Madrigal de las Altas Torres |
Sobre una vasta llanura sobresale una villa de sonoro nombre con aspecto vetusto y un tanto decadente. Madrigal de las Altas Torres rezuma melancolía por todos sus rincones y evoca la grandeza de tiempos pasados. Es tierra de grandes nacimientos y muertes, fue cuna de Isabel la Católica, refugio de monjas aristócratas y la última morada de Fray Luis de León.
Protegida por restos de muralla medieval del siglo XIII que trazan un círculo perfecto y de las que conserva alrededor de veinte torres del centenar que un día contó. Diversas puertas toman el nombre de las poblaciones hacia las que abren paso: la de Cantalapiedra, la de Peñaranda, Medina y la de Arévalo.
El sistema defensivo tiene su atalaya en la torre-campanario de San Nicolás de Bari, que se eleva a más de cincuenta metros sobre la villa. En esta iglesia de corte mudéjar, fue bautizada la reina Isabel y aún se conserva la pila bautismal. Su interior alberga un interesante artesonado mudéjar y varios sepulcros renacentistas. Próxima a San Nicolás, Santa María del Castillo, con una clara fábrica mudéjar, conserva poco de su construcción original en el macizo de la torre y en el ábside principal.
En la parte baja del pueblo, junto a la ancha Plaza del Cristo, verás el antiguo hospital Real de la Purísima Concepción, un hermoso edificio fundado por doña María de Aragón, primera esposa del rey Juan II de Castilla que tras una restauración se ha convertido en Casa de Cultura.
En la misma plaza también se encuentra el monasterio de Nuestra Señora de Gracia. Construido a partir del antiguo palacio del rey Juan II, fue Carlos V quien cediera el palacio a la comunidad de monjas agustinas y que todavía hoy lo siguen habitando.
Al contemplar su fachada de estilo gótico-mudéjar, verás que es de apariencia sencilla. En el piso inferior las estancias están provistas de espléndidos artesonados mudéjares. El coro corresponde a la antigua capilla real, en el cual se ha organizado un pequeño museo en el que podrás ver sarcófagos de personajes de la realeza, una Piedad gótica, varias esculturas de la escuela de Berruguete, diversas pinturas y un órgano barroco.
Por la llamada escalera regia se asciende a la zona del antiguo palacio, donde se encuentran las estancias reales. Verás mobiliario de la época, un retrato de los reyes Católicos, esculturas, entre las que destaca una talla en madera policromada de la Virgen de Gracia que muestra todo el encanto y delicadeza de arte morisco.
La diminuta alcoba real que se abre en un rincón fue el lugar que vio nacer a legendaria Isabel la Católica, un 22 de abril de 1451. Asombra ver que un lugar tan mínimo sirviera para traer al mundo a una reina tan grande. Una lápida en el claustro recuerda la memoria de fray Luis de León, que pasó sus últimos días en el antiguo convento de agustinos, del que sólo se conservan algunas ruinas fuera de la muralla.
Rafa
No hay comentarios :
Publicar un comentario