lunes, 15 de septiembre de 2014

Parador de Vielha, encanto natural

Atravesar el túnel de Vielha y adentrarnos en el remoto Valle de Arán ha sido toda una experiencia este verano, más aún si nuestro destino era alojarnos en el Parador de esta localidad pirenaica.

Vielha

Era mi primera visita a los Pirineos y tengo que admitir que me han cautivado por su naturaleza y la belleza de los paisajes que he encontrado allí. Este valle ha estado siempre al resguardo de las montañas y durante los largos inviernos quedaba aislado del resto del territorio hasta la construcción del túnel de Vielha en el año 1948 por ingenieros franceses, después remodelado en 2007. Quizás por ello ha sabido preservar su arquitectura, sus tradiciones y hasta su idioma propio, el aranés, una variante del gascón que proviene a su vez del occitano.


La localidad de Vielha, capital del Valle de Arán, rebosa de actividad en invierno sin embargo, durante el verano, el ritmo es más pausado y podemos recorrer las calles del pueblo sin agobios y sin frío.
Muy cercana a la estación de esquí de Baqueira-Beret, Vielha cuenta con todo tipo de servicios, restaurantes y comercios para facilitar la vida al turista y sobretodo al esquiador. Incluso cuenta con una pista de hielo.


Centrémonos en nuestro alojamiento, el parador. Lo que llama la atención en un primer momento es su ubicación. En una curva de la carretera separado a apenas 2 kms. del pueblo, el Parador domina desde lo alto la localidad y a la vez está rodeado por altas y verdes montañas. Desde la enorme terraza que circunda el hotel disfrutamos de una magnífica panorámica del Valle de Arán.

Acceso al Parador
Aunque no todo es paisaje en el Parador de Vielha. Existen otros muchos atractivos como su piscina al aire libre con hamacas para tomar el sol en el cuidado césped o el impresionante salón comedor, construido en la planta superior del edificio circular cuyas vistas desde los enormes ventanales casi logran hacernos desconectar de lo que sucede en el interior para admirar lo que la naturaleza nos ofrece en el exterior. La oferta gastronómica del Parador no os dejará indiferentes con productos regionales y de temporada de excelente calidad como la Olla Aranesa, un plato típico muy contundente que lleva alubias, cerdo, patatas, gallina, tocino, col, butifarra negra y longaniza, los Canelones a la Catalana, el Confit de Pato o el Arroz meloso con Pollo y Setas, todos ellos sabrosos y abundantes. Mención aparte merece el postre estrella: la Crema Catalana, con una textura muy cremosa y una fina capa de azúcar quemado que le da ese toque tan dulce.

Las habitaciones del Parador son confortables, decoradas con fotografías antiguas del valle. Muchas de ellas disponen de hermosas vistas a la montaña y son ideales para el descanso. La tranquilidad es total, no se escucha ningún ruido probablemente amortiguado por las tupidas alfombras de los pasillos.

En la planta inferior se encuentra un bonito salón con una gran chimenea en el centro decorada con trofeos de caza y el bar. Aquí podemos sentarnos en los sofás a tomar una copa en buena compañía alargando la sobremesa sin preocuparnos por nada.



Pero, sin duda, el lugar más acogedor del Parador es el spa. Un servicio extra que nos ofrece Paradores muy adecuado para esos días de mal tiempo y lluvia que suelen darse en estas montañas. Resulta placentero regresar de un largo día de caminata por el valle y relajarse en el baño turco, los jacuzzis, las duchas de esencias, la piscina helada o la piscina climatizada, desde esta última se puede acceder a la terraza exterior sin salir del agua atravesando una cortina de plástico. Una vez fuera, los más atrevidos pueden bañarse en el jacuzzi exterior o simplemente tumbarse a descansar admirando el valle. Todo un lujo para los clientes que debe convertirse en una experiencia excepcional durante los meses de invierno al abrigo de las montañas nevadas. Las tumbonas calefactadas, las bebidas refrescantes o las brochetas de fruta hacen que nos resistamos a abandonar este lugar en el que tan a gusto nos encontramos.

Recepción

En el extremo más alejado de la recepción se encuentra el salón de desayunos con los productos habituales de Paradores a los que se unen los excelentes embutidos catalanes. Merece la pena desayunar sin prisas contemplando las vistas y cogiendo fuerzas para afrontar las jornadas caminando o esquiando en temporada.
El Parador ofrece rutas guiadas por la naturaleza y prepara picnics para los senderistas que lo soliciten. Aunque en verano la temperatura del valle es suave, no debemos olvidar que estamos en plena montaña y se recomienda llevar calzado y ropa adecuados a este entorno.

Aunque se halla a las afueras de Vielha el Parador es una excelente opción para alojarse para recorrer el Valle de Arán. ¿Por qué no lo descubrís?

Susana

5 comentarios :

  1. Es una maravilla de parador ,es un lugar idílico para desconectar, disfrutar del paisaje y naturaleza ,hemos estados en dos ocasiones una en invierno y la otra en verano ,para mi me gustó más en verano.

    Enhorabuena Susana por las fotos son preciosas

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  2. La verdad es que es un sitio precioso donde se encuentra este Parador. Estuve en él hace tiempo cuando aún no había la zona de spa ni el jacuzzi exterior, todo un acierto poder contar con estas instalaciones. Me encantó el comedor circular del restaurante y el salón con chimenea.
    Yo también fui en verano y Vielha me pareció un lugar muy bonito y animado, y no pasamos nada de calor, supongo que en invierno será otra cosa ya que toda la zona es perfecta para esquiar.
    Estoy contigo, Susana, en que es una elección muy acertada como alojamiento para recorrer desde aquí el Valle de Arán, y me alegro de que lo disfrutarais a tope.

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  3. Alojarse en este parador para visitar el Valle de Arán es acertar de pleno, magnífico enclave, buenas instalaciones y excelente servicio. El spa me dejó sin palabras, en invierno salir al exterior nevado tiene que ser la bomba. Vielha y su entorno merece la pena si o si. Naturaleza, arte, gastronomía en un lugar con muchas posibilidades para todo tipo de gente. Seguro que volveré quedé encantado. Un artículo completísimo Susana, fluido y ameno.

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  4. El Parador de Vieha es un buen lugar para el descanso y la relajación, el punto de partida perfecto para conocer la zona. Un recorrido que me gusta mucho es la ruta del románico, visitando las iglesias de Unha, Arties o Salardú entre otras muchas de estos pueblos llenos de encanto. También se pueden hacer pequeñas excursiones a los lagos que hay por los alrededores.
    Una buena propuesta en un entorno inigualable.

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