lunes, 13 de mayo de 2024

El Castillo Templario-Pontificio de Peñíscola

 


   La provincia de Castellón está llena de vestigios del Medievo y de la presencia de los Caballeros del Temple. Las playas de arena blanca en Peñíscola  enmarcan su  formidable fortaleza del siglo XV.



   El Portal de Felipe II es una de las entradas al recinto totalmente amurallado del casco antiguo. Hoy en día sus estrechas y empinadas calles están repletas de restaurantes, tiendas y turistas.







   Los Templarios, orden religiosa y militar, levantaron este castillo convirtiéndole en sede de su Encomienda, hasta que fueron expulsados del mismo por Jaime II de Aragón.



   Suponía un punto privilegiado e inexpugnable, con muros de 20 metros de altura y 2 de grosor. Entramos por el Cuerpo de Guardia. En las Caballerizas, una gran sala con bóveda de cañón apuntada, hay una exposición sobre la orden militar más importante de la Edad Media. Durante Las Cruzadas, la Orden Templaria tuvo muchos héroes, ya que uno de sus principios era "Un templario debe vencer o morir"



   Durante el Cisma de Occidente, este castillo fue también Sede Pontificia. Una de las tres que, junto a Roma y Aviñón, ha habido a lo largo de la historia 

https://unosamigosdeparadores.blogspot.com/2018/04/el-palacio-de-los-papas-de-avinon.html


   En 1411 se instaló aquí Benedicto XIII, conocido como el Papa Luna. Vivió en él hasta su muerte en 1423. Fue enterrado en la capilla, hasta que sus restos se trasladaron al Palacio de Illueca (Zaragoza)

https://unosamigosdeparadores.blogspot.com/2018/03/illueca-y-el-papa-luna.html 



   En la visita destaca el Patio de Armas por su amplio espacio abierto al mar. La austera Capilla es de una sola nave y ábside semicircular.  El salón Gótico se utilizaba para recepciones y audiencias.



   Las Dependencias Pontificias están en la Torre del Papa Luna, donde se puede ver el comedor, la biblioteca y la sala de estudio. Durante su estancia en Peñíscola, Benedicto XIII encargó valiosos manuscritos famosos por sus ilustraciones.

   Durante el recorrido se aprecian las marcas de proyectiles que impactaron en los recios muros durante la Guerra de la Independencia, ya que la ciudad fue ocupada por los franceses.







   Situado junto al castillo está el Faro de Peñíscola, compitiendo ambos por las formidables vistas de la ciudad, las playas y el mar.



   Esta majestuosa fortificación fue, tanto para la Orden del Temple como para el Papa Luna, su último refugio.

                                                                                                                                                       Inma

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