jueves, 21 de abril de 2016

En un lugar de La Mancha...

"En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme..."

Con estas palabras comienza la obra cumbre del castellano, El Quijote, pero ¿a qué lugar se refería Miguel de Cervantes con este enigmático inicio? 

D. Quijote saludando desde la Plaza Mayor
En el año 2005, con motivo del IV centenario de la publicación del Quijote, un equipo de expertos en varias disciplinas de la Universidad Complutense de Madrid se reunió para determinar con la mayor exactitud posible el lugar de partida del ingenioso hidalgo D. Quijote de La Mancha. En su investigación siguieron pautas como el tiempo y la distancia a los lugares que aparecen en la obra o la velocidad de Rocinante y llegaron a la conclusión de que el lugar de La Mancha era Villanueva de los Infantes... pero quizás también podría ser Argamasilla de Alba o Mota del Cuervo... ¿Quién sabe? Todos estos municipios se disputan el honor del ser el lugar del que partió el ingenioso hidalgo. A mi me gusta pensar que Cervantes hizo una jugada magistral al no desvelar la patria de Don Quijote. En la segunda parte del Quijote Cervantes escribe:

"Este fin tuvo el Ingenioso Hidalgo de la Mancha, cuyo lugar no quiso poner Cide Hamete puntualmente, por dejar que todas las Villas y Lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenérsele por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero". (Cap. LXXIV, 2ª parte del Quijote)


La histórica localidad manchega de Villanueva de los Infantes se encuentra enclavada en una comarca conocida como Campo de Montiel, al este de la provincia de Ciudad Real. Durante el siglo XIV perteneció a Montiel hasta que pasó a denominarse Infantes gracias al título de villa que le otorgó el Infante D. Enrique de Aragón y sus hermanos en 1421. Con posterioridad tomó el nombre de Villanueva y se convirtió en la capital de la comarca por orden de Felipe II. En la actualidad ostenta el título de ciudad desde 1895 y fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1974.

Iglesia de San Andrés en la Plaza Mayor
Recorrer su hermoso casco histórico es una delicia. Su Plaza Mayor, de grandes dimensiones, es el centro de la localidad donde se encuentran el ayuntamiento y la iglesia de San Andrés. Todos los edificios son de estilo renacentista tardío y neoclásicos.
La fachada principal del templo es imponente con su arco de medio punto con la imagen de S. Andrés y el escudo de los Austrias mientras que las otras dos fachadas son de finales del Renacimiento. En el interior destacan el púlpito plateresco, la ornamentación de sus cúpulas y la capilla donde descansan los restos de Francisco de Quevedo. El famoso literato murió en esta localidad tras pasar parte de su cautiverio en una celda del Convento de Santo Domingo, que se puede visitar durante el recorrido por Infantes.

Plaza Mayor

Casa del Caballero del Verde Gabán
La calle principal de Villanueva de los Infantes es, como no podía ser de otro modo, la calle Cervantes que parte de la Plaza Mayor. Es peatonal y alberga algunas de las casonas y palacios más sobresalientes de la localidad como la Casa del Caballero del Verde Gabán, D. Diego de Miranda, descrita por Cervantes en el capítulo XVIII de la 2ª parte del Quijote o el Palacio de Rebuelta con sus columnas de estilo griego.



En el cruce de la calle Cervantes con Jacinto Benavente os topareis con algunos ejemplos de fachadas y escudos de los muchos que existen en la ciudad: el Palacio de Melgarejo, la casa-cuartel de los Caballeros de Santiago o la casa del Marqués de Camacho.

En la misma calle también encontraréis la oficina de turismo ubicada en el interior del Museo "El Mercado" en un lateral del Convento de la Encarnación, perteneciente a la orden dominica y de estilo barroco. El Mercado es un museo de arte contemporáneo que alberga obras de Juan Genovés, Eduardo Úrculo, Miró, Tapies o Miquel Barceló, entre otros.

Celda de Quevedo
Al final de esta calle se llega a la Plaza de San Juan presidida por el Convento de Sto. Domingo con su iglesia del s. XVII, de planta de cruz latina y tres capillas laterales. Sufrió la desamortización en el año 1844 y en un lateral se halla el acceso para visitar su claustro y la celda donde falleció Quevedo. Existe un proyecto para convertirlo en hospedería pero al parecer no encuentran inversores.

Patio de la Casa de los Estudios
Continuamos el paseo tomando la calle Santo Tomás, jalonada de casas blasonadas hasta llegar a la Casa de los Estudios, que esconde un bello patio de estilo mozárabe donde se impartían clases de Gramática y otras disciplinas a un grupo de entre 10-20 alumnos, descendientes de nobles y pudientes de la región. Algunos de sus maestros fueron Bartolomé Jiménez Patón, Pedro Simón Abril o Francisco de Quevedo, entre otros. Aunque es de propiedad privada se puede acceder al patio a través de la tienda.

Casa del Arco
Enseguida llegamos a la Casa del Arco, antigua casa de los Cañuto, fácil de reconocer por el ostentoso pórtico neoclásico de piedra del s. XVII, similar a la fachada sur del templo de S. Andrés.

Rodeando la parte trasera de la iglesia, se encuentra la fachada del antiguo Hospital de Santiago, de estilo barroco y renacentista que fue hospital de transeúntes y hoy es casa de la cultura y biblioteca. Anexa a él, la capilla del Remedio. 

A continuación nos dirigimos al Convento de Trinitarios en la Plaza de la Trinidad, que atesora una talla barroca de Ntro. Padre Jesús Rescatado, de gran calidad y hacia el este, la iglesia del Corpus Christi, de gran altura y empaque.

Regresamos a la Plaza Mayor por la calle Rey Juan Carlos I donde nos detenemos en la conocida casa de D. Manolito, del s. XVI, con su enorme patio cubierto, hoy Hogar del Jubilado, y un oratorio en la galería superior. Enfrente, nos deleitamos contemplando la fachada del Palacio de los Ballesteros, uno de los más antiguos de la ciudad con una curiosa arquería en la parte superior.

Palacio de los Ballesteros
Terminamos nuestro recorrido por Villanueva de los Infantes en el lugar donde empezamos, la majestuosa Plaza Mayor, a la hora de comer. Os recomiendo cualquiera de las especialidades manchegas que tanta fama han dado a la cocina española: migas, gachas, pisto, asadillo, cordero, queso.... acompañadas de un buen vino de la tierra para poner la guinda a un día perfecto del que sí quiero acordarme durante mucho tiempo.

Susana

4 comentarios :

  1. Quizá Cervantes hizo bien en no desvelar el lugar exacto de La Mancha, el motivo vete tu a saber, pero ha conseguido con ese mítico comienzo del Quijote, poner en el mapa mundial una zona de España que esconde lugares como Villanueva de los Infantes. Llevaba años con ganas de visitarlo y he vuelto encantado por su monumentos y lo bien acogidos que nos sentimos. Es pura literatura lo que se respira en él. #Cervantes y #Quevedo están por todos los lados e impregnan el ambiente. Quisiera mencionar a la persona de Calambur Expirience que nos atendió y enseño la Casa de los Estudios, fue genial lo que nos contó de este lugar que recomiendo visitar, un rincón con mucho encanto. Gran trabajo Susana, un artículo muy bien escrito e interesante, se nota que la literatura te encanta.

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  2. Muy bueno tu artículo, Susana, completo, curioso y ameno.
    No conozco Villanueva de los Infantes, pero después de leerlo es como si hubiese estado allí, no obstante, cuando pasemos por aquí nos serán muy útiles todas tus explicaciones, también empezaremos y terminaremos en su Plaza Mayor.

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  3. Es imprescindible la visita a este apetecible pueblo y disfrutar de su preciosa plaza mayor, de su arquitectura, su historia y sobre todo de sus gentes manchegas. Pasear por sus calles siempre enriquece porque ha sabido mantener el aspecto de hace años y por supuesto la continua presencia del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.

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  4. Me habían hablado muy bien de este pueblo manchego y he podido disfrutar mucho dando tan agradable paseo con tu artículo y viendo tus fotos. Es realmente bonito con mucho encanto y bastantes lugares que visitar.
    Una buena propuesta para empaparte de su cultura y su historia.

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