alabastro oscuro que representa la imagen del santo vestido con ropas visigodas y en cuyos laterales se narran escenas de la vida y milagros a él atribuidos. Enfrente se sitúa un altar con tres cavidades excavadas en la roca.
El primer poeta de la lengua castellana, Gonzalo de Berceo, recibió en su niñez educación en este monasterio ya que era natural del mismo pueblo que San Millán y fue en la biblioteca del monasterio de Yuso donde escribió en el siglo XIII sus primeras obras sobre vidas de santos como San Millán y Sto. Domingo de Silos.
Para la visita a los monasterios de San Millán de la Cogolla es necesario reservar día y hora en la oficina de información pues ambos edificios son independientes. Además no se puede acceder al monasterio de Suso con vehículo privado. Es necesario usar el bus que sale del aparcamiento de la central de reservas, situada a pocos pasos del monasterio de abajo que cuenta con un amplio aparcamiento gratuito para vehículos y todo tipo de servicios.
Tan sólo 2 km. separan el monasterio de Suso del de Yuso. Este último fue mandado construir por el rey García Sánchez III de Navarra, el de Nájera, que era muy devoto de San Millán, en el siglo X con el fin de trasladar allí los restos del santo. Hasta los inicios del s. XII coexistieron los dos monasterios de manera independiente pero más tarde queda sólo la comunidad de monjes benedictinos del monasterio de Yuso que aún permanecen allí tras catorce siglos.
Portada de acceso al monasterio de Yuso |
Desde el punto de vista artístico el monasterio de Yuso fue construido en el estilo románico de la época aunque en el s. XVI es demolido por completo y vuelto a levantar en estilo herreriano. Nos recibe un grandioso patio en el que se hallan a un lado la hostería y al otro, una impresionante puerta barroca adornada con un relieve de San Millán a caballo. Accedemos al Salón de los Reyes presidido por cuatro retratos de los reyes fundadores del monasterio. En este lugar se expone una reproducción de las famosas Glosas Emilianenses, concretamente el folio 72 del códice 60 que contiene el fragmento más largo anotado en el margen derecho. En la escalera real podemos apreciar los escudos de Castilla.
Puerta de acceso a la iglesia |
Claustro procesional |
Salimos al monumental claustro procesional de estilo renacentista con bóvedas góticas y arcos apuntados en el que hallamos la puerta decorada al estilo manierista que comunica con la iglesia. Sin embargo esta decoración no pudo llevarse a cabo en el resto del claustro bajo por falta de fondos, una verdadera lástima, a juzgar por la belleza de la puerta. Por contra el claustro alto es de estilo clasicista con columnas toscanas y capiteles ornamentados.
La iglesia de tres naves tiene un tamaño bastante grande a pesar de que fue pensada en un principio para uso exclusivo de los monjes. Por esta razón está dividida en dos partes separadas por el trascoro que era el lugar donde se situaba el pueblo llano a escuchar misa. Aquí se halla el arca relicario con los restos de San Millán que fue bellamente revestido con láminas de metales y piedras preciosas. Una pena que fueran expoliadas por las tropas francesas en el siglo XIX.
Sin embargo, sí que se conservan trece de los 22 marfiles originales del siglo XI sobre la vida de San Millán de estilo románico que adornaban el arca y otros de la misma serie de la vida del abad D. Blas y del escriba D. Munio.
La sacristía, que en un primer momento fue la sala capitular, tiene un elevado valor artístico por la decoración al fresco de sus techos del siglo XVII. Las mesas centrales son espléndidas y completa la decoración una colección de doce cobres sobre cajonería de madera de nogal. En el retablo una imagen de Nuestra Sra. Reina de los Ángeles.
Sacristía |
Por último el monasterio de Yuso posee una destacable colección de cantorales del siglo XVII, enormes libros que pesan más de 40 kg. realizados a mano en pergamino, obtenido de la piel de más de 2000 vacas, así como varios facsímiles e importantes códices como el nº 46, una especie de diccionario enciclopédico del año 964 que comprende unos 20.000 términos.
Si aún no os ha quedado clara la importancia que los monasterios de San Millán tuvieron en nuestra lengua, os recomiendo que visitéis este histórico lugar en el corazón de La Rioja.
Susana
Hola,
ResponderEliminarAcabo de descubrir vuestro blog y me parece interesante. Lo he puesto entre mis favoritos. Os dejo el mío, por si os queréis pasar :)
http://niestoynisemespera.blogspot.com/
Mira hasta donde ha llegado lo que se llamaba “romance hispánico”, el español es el segundo idioma más hablado del mundo ¡!
ResponderEliminarPreciosa zona e interesantes visitas las de ambos monasterios. Me sorprendió el de Suso por sus cuevas, el oratorio y los altares excavados en la roca.
Desde aquí hay un agradable paseo hasta el Monasterio de Yuso. Por cierto, ¿qué hace ese chico subido a la hornacina de la portada barroca de acceso a este emblemático lugar? Luego nos gusta encontrar los monumentos históricos cuidados, pero mientras haya gente así, que no respeta nuestro patrimonio, malamente lo conseguiremos.
Muy interesante e imprescindible tu artículo, Susana.
Impresionantes y grandiosas edificaciones que albergan mucha historia contenida tras sus muros. Se encuentran en un paraje excepcional un lugar precioso con unas vistas privilegiadas. Me gustaron mucho los dos monasterios, especialmente el de Suso, un lugar cargado de magia donde enseguida te sientes inmerso en su historia.
ResponderEliminarHace años que visité estos dos monasterios y recuerdo el frío que pasé, aunque esto no impidió que pudiese admirar estas dos maravillas y su maravilloso entorno.Tiene razón Inma, no me había fijado en la hornacina y ese niño que pasa totalmente desapercibido.
ResponderEliminarUn buen trabajo Susana sobre la cuna del castellano.
Un lugar imprescindible si visitas tierras riojanas y un referente de nuestra lengua, el castellano. Gran trabajo Susana, se nota que el tema de la filología te gusta y lo has plasmado muy bien. Leerte siempre es muy instructivo y ameno. Enhorabuena.
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