Entre el laberinto de calles empedradas del centro histórico de Girona se encuentra uno de los barrios judíos mejor conservados de Europa. De orígenes más bien inciertos, se cree que los primeros judíos se instalaron en Girona a finales del siglo IX. Durante sus tiempos de esplendor este barrio llegó a contar con tres sinagogas y albergó una importante población, convirtiéndose en una de las comunidades judías más importantes de su época.
Os propongo disfrutar de este barrio, el recorrido por sus calles estrechas y empinadas escaleras enseguida nos sumergirá en su calma y tranquilidad, todo se conserva tal como fue en otra época. Hoy es el lugar ideal para un solitario y tranquilo paseo aunque en otros tiempos el bullicio tuvo que ser considerable. Sus casas, muchas de ellas deshabitadas, fueron ocupadas por familias de artesanos y comerciantes que desarrollaban su vida con sus leyes y costumbres.
Para profundizar más en la historia de esta antigua judería debemos visitar el Museo de Historia de los Judíos. El edificio ocupa el mismo lugar donde se encontraba la última sinagoga de la ciudad. Las diferentes salas del museo nos muestran los orígenes de las comunidades judías, cómo era la vida cotidiana y sus tradiciones. Nos haremos una idea de cómo eran las casas y los patios, también veremos dónde tenían lugar las celebraciones religiosas y dónde se estudiaba.
Como tantos lugares mágicos, el barrio judío de Girona tiene su propia leyenda. Cuentan que hace mucho tiempo unos campesinos llegaron a la ciudad para celebrar la feria de San Lorenzo. Incitados por el clero, enloquecidos y furiosos entraron en el Call donde robaron, saquearon y degollaron a muchos judíos. Algunos huyeron, otros encontraron refugio en casas de cristianos con los que mantenían buenas relaciones comerciales y otros salvaron su vida al consentir ser bautizados en la fe cristiana.
Muchas personas que han paseado por el barrio judío, sobre todo de noche, aseguran que han podido escuchar los lamentos de una mujer sollozando, cantando una triste canción. Sonidos que se acercan y se alejan, no sabiendo bien de qué lugar exacto provienen. Es el fantasma de una mujer llamada la Tolrana que vaga sin descanso por el antiguo barrio judío de Girona. Vivía en el Call y cuyo cadáver fue encontrado decapitado en la Torre Gironella, lugar donde se habían refugiado muchos judíos a causa del ataque de los furiosos campesinos.
Recorred sin prisas su laberinto de calles y callejones descubriendo todos sus secretos y dejaos llevar por su silencio. Probablemente en algún rincón os sorprenda de un momento a otro el fantasma de la Tolrana o el de algún rabino.
Loli
Gerona forma parte de la Red de Juderías de España, la asociación que se encarga de mantener y promocionar nuestro legado sefardí.
ResponderEliminarLos antiguos barrios, con sus casas, museos y calles mantienen el encanto de esta cultura, existiendo un creciente interés por sus costumbres e historia.
Segovia, Cáceres y Córdoba (entre otros) cuentan también con importantes Juderías que atraen tanto a turistas como a especialistas en el tema.
Interesante artículo, Loli, y bonitas fotos.
Girona me pareció una ciudad con carácter no sólo por el legado que han dejado las numerosas culturas que la han habitado, también por cómo se ha conservado hasta ahora. Uno de los paseos más recomendables es recorrer la muralla donde podemos admirar unas preciosas vistas o perderse por las sinuosas y angostas calles de la judería. Otra visita imprescindible son los baños árabes, muy bien rehabilitados y totalmente recomendables y por supuesto, la maravillosa catedral. No pudimos entrar en el Museo de historia judío por falta de tiempo pero si callejeamos por la zona. Genial la leyenda que nos cuentas y que desconocía por completo.
ResponderEliminarMerece la pena perderse por Girona, una hermosa ciudad desde cualquier ángulo y en cualquier momento del día para contemplar los preciosos rincones del barrio judío y pasear por sus callejuelas tan bien conservadas. Una experiencia que nos hará viajar en el tiempo con un poco de imaginación, así que no cuesta trabajo imaginar como era la vida en aquella época.
ResponderEliminarEl centro histórico de Girona es pequeño, coqueto y esta bien conservado. Pasearlo es un placer y en concreto en el barrio judio te puedes encontrar preciosos y estrechos rincones donde perderte. Imprescindible conocer los baños árabes, te deslumbrarán con su belleza. Gran trabajo Loli.
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