En el sur de Francia y muy cerca de Marsella, Aix-En-Provence es conocida como la ciudad del arte y las fuentes.
Cours Mirabeau es el centro y la Fuente de la Rotonda nos da la bienvenida. En el bulevar hay hoteles, restaurantes y un animado mercado con puestos de productos frescos, flores y ropa. La Ville Comptale es el casco antiguo, la parte con mayor encanto y con un montón de rincones para descubrir.
Paseando llegamos a la Plaza del Ayuntamiento donde está también la Torre del Reloj y la Sala del grano. Y un poco más adelante nos encontramos con la Catedral de Saint-Sauveur que se levanta sobre los restos del antiguo templo romano de Apolo.
Aix cuenta con importantes colecciones de arte y muestra de ello es el Museo Granet. Está ubicado en el antiguo Palacio de Malta. Tiene varias series de pintura, escultura y piezas arqueológicas. En relación al pintor nacido en Aix, Cezanne, posee diez óleos suyos, más otras acuarelas y dibujos que cada tres años se cambian para su exhibición, garantizando así su conservación. En la pinacoteca destaca un autorretrato de Rembrandt y un cuadro de gran tamaño, "Júpiter y Tetis", de Ingres.
En la antigua Capilla de los Penitentes Blancos, como extensión del Museo Granet, está expuesta la Colección Jean Planque. Este pintor, comerciante y coleccionista de arte suizo consiguió reunir sensacionales obras de arte. En el cuidado montaje de la sala se puede disfrutar de varias obras de Picasso, Van Gogh (Bouquet de fleurs), Nicolas De Staël (Composition Maloir), Dubuffet (Téléphoniste), Roger de la Fresnaye (Le Pont de Meulan), Sonia Delaunay (Composition) y muchos otros reconocidos artistas.
Algo más alejado del centro nos acercamos al Pavillon de Vendôme, construido en 1652 por Louis de Mercoeur, duque de Vendôme, para su amada Lucretia de Forbin. En el interior de la bella mansión hay retratos y mobiliario de la época. Ahora se utiliza para exposiciones de arte moderno. Allí vimos la muestra de cerámica de L'Atelier Buffile con sus grandes platos con motivos geométricos.
El Hôtel de Caumont Centre d'Art es un precioso palacete que fue la residencia de los marqueses de Caumont. Hoy en día se ha convertido en un famoso espacio con museo y exposiciones.
Las vistosas tiendas con productos provenzales es otro de los atractivos de Aix. Lo más buscado por los turistas son los jabones, perfumes, hierbas aromáticas, vino y por supuesto lavanda.
En cuanto a la gastronomía, los calissons es lo más típico. Son pequeños dulces de almendra que se elaboran en las bonitas pastelerías de la ciudad. También es muy popular la quiche de espinacas y champiñones que se puede tomar como parte del desayuno.
La oferta de restaurantes es amplísima y casi todos cuentan con terraza en el exterior. Entre los que probamos recomendaría “Le Bouche a Oreille”. Es un local sencillo con una atención amable, una cocina deliciosa y un precio asequible. Su pato confitado es de sobresaliente.
Aix-en-Provence es un destino muy interesante para una escapada. Sus bellas calles, los museos, sus atractivas tiendas, las sencillas casas y los barrocos palacetes, sus cafés y plazas nos harán disfrutar de este lugar encantador.
Inma
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