“En 1410 muere Martín, rey de
Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca. No dejando sucesión directa, los nobles
acuerdan reunirse para discutir un posible heredero. Los representantes de
estos reinos junto a los embajadores de Castilla, Sicilia y Francia se juntaron
en este castillo. Por votación recayó la Corona en el Infante de Castilla Don Fernando, y
fue proclamado como Fernando I Rey de la Corona de Aragón. Solucionándose pacíficamente un
tema que siempre se resolvía con enfrentamientos y guerras.”
Este fragmento histórico se puede
leer en un mural del castillo. El Parador de Alcañiz tiene el nombre de La Concordia para
conmemorar estos hechos.
A 105 kilómetros de
Zaragoza y a 155 de Teruel, sobre el cerro Pui Pinos, se levanta el castillo de
carácter militar y religioso, que fue sede de los comendadores y alcaides del
Priorato Calatravo. Desde esta fortaleza-abadía mantuvieron su señorío por todo
el Bajo Aragón hasta la
Desamortización en 1856, entonces pasó a ser propiedad del
Estado.
En el siglo XIX el conjunto
presentaba un gran abandono ya que se utilizó como cuartel, almacén y polvorín.
Finalmente se pensó en su demolición, hasta que a mediados del siglo XX
comenzaron las obras de arreglo del
castillo y la habilitación del antiguo palacio como Parador de Turismo.
Después de cruzar un gran arco se llega al
palacio del Infante Don Felipe. El Parador está en este maravilloso edificio
histórico. Pasando el antiguo patio de
armas se accede al claustro y a la capilla. Se conserva la Torre del Homenaje, el
campanario y la sacristía. En el conjunto del castillo de Alcañiz se distinguen
dos partes; el castillo-abadía de los Calatravos y el palacio de los Comendadores. Parte del
establecimiento hotelero se encuentra en el palacio del siglo XVIII.
Las antiguas caballerizas y el espacio del cuerpo de armas acogen ahora el bar y la recepción. En una parte del claustro está instalada la cafetería con algunas mesas bajo los árboles y otras bajo los arcos, un sitio realmente acogedor.
Tiene dos comedores, uno para los
desayunos y otro que es el restaurante. Éste está decorado con escudos de armas y
una gran chimenea. Durante los días que estuvimos alojados en este espectacular
Parador, probamos un menú llamado “Las verduras son protagonistas” compuesto
por varias sugerencias a elegir: ensalada de verduras, hortalizas y frutas o
salteado de verduras con humus de garbanzos y salsa de pimientos. Como plato principal, tallarines de verduras
salteadas con frutos secos sobre merluza o parrillada de verduras con ternasco
confitado. El vino de la región “Coto de Hayas” en la sección de su carta
denominada “Armonía y equilibrio” destaca por su estupenda relación
calidad-precio. De postre, creps de calabaza con queso, nueces y helado de
frambuesa o bizcocho de chocolate con naranja y zanahoria. Un menú redondo,
saludable y delicioso que se disfruta aún más tomándolo en este precioso
entorno.
Una de las exposiciones para
visitar durante la estancia en Alcañiz es el Museo de Arqueología del Bajo
Aragón, que muestra la historia y los orígenes de la cultura ibérica.
Dando un paseo desde el parador
se llega a la Plaza
de España, desde aquí se puede hacer una
visita guiada por la localidad, parte a pie y parte en un divertido tren
turístico. Durante el recorrido se accede a la Lonja situada junto al Ayuntamiento renacentista,
a la Iglesia
de Santa María La Mayor
de fachada barroca, y se pasa por la Fuente de los 72 Caños. Lo
que más me gustó del recorrido fue la galería subterránea a la que se accede
por unas estrechas escaleras excavadas en la roca. Neverías, aljibes, desagües,
almacenes y pozos se pueden recorrer por las largas galerías bajo las casas de la Calle Mayor. Se cree
que existe una red de corredores que comunicaba los principales edificios de la
población.
La visitada programada termina en
el castillo de la Orden
de Calatrava. La Torre
del Homenaje guarda una colección de frescos de pintura al temple del siglo
XIV. También en el atrio de la iglesia
se pueden ver este tipo de pinturas. Es un espectacular conjunto de murales
góticos que me encantaron y me sorprendieron por los múltiples detalles que
contienen, sólo por contemplarlos merece el viaje a Alcañiz, si además nos
alojamos en el Parador “La
Concordia ”, es una delicia de escapada.
Inma
No sabía que Alcañiz distaba tantos kilómetros de Teruel. Es sin duda una localidad bien cuidada y monumental que guarda bellos tesoros como su Parador o su castillo de Calatrava. Una gran propuesta para una escapada primaveral.
ResponderEliminarEste parador tiene una situación privilegiada nos permite hacernos una idea su papel en los siglos XII-XIII, me encanta los paradores con tanta historia.Un sitio muy recomendable .
ResponderEliminarNo conozco Alcañiz y este parador es precioso, su situación en lo alto del cerro que domina el pueblo, lo hace que tenga una vista excepcional y, si a ello sumamos el propio edificio el lugar es único.
ResponderEliminarUn parador precioso el de Alcañiz, parece muy tranquilo y acogedor. Es un lujo poder alojarse en estos lugares con tanta historia. Me han sorprendido gratamente las pinturas al temple, son espectaculares. Lo de las galerías subterráneas tiene que sorprender mucho al visitante. Gran trabajo Inma, nos hemos hecho una idea muy buena de lo que es Alcañiz y su parador.
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