A pesar de los terremotos, incendios y
bombardeos que han arrasado Japón a lo largo de la historia, siempre ha
resurgido, y ha sido incluso capaz de convertirse en una potencia económica de
las más fuertes del mundo. Después de la Segunda Guerra
Mundial, Japón creció con más ímpetu hasta llegar a ser un gran país. Esto ha
sido posible porque tiene una población
bien organizada, con un gran sentido de la responsabilidad, que trabaja duro
pensando en el bienestar general, además de contar con una poderosa y avanzada
industria. Tokio, la capital de Japón,
es la ciudad más moderna del país, es inmensa, cosmopolita y con una intensa
actividad a todas horas.
Es un lugar, a pesar de lo que puede parecer al
principio, fácil para el turista,
contando con una red de tren y metro con
un funcionamiento impecable, es el sitio donde he visto mayor
puntualidad en sus estaciones, la mejor
y más rápida forma de desplazarse, y no me extraña que sean famosos sus trenes
bala.
Ginza es uno de los muchos
distritos comerciales de Tokio, con animadas calles siempre llenas de gente,
con muchos comercios y tiendas de alto nivel de famosas marcas. En esta zona
está el edificio Sony, donde tienen sus últimos productos e incluso los que aún
no han salido al mercado, siempre tienen algún tipo de exposición y juegos
virtuales, con lo que está lleno de gente desde que abren hasta que cierran.
Por estas calles está el Teatro Kabuki, en un bonito y muy decorado edificio.
Las representaciones de Kabuki son realizadas exclusivamente por hombres,
especializándose alguno en papeles femeninos. Es el tipo de teatro
tradicional japonés, con un repertorio
de relatos históricos o de temas populares, en los que se combina danza y
dialogo con una cuidada entonación.
Estas escenificaciones siempre van acompañadas de música, utilizándose
instrumentos tradicionales, como por ejemplo el shamisen, que es parecido a un
laúd.
En la zona de Shibuya se
encuentra la famosa plaza que cruzan miles y miles de personas al día. Con
muchas intersecciones en sus avenidas y en diferentes direcciones, está
controlada por múltiples semáforos que permiten el cruce ordenado de tanta
cantidad de gente. Merece la pena pararse aquí un rato para verlo, incluso
atreverse a cruzar.
En este distrito como en otros,
Shinyuku, Akihabara o Harajuku, hay complejos de edificios con montones de
tiendas, cafés, clubes, restaurantes, galerías de arte y zonas de ocio. Hay
grandes comercios de aparatos electrónicos de última tecnología y tiendas
especializadas en fotografía y sonido. En las fachadas de sus modernos
edificios hay grandes anuncios luminosos y gigantes pantallas de video con
proyecciones. En Shinyuku está el edificio más alto de la capital, las oficinas
del Gobierno Metropolitano de Tokio, un lugar que atrae a muchos visitantes.
La lonja Tsukiji es el mercado de
pescado más grande del mundo, tiene más de 450 tipos diferentes de pescados.
Hay que madrugar mucho para ir a verlo, la actividad comienza a las 5 de la
mañana y es muy curioso asistir a una subasta, incluso se puede comenzar el día
con un tempranero desayuno a base de pescado, una mercancía más fresca de
encontrar y probar, es imposible.
Asistir a un espectáculo de sumo es algo inenarrable. El sumo es la lucha tradicional japonesa, una antigua forma de combate. Se organizan en el estadio de sumo Ryogoku Kokugikan de Tokio, y en los centros deportivos de las ciudades de Osaka, Fukuoka y Nagoya.
Son unos torneos rodeados de grandes rituales, rocían el ring con puñados de sal, se agachan y se miran fijamente antes de comenzar el enfrentamiento. Los luchadores son inmensos, con una fuerza descomunal y durante la pelea respetan unas complicadas normas. Es algo que levanta siempre mucha expectación entre los japoneses.
En el centro de Tokio está el Palacio Imperial, donde reside el emperador y su familia. Es un enorme recinto rodeado de un foso y grandes muros. Sólo se puede acceder a él dos días al año, el 2 de enero y el 23 de diciembre, para celebrar el cumpleaños del emperador.
Tuve la gran suerte de estar allí en estas fechas y poder entrar. El montaje y la organización eran increíbles. En una enorme avenida había numerosas vallas y accesos con policías que controlaban la entrada de millares de personas. Entre la marea de gente que allí había se encontraban familias enteras, mayores, adolescentes, parejas con niños pequeños y todos llevaban con orgullo banderas de su país. Tengo que reconocer que ha sido la vez que mejor he visto organizado un acontecimiento con tanta multitud. Reporteros de varias cadenas de televisión y cientos de periodistas cubrían la noticia, rodeados de grandes medidas de seguridad.
En la explanada del jardín,
frente a la galería acristalada del palacio, se iban juntando parte de los asistentes
para esperar la salida de la familia imperial, y las palabras de saludo y
agradecimiento del emperador. Esto se repetía varias veces a lo largo de la
mañana para que todas las personas que estaban esperando entrar al recinto
pudieran felicitar al emperador y ver a su familia. Fue impresionante y me
encantó poder asistir.
La isla de Odaiba está en la bahía de Tokio y se llega a ella desde la estación de Shimbashi. El Yurikamome es una línea de tren sin conductor, es divertido entrar en estos modernos vagones y no ver a nadie que los conduzca, hay unos inmensos ventanales para disfrutar de las vistas durante el trayecto.
Una vez en la isla hay varias zonas de ocio con construcciones nuevas muy originales, como el edificio Fuji, con una esfera en lo alto desde donde hay un mirador para ver desde aquí las impresionantes vistas de Tokio. También nos encontramos con una réplica de
Venus Fort son unos grandes
almacenes con una recargada decoración y tiendas exclusivamente para mujeres.
Una de las salas de exposiciones de la marca japonesa Toyota tiene en la isla
un gran pabellón, Toyota Mega Web, donde se pueden ver sus últimos modelos de automóviles,
coches eléctricos e híbridos, y algún divertido robot.
Un millón de personas acude durante el fin de semana a Roppongi Hills, es como una ciudad dentro de la propia ciudad. Es una gran zona de ocio, con personas de lo más variopintas. En
También hay una panorámica impresionante, sobre todo por la noche, desde la plataforma de
A este templo acudimos el 31 de diciembre. Los japoneses no celebran las fiestas de Navidad como nosotros lo hacemos, pero sí celebran la entrada del Nuevo Año. Familias y grupos de amigos salen a la calle y se acercan a algún templo. Zojo Ji es de los más concurridos esa noche, alrededor hay infinidad de puestos con comida con un animadísimo ambiente. En el recinto del templo se celebran ceremonias y se toca la gran campana cuando finaliza el año. Casi todas las personas llevan globos blancos o transparentes con una nota escrita en su interior, normalmente con promesas o algún deseo, y al comenzar los primeros minutos del nuevo año, los sueltan, llenándose el cielo de globos que resaltan en la oscuridad de la noche. Me pareció mágico poder estar en esos momentos allí y será algo que no olvidaré jamás.
El templo más conocido en Tokio es Meiji Jingu. Construido
en memoria del emperador Meiji y la emperatriz
Shoken. Estaba totalmente destruido pero se reconstruyó en 1.958
exactamente igual al edificio original. El primer día del año es costumbre
asistir a alguna ceremonia, hacer alguna ofrenda y pasar el día por los
jardines de alrededor, este templo se llena de gente que con un ambiente
festivo celebra el Año Nuevo.
Los japoneses respetan sus
tradiciones, su cultura, y a la vez son capaces de crear lo más novedoso. Es un
lugar fascinante, donde se valora la armonía, cuidan los detalles y aman su
país. Un viaje de los más interesantes e increíbles que he hecho.
Inma



