lunes, 3 de agosto de 2015

Alcántara, Cáceres

Extremadura es la tierra de mis antepasados y me gusta explorarla en cuanto tengo ocasión. Mi marido y yo somos unos enamorados de esta tierra y teníamos ganas de pernoctar en alguno de los alojamientos de la red de Hospederías de Extremadura. En esta ocasión la elegida fue la Hospedería Conventual de Alcántara, en la provincia de Cáceres, donde nos trataron muy bien, apreciamos su excelente gastronomía y pudimos recorrer, además de Alcántara, algunos de los pueblos de "La Raya" como Brozas y Garrovillas de Alconétar. La comarca de "La Raya", o lo que es lo mismo, las tierras que forman frontera con Portugal bañadas por el río Tajo, se encuentra en el oeste de la provincia de Cáceres y junto con el país vecino comparte el llamado Parque Natural del Tajo-Internacional, una superficie protegida de más de 50.000 hectáreas.

Alcántara

Alcántara es la población que surgió a la sombra del famoso puente romano aunque se cree que sus primeros pobladores llegaron antes, en torno al s. II a.C. y se asentaron en las cercanías de la vía romana que unía Norba Caesarina, la actual Cáceres, con Viseu en Portugal. Esta vía romana recibe el nombre en portugués de Via da Estrela.

Arco de la Concepción
Durante la invasión musulmana, los árabes dotaron a la población con una fuerte muralla que sería fortificada posteriormente por la orden de Alcántara. Después se añadió al conjunto una segunda muralla para guarnecer el caserío. El recinto amurallado constaba de 11 baluartes y cuatro puertas en total. En la actualidad la única puerta de la muralla que se conserva es el Arco de la Concepción que sigue dando acceso al casco histórico de la localidad.

La poderosa orden de Alcántara fue la encargada de proteger la población desde el s. XIII por orden del monarca Alfonso IX, tras la Reconquista. En la Edad Media la orden cobra gran importancia llegando a incorporarse a la corona durante el reinado de los Reyes Católicos. La orden manda levantar entonces el Convento de San Benito, que será su casa matriz. Durante los siglos XVI-XVII se edificaron en la localidad además numerosos palacios, conventos e iglesias. Alcántara se convirtió en un enclave estratégico sobre todo tras la declaración de guerra a Portugal por parte de Felipe V en 1703.





Palacio de los Roco-Campofrío
Buen ejemplo de esta floreciente arquitectura civil son el Palacio de los Roco-Campofrío, las casas-palacio de los Topete-Escobar y de los Marqueses de Torreorgaz, situadas en la monumental Plaza de la Corredera, y con unas dimensiones espectaculares. En el suelo de la plaza hay un mosaico que representa el escudo de la orden de Alcántara.

Plaza de la Corredera
En la calle Cuatro Calles encontraréis casas blasonadas como la Casa de los Calderones, así conocida por el caldero tallado en su blasón. Esta calle desemboca en la Plaza de España presidida por la iglesia de Santa María de Almocóvar, construida sobre las ruinas de una mezquita árabe. Su fachada está considerada como una de las más bellas portadas románicas de Extremadura. A su derecha los restos de la aljama judía y la sinagoga. Delante de este templo se encuentra una bonita estatua de San Pedro y tras ella la iglesia de San Pedro de Alcántara de estilo barroco.

Iglesia de Sta. Mª de Almocóvar



El Convento de San Bartolomé perteneciente a la orden de San Francisco se erigió a las afueras de la localidad. Tras la desamortización se exclaustró a los frailes y comenzó su deterioro. En el año 1946 se instala en allí una empresa harinera. Hoy en día es la Hospedería Conventual de Alcántara, un precioso edificio que ha recuperado algunos elementos de su glorioso pasado, como el bello claustro lleno de naranjos y la iglesia del convento.

Galería de Carlos V del convento de San Benito

Aunque no cabe duda de que el edificio religioso más importante de Alcántara es el convento de San Benito del s. XVI, una enorme construcción que albergó las dependencias de los caballeros de la orden de Alcántara y que en la actualidad pertenece a Iberdrola, empresa que levantó la presa José Mª de Oriol y la central hidroeléctrica. Desde aquí se dirigieron las obras de construcción y sirvió de alojamiento para los ingenieros. Una vez finalizadas las obras la compañía eléctrica creó una fundación junto con la Diputación de Cáceres que se encarga de la recuperación y del mantenimiento del convento, una verdadera joya arquitectónica que ha sido restaurada. Es monumento nacional desde 1914 y su visita es gratuita.
La visita guiada de unos 45 minutos de duración nos permite el acceso a dependencias que de otro modo no podríamos ver como la sala capitular en la que encontramos un retrato del rey Juan Carlos I vistiendo la túnica de caballero de la orden de Alcántara, la bóveda del refectorio donde se guardan los planos de la última restauración del puente romano, el bello claustro gótico de dos plantas, el jardín, antigua zona de celdas, que sirve de mirador con unas vistas fabulosas al río y al puente de la localidad o la grandiosa iglesia de la Concepción, de tres naves que nunca llegó a concluirse, una joya del plateresco que sirvió de polvorín, de plaza del pueblo o de escenario.

El exterior de San Benito no es menos monumental. Consta de una fachada renacentista formada por tres galerías superpuestas de arcos conocida como Galería de Carlos V. En el primer nivel los arcos están rebajados, en el segundo son de medio punto y en el tercero adintelados. Todo el conjunto está adornado con escudos de Carlos V, Felipe II y la Orden de Alcántara. Aquí se celebra cada verano el Festival de Teatro Clásico de Alcántara, donde se representan obras de calidad junto con exposiciones, animación popular y un mercado medieval.

Lamentablemente en el s. XIX las tropas napoleónicas fijan su cuartel general en el convento de San Benito que quedó muy afectado por la contienda, sobre todo su inacabada iglesia. Su ingente patrimonio fue saqueado por los franceses. Incluso el recetario de los monjes, uno de sus más preciados manuscritos, fue robado de la biblioteca del convento y posteriormente publicado en Francia por la duquesa de Abrantes como propio. El recetario contenía recetas tradicionales de caza, de bacalao, el famoso consomé o el uso de la preciada trufa.

En el recorrido por Alcántara no olvidéis visitar el Centro de Interpretación del Parque Natural de Tajo-Internacional situado en una casa señorial en la plaza de España. En su interior podréis ver un audiovisual acerca de la flora y fauna del parque donde destacan las especies como el alcornoque, el quejigo, el madroño, la jara pringosa, la encina, el cantueso, etc. En cuanto a la fauna, muchas aves utilizan los cantiles fluviales para anidar. Conviene destacar la cigüeña negra, el alimoche, el buitre leonado, el buitre negro, el águila imperial ibérica, el águila real y el águila perdicera, entre otras.

Ya en el siglo XX la Guerra Civil y las desamortizaciones, como también su aislamiento, acabaron por arruinar el próspero municipio que quedó diezmado en población y recursos hasta hoy.

Susana



4 comentarios :

  1. A nosotros también nos apetecía conocer alguno de los establecimientos de la Red de Hospederías de Extremadura y estuvimos en uno de ellos hace poco, y nos gustó bastante, que por cierto tendría que escribir algo sobre ello para nuestro blog.
    Un artículo muy completo y muy bien contado, Susana. Alcántara tiene mucha historia y mucho que ofrecer a sus visitantes.

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  2. Extremadura tiene infinidad de lugares donde perderte, donde encontrar la paz y el relax que a veces tanto buscamos. Por lo que nos cuentas, todo invita a quedarse en Alcántara, un interesante pueblo con una gran historia detrás. Seguro que no dejará nunca indiferente a quien lo visita.

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  3. Extremadura siempre me impresiona por la cantidad de rincones que hay por descubrir, este en concreto me ha gustado bastante.
    Y una buena opción es visitar el Festival de Teatro Clásico de Alcántara.

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  4. #Extremaduranuncadefrauda, lo seguiré diciendo hasta la saciedad, en el caso de Alcántara, se confirma. Un pueblo monumental donde destaca el Puente Romano y el convento de San Benito, pero que paseando por sus calles descubre palacios y casonas de gran porte. Todo ello rodeado por un fantástica naturaleza con el río Tajo como telón de fondo. Si esto lo compaginas con la gran estancia en la hospedería te queda un viaje de rechupete. Lo tiene todo para pasar unos días, desconectar y disfrutar de lo placeres de este mundo, el arte, la naturaleza y la gastronomía.
    Gran artículo Susana, lo has clavado.

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