martes, 25 de septiembre de 2018

Cartagena, la ciudad milenaria

Al aproximarnos a la hermosa ciudad de Cartagena nos recibe una panorámica espléndida, su enorme y protegido puerto natural que ha defendido la ciudad durante siglos y que es el motor de esta urbe mediterránea en la actualidad.

El puerto desde el Castillo de la Concepción
Carthago Nova, como era conocida por los romanos, fue fundada por el cartaginés Asdrúbal el Bello en el año 229 a.C. por lo que el visitante puede disfrutar de una ciudad milenaria, cargada de historia y tesoros únicos, como la Muralla Púnica datada en el año 227 a.C., una de las pocas construcciones defensivas púnicas que se han conservado hasta nuestros días. Ha sido testigo de la famosa Segunda Guerra Púnica entre Roma y Cartago o, mejor dicho, Qart-Hadast, su nombre cartaginés, aunque Cartagena vivió su apogeo bajo el dominio romano de Diocleciano. Fue conquistada por el general romano Publio Cornelio Escipión en el 209 a.C. y a partir de entonces pasó a formar parte del Imperio Romano que la dotó con todos los lujos de los que gozaba cualquier ciudad romana de prestigio: teatro romano, foro, termas, anfiteatro...



El imponente teatro romano de Cartagena en la actualidad
A pocos pasos del puerto encontraréis el Museo Teatro Romano de Cartagena, una ingente obra civil que ha permitido la recuperación del magnifico teatro romano del s. I a.C.. La entrada al monumento se realiza a través de un corredor subterráneo creado por el arquitecto Rafael Moneo que da acceso directo al Museo del Teatro, donde os hablarán de cómo se ha recuperado el espacio del solar donde se ubicaba el teatro pues el edificio no se encontraba a la vista. En el siglo V de nuestra era se transformó en mercado para, posteriormente, ser ocupado por las viviendas del gremio de Pescadores que se asentaron en esta zona en el s. XVIII.

Fabulosas vistas del teatro romano con los restos de la Catedral de Sta. María la vieja.
Hallaréis expuestas varias piezas originales encontradas durante las tareas de excavación a lo largo del recorrido por las distintas estancias del corredor arqueológico: capiteles, bustos, arcos, máscaras teatrales y un largo etcétera. En este punto de la visita os encontraréis justo bajo los restos de la iglesia de Santa María la Vieja, irremediablemente dañada durante la Guerra Civil, que os permitirán acceder a la última y mayor estancia del museo: el teatro. La visión del impresionante graderío y escenario del teatro os dejará casi sin palabras. El recorrido ha sido especialmente diseñado para causar ese efecto entre los visitantes. Debió ser espectacular y grandioso en su momento. Como curiosidad deciros que tras el frente escénico, el teatro contaba con un atrio en el que se reunían los artistas y mecenas después de las representaciones. Os recomiendo deleitaros recorriendo las gradas, la orquesta y el escenario como si fuerais unos auténticos cómicos romanos e incluso, deambular por los restos de la basílica adyacente donde se pedía a los dioses que fueran propicios con el espectáculo.

Restos de la basílica romana del teatro
Sin embargo, no sólo se ha recuperado el Teatro Romano de Cartagena, existen otros restos romanos de importancia en la ciudad como el Barrio del Foro, en la colina Molinete. En este lugar se están llevando aún a cabo importantes trabajos arqueológicos para recuperar los distintos edificios que formaban el centro neurálgico de Carthago Nova. Como las Termas del s. I d.C., con la sala fría que mantiene su suelo de mármol original, la sala templada que preserva parte del sistema de calefacción romano o hipocaustum y la sauna o caldarium cuyos hornos han sido encontrados en el Decumano.

Barrio del Foro romano


Reconstrucción del Santuario
Para entrar al recinto termal construyeron un peristilo o plaza porticada donde los romanos solían reunirse, con un pavimento de ladrillo colocado en forma de espina de pez. Aquí se encontró un cuerno de la abundancia que probablemente portaría una estatua femenina.

El edificio del Atrio podría haberse dedicado a celebraciones y banquetes pues sus muros estaban ricamente decorados y los suelos estaban adornados con mosaicos. En las calles anexas aún podemos encontrar huellas de carros y otros elementos señalizadores.

Por último, el Santuario, que estuvo en uso hasta finales del s. III, era el recinto sagrado donde se rendía culto a la imagen de la divinidad. En este caso podría tratarse de los dioses orientales Isis y Serapis, por unas inscripciones encontradas en las inmediaciones.

Existen otros monumentos romanos en Cartagena, tales como la Casa de la Fortuna, una casa completa decorada como en la época romana que nos permite entender el modo de vida y costumbres de los habitantes de la ciudad en el s. I d.C. o el Augusteum, lugar de culto al emperador.

Estatua en honor al fundador de la ciudad, Asdrúbal el Bello
Una de los mejores lugares para conocer el pasado de la ciudad es el Castillo de la Concepción, sobre una colina que domina la ciudad. Se puede acceder gracias al ascensor panorámico de 45 metros de altura dispuesto a tal fin. Desde él se divisan los restos del anfiteatro romano

Vista panorámica del anfiteatro desde el acceso al castillo, en segundo término la universidad
El origen de este castillo se remonta al siglo XIII, cuando el rey Alfonso X el Sabio lo mandó levantar como punto estratégico y defensivo de la ciudad. Aunque su uso actual es bien distinto, es el Centro de Interpretación de la Historia de Cartagena. El recorrido por sus estancias resulta muy interesante. Se trata de una ampliación de los s. XVII y XVIII donde se expone la historia de la ciudad desde la dominación musulmana hasta la conquista cristiana por el rey Alfonso de Castilla, Alfonso X. 

Una de las puertas de acceso al recinto fortificado del castillo

Interior de la Torre del Homenaje
La torre del homenaje proyecta un audiovisual sobre todas las culturas que han pasado por la ciudad desde cartagineses, romanos, bizantinos, musulmanes hasta su desarrollo modernista a principios del siglo XX. Todo este crisol de culturas y gentes han dotado a Cartagena de su carácter plural y abierto. Para culminar la visita no dejéis de contemplar las mejores vistas 360º que abarcan todo el casco urbano y el puerto.

Las maravillosas vistas sobre el Puerto de Cartagena y la bahía
El paseo por las peatonales calles del centro os permitirá, con solo levantar la mirada, poder admirar algunos de los mejores edificios de la época modernista como la Casa Dorda, el Casino, el Gran Hotel o la Casa Maestre, entre otros.

Gran Hotel

Ejemplo de edificio modernista


Cartagena no da la espalda al mar, sino que el Mediterráneo forma parte esencial de su historia. Recientemente se ha inaugurado el Museo Nacional de Arquitectura Subacuática que expone piezas de más de 2.500 años y cuya última incorporación ha sido el tesoro de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, compuesto por más de 650.000 monedas de oro y plata, recuperado tras un largo litigio con una empresa estadounidense.

Museo Nacional de Arquitectura Subacuática
La visita a la ciudad no tiene por qué terminar aquí. Cartagena posee muchos otros monumentos - el Fuerte Navidad, el Arsenal, la Casa Consitorial - y alicientes como su clima suave en invierno y su particular gastronomía - no olvidéis probar la mojama o la tapa marinera, el típico pulpo de roca a la cartagenera o el conejo al ajo cabañil, entre otros manjares.

Tapeo cartagenero, tapa marinera de ensaladilla rusa y anchoa en salmuera
Cartagena, una ciudad milenaria emplazada en plena Costa Cálida mediterránea que tiene mucho que ofrecer al visitante.

Susana

3 comentarios :

  1. Todos los restos romanos repartidos por nuestra geografía nacional son en general muy interesantes de ver y muy curiosos de visitar. Estos de Cartagena no los conocía y me han gustado bastante por el buen trabajo de recuperación del patrimonio histórico de esta ciudad milenaria.

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  2. Realmente es precioso poder contemplar estas ruinas romanas y transportarse a tiempos pasados. Indispensable su visita si viajas por estas tierras.

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  3. Pues hace tanto tiempo que estuve en Cartagena que, después de leer tu artículo, me he dado cuenta que tengo que volver. Recuerdo su magnífico puerto y las calles tan agradables para pasear.
    Muy interesantes todos los restos arqueológicos que ofrece, el Museo y el formidable Teatro Romano.

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