La bella Ciudadela fue capital de Menorca hasta la dominación inglesa en el siglo XVIII. El gobernador inglés trasladó la capital a Mahón como represalia por el "poco aprecio" que mostraron los habitantes de la ciudad hacia los ingleses. Pero su ilustre pasado es indiscutible y palpable en todos y cada uno de los rincones que conforman su casco antiguo. Testigos directos de su esplendor fueron los miembros de la aristocracia menorquina, que no dudaron en hacer de Ciudadela su lugar de residencia.
Ciudadela |
Ciudadela está bañada por un pequeño puerto que se adentra hasta el mismo corazón de la ciudad donde un entramado de angostas calles se alternan con casonas señoriales, iglesias y palacios, ofreciendo un conjunto monumental de gran belleza.
Nada más llegar a la ciudad, no queda más remedio que olvidarse del coche y disponerse a disfrutar de un pausado recorrido a pie. Podemos iniciar la visita en la plaza de Alfonso III, para luego tomar la calle de Maó que nos conduce a una de las calles más curiosas de la ciudad. Lleva el nombre del polígrafo menorquín Josep María Quadrado. En su primer tramo está rodeada de arcadas, para luego continuar cubierta solamente un lateral hasta la plaza de la Catedral.
Soportales en la calle Josep María Quadrado |
La Catedral de Santa María de Ciudadela es de estilo gótico catalán con una portada neoclásica. Tuvo que ser reconstruida casi en su totalidad cuando los turcos asaltaron la ciudad.
Catedral de Santa María |
En busca de la plaza del Borne nos encontramos con los palacios Salort y Torre Saura, situados uno frente a otro. Actualmente el palacio Salort es un museo que muestra el pasado señorial menorquín. Dicen que estas dos familias se llevaban fatal y prueba de su enemistad es que, sobre la puerta del palacio Torre Saura hay una cara de mujer cubierta por un velo.
Ya en la plaza del Born, llama la atención otro palacio, el de Vivó con su llamativa fachada de color rosa y el Teatro des Born, escenario de los más importantes acontecimientos de la ciudad.
Esta ciudad ofrece mucho más. La antigua residencia de los gobernadores de la isla se ha convertido en el Ayuntamiento, junto al edificio un mirador nos ofrece una panorámica del pintoresco puerto. En medio de la plaza se levanta un obelisco conmemorativo a la resistencia de los ciudadanos ante el ataque turco que padeció la ciudad.
Ciudadela es realmente preciosa, un deleite para los sentidos. Al caer la noche pasear por sus calles repletas de tiendas o por su viejo puerto resulta gratificante.
Escoltados por los restos de las antiguas murallas el puerto es una de las zonas más concurridas de la ciudad, muy frecuentado por los turistas donde encontramos los mejores restaurantes, terrazas y bares de la zona. Es un lugar muy agradable, lleno de vida y muy buen ambiente.
Loli
Qué bonito lugar el que nos enseñas, Loli. Me ha gustado mucho la calle con los soportales blancos; y me ha hecho gracia la foto de las zapatillas menorquinas, supongo que allí estarán por todas partes. Apetece ya ver el ambiente veraniego que se plasma en tus agradables fotografías.
ResponderEliminarPreciosas fotos y precioso lugar ^^ Yo he ido a Mallorca y es bonita, pero todo el mundo me recomienda mucho Menorca. Tengo que ir un día a ver ^^
ResponderEliminarUn propuesta estupenda. Sin duda uno de los lugares más bonitos de esta isla, lleno de encanto e historia. Las fotos son increíbles y no hago más que pensar en coger la maleta e irme para allá. Seguiré tus andanzas por Menorca con detenimiento. Excelente trabajo, Loli.
ResponderEliminarMe trasladaría de inmediato para allá, para pasear por esas callejuelas y perderme por tierras menorquinas. Por lo veo en las fotos es una ciudad pequeña y coqueta con bonitos rincones. que el puerto se adentre en la ciudad le da un carácter especial. Gran artículo Loli, me dan ganas de irme de vacaciones ya mismo.
ResponderEliminarUna buena forma de conocer Menorca es empezar por la antigua capital de la isla. Es una ciudad muy interesante que tiene más de pueblo grande que de ciudad. Me gusta mucho el ambiente que hay en el puerto, especialmente por la noche donde encontraremos decenas de bares y restaurantes con terrazas. También merece la pena echar un vistazo a los comercios, ya que aparte de las famosas abarcas o menorquinas podemos encontrar productos locales interesantes.
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