martes, 20 de marzo de 2018

Illueca y el Papa Luna



   La localidad de Illueca se asienta en la ribera del Aranda, tierra fronteriza entre Aragón y Castilla.

   Construido sobre un espolón rocoso, el castillo del Papa Luna es uno de los emblemas de la zona.

   Coronando el edificio destaca la galería de arcos de medio punto característica aragonesa. Es una de las fachadas palaciegas más vistosas de esta Comunidad Autónoma.





   Después de un gran periodo de abandono, los herederos de los Luna y los Aranda, la familia Bordiú, donó el edificio al Gobierno de Aragón para que se encargara de su restauración y mantenimiento.
 
Dentro del gran recinto se ha instalado un hotel integrado en la Red de Hospederías de Aragón.




   Durante la visita al castillo-palacio destacan varios salones con grandes techos de madera adornados con decoración mudéjar.

   La Sala Dorada tiene un trabajado artesonado con emblemas heráldicos. Un friso de yeserías policromadas enmarca este salón de protocolos.




   La alcoba privada, donde nació en 1328 el Papa aragonés, tiene un zócalo de arcos en rojo, blanco y azul.

   La Sala del Mausoleo, con una peculiar cúpula interior, fue donde reposaron los restos de Benedicto XIII.

  Durante la visita hay audiovisuales en los que se relata el Cisma de Occidente así como la biografía, viajes y reflexiones del Papa Luna.




   Pedro Martínez de Luna y Gotor fue un personaje muy importante en la Edad Media Europea.  Tuvo dividida a la iglesia católica con la disputa por la legitimidad de su máximo representante.

   Tras la muerte del Papa Gregorio XI hubo una gran polémica para nombrar a su sucesor. Sin ponerse de acuerdo, fueron nombrados dos Papas.

   En esta época existía una situación compleja por motivos políticos, económicos y culturales, lo que desencadenó un controvertido periodo.

   Benedicto XIII, Pedro Martínez de Luna y Gotor, fue nombrado Papa en Aviñón. A pesar de contar con numerosos seguidores y de tener un temperamento combativo y tenaz, se le terminó acusando de herejía. Tuvo un triste y solitario final en su castillo de Peñíscola.

   Durante la Guerra de Sucesión su tumba fue profanada por las tropas francesas y sus restos fueron destrozados y tirados al río, menos su cráneo que en la actualidad se guarda en los almacenes del Museo Provincial de Zaragoza.




                                                                                                                                                    Inma

3 comentarios :

  1. Una visita interesante la de este castillo que mantiene todo el encanto de los palacios antiguos. Me ha gustado saber de su historia y ver los artesonados con esa decoración mudéjar que adornan sus salones, son una autentica preciosidad.
    Un lugar muy atrayente y curioso para visitar.

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  2. Me ha encantado los artesonados y los frisos mudéjares de este castillo-palacio del Papa Luna, son sorprendentes. Sus estancias te transporta a la época en la que vivió el Papa aragonés.

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  3. Este castillo supone una interesante visita que nos acerca algo más a la figura del controvertido Papa Luna, una época algo convulsa de la historia en la que Benedicto XIII sufrió un trágico final. Es un lujo poder alojarse en semejante edificio y admirar sus techos artesonados y la curiosa fachada. Gran trabajo.

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