jueves, 17 de octubre de 2013

Granadilla, un pueblo con horario de visitas

Granadilla es un pueblo que se encuentre situado en el embalse de Gabriel y Galán en la provincia de Cáceres, fuimos porque el propietario de la casa rural donde nos alojábamos en Hervás nos lo recomendó con gran entusiasmo y no nos pudimos negar. Fue un acierto total.




Está amurallado en su totalidad, y se quedó como una península en medio del enorme pantano mandado construir  por Franco en los años 50, su desalojo fue progresivo, según iban avanzando las aguas al llenarse el pantano y al perder las zonas de cultivo, los habitantes del pueblo se fueron marchando. En 1966 quedó totalmente despoblado.



Declarado en 1980 conjunto histórico-artístico y la inclusión 4 años después en el programa de recuperación de pueblos abandonados ha hecho que se recupere su valor cultural e histórico. Es un pueblo con horario de visita y la verdad que este dato resulta curioso. Se va rehabilitando mediante cursos de verano de la Junta de Extremadura, donde la gente aprende los diferentes oficios que hacen falta para restaurar las casas, la plaza, la iglesia o cualquier parte de la villa.

La muralla que lo rodea  y esa única entrada con la torre defensiva que se erige imponente sobre los visitantes,  le da un carácter medieval que impresiona. El pueblo está en constante reconstrucción, siempre hay alguien haciendo alguna tarea. Hay talleres fijos de la Junta donde se imparten  los cursos de restauración y eso ha hecho que permanezca, después de su forzado desalojo y no haya quedado en el olvido.




Llegar hasta allí resulta curioso, una carretera bacheada te acompaña, no pasas por ningún pueblo antes, se hace de rogar, pero llegar te traslada a otra época. No hay tiendas, ni casas rurales, solo las casas restauradas, la muralla, la iglesia y las calles empedradas. Retrocedes unos siglos atrás.
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El maravilloso paisaje arbolado alrededor del pantano, el verdor de la primavera extremeña, junto al encuentro con un cerdo ibérico cerca de nuestro coche, buscando raíces con su hocico, hizo de esta excursión una gran experiencia. Ver al guarro en su hábitat natural impresiona, era hermoso, negro e infundía respeto. Pero en realidad yo no veía al animal en sí, veía jamones chorizos y lomos ibéricos. Resulta que los que trabajaban en el pueblo lo tenían suelto por allí para que así se alimentara con los productos de la zona. Se darían un buen homenaje al sacrificarlo. Qué bien se dan los cerdos en aquella zona, con las encinas y sus bellotas, es el paraíso para los guarros, igual que para nosotros, el paraíso son los paradores.

En definitiva un descubrimiento de esos que no te esperas y como siempre digo Extremadura nunca defrauda, y este es uno de esos casos.





Filustro

4 comentarios :

  1. Hola Rubén desde que vi tu artículo en paradores activo , lo dejé pendiente y en septiembre fuimos un domingo y estaba cerrado , estaba el guarda enfermo pero que quedé con muchas ganas de volver , gracias y un abrazo .
    Loli Aquitania

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  2. Jajajaja, que raro que tu veas, mirando a ese cerdo ibérico, jamones, lomos y chorizos...

    Ahora en serio, me parece una iniciativa estupenda lo de recuperar sitios olvidados para devolverles su aspecto original. El enclave de Granadilla es fantástico, aunque no me extraña que lo abandonaran, parece que de un momento a otro va a quedar sepultado por el pantano.
    Gracias, Filustro, por traernos al blog lugares como este, bonitos y poco conocidos, y contándolo con ese personal toque de humor.

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  3. Recuerdo esta escapada como muy auténtica, la visita a Hervás donde nos recomendaron ir hasta Granadilla, vaya si mereció la pena!! Un lugar especial, sabiamente recuperado y rodeado de naturaleza. Después la ciudad romana de Cáparra para finalizar en Plasencia y su Parador. Los valles extremeños de Ambroz, Jerte y La Vera deberían ser Patrimonio de la Humanidad por la riqueza natural y paisajística que nos aportan. Gran trabajo, Filustro.

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  4. Me ha alegrado mucho ver que lo están rehabilitado, es un pueblo muy bonito. Aunque cuando llegue estaba cerrado y solo pude ver un poco por una verja. Me impacto ver Granadilla vacío, la calles desiertas y el silencio que reinaba en el ambiente. Todo esto en un marco incomparable sobre el embalse. Estoy deseando volver a tener otra ocasión y dar un paseo por sus calles.

    Buen trabajo, Filustro

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