En la provincia de Guadalajara,
entre las localidades medievales de Sigüenza y Atienza están situadas las Salinas de Imón en el valle del río Salado.
La sal se obtiene por evaporación
del agua de mar y en algunos casos, como
este, de los ríos. Las de Imón son salinas de interior y las más antiguas de la
Península. Por su intensa explotación llegaron a ser una de las más importantes
de España.
El origen de estos saladares son
manantiales de agua que atraviesan depósitos de sal subterráneos.
Conocido como el "oro
blanco", en la antigüedad la utilización de la sal era básica para la
conservación de los alimentos, siendo un
bien muy preciado e incluso llegó a utilizarse como moneda de pago.
Estas salinas se construyeron en
el siglo X y estuvieron bajo la tutela de los Reyes de Castilla que utilizaron
las rentas de la producción para pagar los gastos de la corona. También durante
un tiempo pertenecieron al Obispado de
Sigüenza.
En el reinado de Carlos III se
modernizaron, se ampliaron y fue cuando más se explotaron. En el siglo XVIII
producían más de 3.600 toneladas de sal.
El agua se extraía de los pozos
mediante norias, con un caudal constante independientemente de la época del
año. Había 5 norias para abastecer las piscinas y 3 grandes almacenes para el
agua. Contaba con un sistema de canales sencillo pero eficaz.
Estos canales construidos en
madera se modificaron por tuberías, aunque aún queda alguno de los
originales y nos podemos hacer una idea
del antiguo sistema de conducción.
A lomos de burros se trasladaba
la sal recogida. Subían por unas rampas hasta el segundo piso de las naves,
desde aquí se dejaba caer para ir almacenándola en la parte baja a la espera de
empaquetarla para su traslado.
La producción cesó en 1996, actualmente las salinas son de propiedad
privada. Todo el conjunto ha sido Declarado Bien de Interés Cultural por la
Junta de Castilla-La Mancha.
A pesar de su abandono el estado
de conservación es muy aceptable. Hay caminos empedrados y pequeñas acequias
entre los estanques; aunque los almacenes donde se depositaba la sal están muy
deteriorados.
El día que estuvimos por allí nos
pareció que algo de actividad sí tenían ya que se veían mangueras y cuadros
eléctricos funcionando.
Recorriendo las Salinas de Imón
nos sorprenderá lo grandes que son, su sencilla belleza, el que sean una de las
instalaciones industriales con más historia de nuestro país, pero sobre todo nos asombraremos de
encontrarnos algo así en tierras castellanas.
Inma
Aunque este lugar es un tanto decadente su historia no deja de ser interesante. Me han gustado las fotos, alguna de ellas me recuerda a un paisaje nevado tan típico de estos parajes. Una opción diferente por descubrir en la provincia de Guadalajara.
ResponderEliminarUn lugar diferente y que no te esperas en esas tierras. Estos paisajes aridos y sin vegetación para mi tienen un encanto especial. Una propuesta interesante Inma, las fotos geniales.
ResponderEliminarUn sitio inesperado en Castilla la Mancha que desconocía completamente. Me resulta curioso ver como el hombre sabe sacar provecho del entorno natural además no sabía que estas salinas fuesen las más antiguas de la Península.
ResponderEliminarUn lugar curioso para visitar e imprescindible para admirar y entender todo lo que significo en su día.
Un lugar curioso y desconocido para mi, no tenia ni idea de su existencia.
ResponderEliminarUna interesante propuesta para hacer una escapada diferente .