Toledo es una ciudad llena de historia y de rincones por descubrir que la convierten en una ciudad única. Así que estoy seguro que si te adentras por sus calles y te dejas llevar, encontrarás algún lugar inesperado que cumplirá con creces tus expectativas. Aunque hay bastantes sitios que merece la pena visitar te voy a acercar a extramuros de la ciudad, lejos de la mirada de los turistas que la visitan cada día para enseñarte uno de sus tesoros históricos que pasa totalmente desapercibido.
Se trata del Palacio de Galiana, la antigua almunia de Al-Mamún, rey de la Taifa de Toledo. Un antiguo palacio mudéjar del siglo XI que fue lugar de recreo y residencia de verano, un lugar que te aseguro te sorprenderá. Lo encontrarás en las que fueron las huertas del rey junto a la fértil vega del Tajo y próximo a la estación del AVE.
El palacio es de propiedad privada y no es visitable, excepto los lunes, cuando es posible realizar una visita guiada con el guarda que lo cuida y también se encarga del jardín. Una vez concertada la cita previa, busca la puerta de entrada a la finca y sigue el camino de tierra, verás que desemboca en una pequeña explanada donde deberás dejar el vehículo. Busca al guarda en la casa que hay junto al palacio y te guiará por el interior del mismo, contándote toda su historia.
Presta atención y déjate sorprender con su fachada revestida de hiedra, con su alberca o los restos de policromía del siglo XIII que aún se conservan en sus zócalos, todo ello rodeado de bellos y cuidados jardines. El interior, a pesar de no ser muy grande, tiene bastante encanto, verás que es una hermosa joya arquitectónica. He de decirte que aunque la planta del edificio sigue siendo típicamente islámica, el palacio tal como lo ves ahora es una reconstrucción que se realizó en el siglo XIV porque el original quedó prácticamente destruido.
Como lugar histórico y mágico que es, está rodeado de una buena colección de historias y sobre todo de leyendas. El palacio debe su nombre, según cuenta la leyenda, a la hija de un rey musulmán que habitó entre sus muros.
La bella princesa Galiana, así se llamaba la joven, vivió un amor apasionado con un caballero cristiano, Carlomagno, que por entonces se encontraba en Toledo en misión diplomática.
Aquella princesa vivía rodeada de todos los refinamientos y placeres que su padre, el rey Galafre podía darle. Sin embargo, necesitaba lo primordial: ser amada, enamorándose locamente del joven cristiano. La princesa estaba prometida al gobernador de Guadalajara, así que no hubo más remedio que acudir a un duelo cuyo premio era la mano de la bella Galiana. Aquel duelo acabo con la victoria de Carlomagno que acabó casándose con la princesa. Desde entonces dicen que el espíritu del arrogante gobernador pasea cada noche por las almenas del palacio exigiendo venganza.
Por el palacio pasó también Alfonso VI de Castilla, cuando buscaba refugio al verse obligado a huir de sus enemigos. El rey Al-Mamún ofreció protección al cristiano y a sus tropas a cambio de fidelidad. Cuentan que una noche, Alfonso escuchó una conversación entre Al-Mamún y uno de sus ministros sobre cuál era el flanco más débil de la ciudad. El cristiano se hizo el dormido y Al-Mamún, pensando que había escuchado la conversación, para asegurarse de ello, ordenó que le trajeran plomo hirviendo acercándolo al cristiano que no se inmutó hasta que derramaron el plomo en la mano gritando de dolor. Aquella noche Al-Mamún durmió tranquilo pensando que no había sido escuchado, según la leyenda, poco después Alfonso entró a la ciudad por ese flanco y conquistó Toledo que pasó a manos cristianas.
El Palacio de Galiana ha sido escenario de rodajes y series de televisión como Águila Roja e Isabel. Además en él se pueden realizar cualquier tipo de eventos y es el lugar donde muchos novios se hacen las fotografías en el día de su boda. Cuando hayas terminado la visita, no te olvides de entregar la voluntad al guarda por haber perdido parte de su tiempo en enseñarte el palacio y haber servido de guía.
Rafa
Ni te imaginas, Rafa, lo bien que me viene, por múltiples motivos, este artículo tuyo….
ResponderEliminarLas leyendas siempre tienen su parte de atractivo. Había leído que Abenzaide, el prometido de la princesa, al ser derrotado en el duelo a muerte, juró vengarse, y que fue él quien desveló a Alfonso VI la manera de conquistar la ciudad. Fuera como fuese, Toledo guarda tanta historia y encanto que por ello es una de las ciudades más visitadas e interesantes de España.
Preciosas las fotos que acompañas y que nos muestran la belleza de este palacio y sus jardines.
Vaya descubrimiento Rafa. Impresionante este lugar, totalmente desconocido para mi y creo que para muchos lectores del blog. El arte mudejar es una maravilla y este es un buen ejemplo de lo poco difundido que está. La leyenda que esconde el artículo es interesante y aporta mucho. Que maravilla de rincón, #Toledo siempre nos trae sorpresas. Gran trabajo compañero.
ResponderEliminarMe gusta mucho Toledo y no hay día que vaya que no descubra algo nuevo que me sorprenda como esta joya arquitectónica. Es una autentica maravilla cargada de historia y de leyenda.
ResponderEliminarToledo es una ciudad que nunca dejará de sorprender al visitante y lo mejor de ella es que parece que se ha detenido en el tiempo. Como en el caso de este palacio de Galiana, cuya visita nos traslada a la época nazarí y de los reinos de taifas, cuando Toledo era una urbe impresionante que daba cabida a diversas culturas. Te felicito por el artículo y queda anotada la visita a este "must-see".
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