En el paisaje fluvial y de alta
montaña del Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre, y junto al
Embalse de Ruesga se encuadra el Parador de Cervera de Pisuerga.
En este lugar privilegiado de la
montaña palentina, el acogedor edificio, con paredes, vigas y techos de madera,
tiene sala de juegos, biblioteca y varios
salones, uno de ellos con chimenea. La gran terraza de la cafetería tiene unas
vistas excepcionales.
El personal que trabaja en él es
muy amable. El desayuno nos pareció muy completo con deliciosos productos de la
tierra. Las habitaciones son amplias y todas tienen balcón, las que dan a la parte del pantano tienen unas
panorámicas preciosas. Aunque es cierto que necesitarían algo de reforma. Pero
desde luego es un lugar tranquilo perfecto para descansar desde donde hacer múltiples
excursiones.
El notable y variado arte
románico es uno de los atractivos cercanos. Ermitas, iglesias y monasterios
forman el legado románico de esta zona, de incalculable valor y de una gran belleza.
Quizás una de las más conocidas
es la Iglesia de San Martín de Tours en Frómista. Es uno de los símbolos del
Camino de Santiago. Tiene un cimborrio octogonal y torres cilíndricas.
La Asunción, en el pueblo de
Perazancas de Ojeda, cuenta con una preciosa
portada, y en su interior hay una pila bautismal románica y un Cristo gótico.
La iglesia de San Salvador de
Cantamuda tuvo categoría de colegiata. Formaba parte de un monasterio fundado
por la Condesa María Elvira, sobrina del rey
Fernando I. Mantiene su estructura inicial, la cabecera está rematada
por tres ábsides semicirculares, destacando en ella su gran espadaña.
En Moarves de Ojeda, la Iglesia
San Juan Bautista tiene una de las fachadas más emblemáticas del románico
palentino. Sus capiteles están tallados con escenas de músicos, bailarinas y
soldados con espadas. En su impresionante friso están representados los doce Apóstoles
y un precioso Pantocrátor. El color que tiene no es el propio de la piedra, se
tiñó sumergiendo los sillares en agua, cal y oxido de hierro para protegerlos,
por eso tiene esa curiosa tonalidad.
Santa Eufemia de Cozuelos, pertenece
en la actualidad a una finca particular. Fue un importante cenobio de la Orden
de Santiago, del que se conserva la iglesia
de una sola nave en dos tramos.
En Vallespinoso de Aguilar se
encuentra la ermita de Santa Cecilia, está sobre un peñasco adaptada al
desnivel de la roca. Es de sencilla estructura y tiene capiteles decorados con
arpías, grifos, centauros luchando y restos de un calendario agrícola en
piedra.
Santa María de Mave en Becerril
del Carpio, es en la actualidad una famosa hospedería. La discreta iglesia del
siglo XII tuvo modificaciones posteriores.
También nos podemos acercar a ver
la solitaria iglesia rupestre de San Pelayo. Y desde aquí ir a Olleros de
Pisuerga donde está el conjunto, también rupestre, del antiguo eremitorio de los
Santos Justo y Pastor. Está excavado en la roca y es de origen mozárabe. Tanto
su exterior como el interior son realmente sorprendentes.
Inma
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