La ciudad medieval de Olivenza
pertenece a la provincia de Badajoz. Aunque no siempre fue así ya que esta
villa formó parte durante siglos de los dominios de Portugal.
Olivenza fue fundada por los
Templarios en el siglo XIII como aldea fronteriza. El rey de Castilla Fernando
IV firmó un pacto en el que la villa pasó a poder del rey Don Dinis de
Portugal, convirtiéndose en un gran centro estratégico. Con Felipe II volvió a
formar parte del reino español. En el Tratado de Lisboa se volvió a anexionar
al país vecino.
La última guerra entre ambos
países fue la “Guerra de las Naranjas” en 1801. Se le dio este nombre haciendo
referencia al ramo de naranjas que Godoy envió a la reina María Luisa cuando
sitiaba esta zona. Manuel Godoy ocupó Olivenza que, por otro lado, había dejado
de interesar a Portugal por su elevado coste y dificultad para defender.
Godoy obligó al regente Juan a firmar la
paz y un acuerdo en el que se delimitaban los reinos español y portugués,
utilizándose como frontera natural el cauce del río Guadiana.
Después de escuchar todo esto
explicado con detalle por el magnifico guía durante nuestro recorrido, fue algo
más fácil entender el convulso pasado histórico de la ciudad y por qué cuenta
con tan rico legado cultural.
Conserva tres recintos
defensivos, el castillo, la muralla y los baluartes. La primera ciudadela
medieval empezó a construirse sobre los restos de la fortificación templaria, Se
mantienen trece torres y cuatro puertas. Ya en el reinado de Alfonso IV se
mandó construir el Alcázar con la Torre del Homenaje. Esta torre es la más alta
de todas las existentes en la frontera medieval entre los dos reinos.
Junto al castillo se encuentra el
edificio llamado la Panadería del Rey donde está instalado el Museo Etnográfico
“González Santana”. En las salas se reproducen escenas agrícolas, habitaciones
de una vivienda, la escuela rural y los diferentes
oficios que daban servicio a la población.
El símbolo de la ciudad es la puerta manuelina que se encuentra en el actual Ayuntamiento. Este estilo es característico portugués y le viene el nombre por el rey Manuel I “El Afortunado”. Es una variante del gótico tardío, consta de una profusa decoración, finas columnas, elementos vegetales y esferas armirales La esfera armiral representaba el cielo y las estrellas, utilizándose como instrumento de navegación.
Al entrar a la Iglesia de Santa María Magdalena vemos en una de las capillas el mayor retablo del “Árbol de Jessé" que se conserva.
La visita a Olivenza me sorprendió, y me fascinó el empeño con el que durante siglos nuestro país luchó por estas tierras.
Inma
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