lunes, 26 de octubre de 2015

Recinto amurallado de Coria

En la fértil ribera del río Alagón se produjeron los primeros asentamientos celtas en Caura, capital del pueblo vetón, ahora conocida como Coria. Situada en el noroeste de la provincia de Cáceres fue invadida por los romanos hacia el siglo I a.C. e incluida en la provincia romana de la Lusitania con el nuevo nombre de Caurium. No es difícil imaginarse a Viriato liderando la resistencia contra el imperio romano en estas tierras de encinas y huertas, poniendo en jaque al ejército más poderoso de la época.

Puerta de San Francisco


Ya en la Edad Media la muralla romana de Coria de los s. III-IV fue reforzada por los musulmanes pero, tras varios ataques, la ciudad sufrió un terrible asedio por parte del monarca Alfonso VII de León, el Emperador, en el año 1142. Debido a su situación privilegiada cerca de la frontera musulmana marcada por el río Tajo y de la frontera con Portugal finalmente, tras un mes de sitio, la ciudad sucumbió al hambre pasando a manos cristianas e incorporándose a la corona de León. En la Edad Moderna Coria quedó en manos de la nobleza como marquesado perteneciente a la casa de Alba y su muralla fue entonces reconstruida debido a los daños producidos.

Muralla musulmana
Desde luego el recinto amurallado que rodea Coria es digno de admirar. Conviene acceder a él por la denominada Puerta de San Francisco en la Plaza del Rollo. Nada más cruzar el arco nos encontramos con el castillo, aunque más que un baluarte defensivo se trata más bien de una torre del homenaje fortificada. Fue mandado construir en el año 1472 por D. García Álvarez de Toledo, marqués de Coria y primer Duque de Alba. Su entorno ha sido recientemente restaurado dejando a la vista el foso que rodeaba la construcción. El castillo es de propiedad particular y no puede visitarse.

Castillo de Coria
Además del castillo y la muralla otro monumento muy importante de la ciudad es la espléndida catedral de Santa María de la Asunción. Se trata de un enorme templo gótico de transición al barroco y al plateresco profusamente ornamentado en su portada del Evangelio y en su interior. Cuenta además con una torre-campanario diseñada por Churriguera.

Catedral de Coria
Las obras comenzaron en el siglo XV y se prolongaron durante unos 250 años hasta mediados del siglo XVIII. Poco después fue seriamente dañada por el gran terremoto de Lisboa del año 1755 que dejó algunas grietas en la torre.

Retablo mayor
Ya en el espacioso interior no os perdáis el magnífico retablo mayor del s. XVIII y los sepulcros de varios obispos. Justo enfrente de la capilla mayor se sitúa el coro que posee una hermosa sillería mudéjar de madera de nogal. Tanto el coro como el altar principal están custodiados por sendas rejas del s. XVI de manufactura impecable decoradas con los escudos del obispo y del cabildo, en cuyos flancos se situaban los duques de Alba durante los oficios. Varias capillas completan el templo que alberga además una magnífica colección de pintura, escultura y orfebrería. 

Verja del coro

Puerta del Perdón
El claustro gótico del s. XV fue levantado sobre otro anterior de estilo mudéjar del que se conservan algunos arcos y está rematado por bóvedas de crucería simple. 

En la misma plaza de la catedral se halla el Palacio de los Duques de Alba de los siglos XV-XVI. Es de estilo gótico-renacentista pero no puede visitarse por ser de propiedad privada.

Cruzando la plaza veremos el palacio episcopal en estilo barroco del s. XVII edificado sobre las antiguas "Casas Episcopales". Conserva una torre defensiva mudéjar en ladrillo. Recientemente se ha rehabilitado y convertido en hotel de lujo. En la fachada se puede ver aún el escudo del obispado.
Antiguo Palacio Episcopal

Justo al otro lado de la catedral, a la izquierda, podemos admirar desde una privilegiada atalaya los campos de la vega del Alagón y su puente de piedra por el que ya no pasa el río, cuyo cauce se desvió tras una fuerte riada en 1590.

Puente viejo sobre el antiguo cauce del Alagón
Nos dirigimos ahora a visitar la Cárcel Real del s. XVII que está siendo restaurada pero alberga algunas piezas arqueológicas encontradas en Coria ya que funciona como Museo de la ciudad. Al otro lado de la calle se encuentra el edificio del antiguo consistorio del s. XV. Pronto llegamos a la Plaza de San Pedro presidida por el ayuntamiento nuevo donde se ubica la oficina de turismo. Justo enfrente las casas ocultan la muralla y encontramos otra puerta de acceso, esta vez se trata de la Puerta del Sol.

Ayuntamiento nuevo
Tras este largo paseo matutino por las calles del recinto amurallado de Coria nos dirigimos a reponer fuerzas a la cafetería Al-Karika en la plaza del Rollo. En su terraza exterior tomamos unas excelentes tapas; tostas de jamón ibérico, de solomillo de cerdo con torta del Casar y con cebolla caramelizada y unas cremosas croquetas acompañadas de unas cervezas, a muy buen precio.

El casco histórico de Coria declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico es sólo una pequeña parte de la actual urbe que se extendió extramuros a partir del siglo XV cuando algunos de los lugareños se marcharon a América para después regresar con fortuna a su lugar de origen.

Calle Las Monjas
Recomiendo recorrer Coria sin prisas, paseando por sus solitarias calles, algunas de ellas muy estrechas, de trazado caótico, tan típico de las juderías. Es admirable cómo se ha conservado hasta nuestros días. Ya se sabe que Extremadura nunca defrauda.

Susana

4 comentarios :

  1. Me encantan los datos históricos que nos comentas en tu artículo, Susana, así es más fácil entender las distintas etapas por las que ha pasado esta población.
    Lo conozco por su participación en los Concursos de Tapas, este año fue ganador el pincho “Secreto de Muralla” del Restaurante La Campana. Coria forma parte de la Red de Ciudades y Villas Medievales, lo que indica que es un lugar interesante, bonito y cuidado.

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  2. Que decir de Coria, otra joya extremeña a descubrir. Imponente la Concatedral compartida con la de Cáceres; un casco histórico recogido, estrecho y bien conservado; unas tapas de primera. Que más se puede decir, sólo que lo visitéis y disfrutéis de sus monumentos y sus gentes. #Extremaduranuncadefrauda. Gran trabajo Susana, como siempre precisa y amena.

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  3. Todo un descubrimiento la villa de Coria, me ha encantado. Es un pueblo pequeño pero muy bonito donde dar un tranquilo paseo por sus calles, catedral y su recinto amurallado. El casco antiguo esta muy bien conservado y guarda bien sus recuerdos de un glorioso pasado.
    Interesante propuesta Susana.

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  4. Me ha sorprendido este pueblo, la verdad es que no me esperaba encontrar un lugar con tanta historia. Extremadura es una provincia con un gran peso histórico y como bien dices Extremadura nunca defrauda.

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