viernes, 10 de enero de 2020

El Castillo, el Parador y la Catedral de Jaén




   Cuando nos acercamos a la ciudad jienense se divisa en el horizonte una inmensa fortaleza. El Castillo de Santa Catalina se levanta desafiante en lo más alto, desde aquí se controló desde siglos el paso entre el valle del río Guadalquivir y las tierras de Granada.

   Esta alcazaba, de origen musulmán, fue entregada por el rey Alhamar de forma pacífica al monarca Fernando III a cambio de la autorización para formar la dinastía nazarí.




   La fortaleza ha sufrido todo tipo de invasiones a lo largo de la historia. Ataques de cartaginenses, romanos y musulmanes, incluso las tropas francesas de Napoleón destruyeron gran parte del recinto.




   El conjunto arqueológico  se adapta perfectamente al cerro y aquí mismo encontramos uno de los 10 mejores hoteles-castillo de Europa, el Parador de Jaén. Desde él las esplendidas vistas sobre el valle son impactantes.










   Este bello edificio monumental tiene también un cuidado interior. Está decorado con tapices y armaduras, siendo muy bonitas las salas de techos abovedados y vigas de madera, destacando el salón principal con sus impresionantes arcos cruzados de 20 metros de altura.




   Aunque pienso que algunas de sus  habitaciones  necesitarían una renovación, cuentan con una agradable terraza con bonitas panorámicas del campo  y las montañas. El inconfundible paisaje de olivos que nos rodea explica que toda esta zona sea un referente en la producción de aceite de oliva Virgen.





   Bajando hasta el centro de Jaén nos encontraremos con la catedral de Nuestra Señora de la Asunción.

   El majestuoso templo es proporcionado, de formas equilibradas y de gran belleza. Está considerado como uno de los mejores ejemplos de arquitectura renacentista religiosa en España. La catedral actual fue diseñada en el siglo XVI por el arquitecto Andrés de Vandelvira para sustituir el anterior templo derrumbado. Su construcción duró varios siglos pero los posteriores encargados de las obras respetaron con gran acierto el proyecto de Vandelvira.




   La enorme  fachada principal cuenta con una sobresaliente colección de esculturas. En su interior, tres naves y diecisiete capillas con retablos, imágenes y cuadros completan el conjunto.







   Por la noche tanto la imagen iluminada del castillo como la de la catedral resultan fascinantes, siendo los símbolos de esta capital.

                                                                                                                                                          Inma

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