Cuanto más mayor me hago más siento la necesidad de estar en contacto con la naturaleza y es por este motivo por el que nos decidimos a repetir la visita a este paraje natural tan bello y escondido en la provincia de Guadalajara, a tan sólo 10 minutos de Sigüenza.
Esta zona no queda lejos de casa así que tampoco tuve que renunciar a una de mis grandes pasiones que es dormir. Antes de llegar al pueblo de Pelegrina, un pequeño mirador a la izquierda de la carretera nos avanza el espectáculo con el que nos vamos a encontrar unos kilómetros más abajo. El mirador está dedicado a Félix Rodríguez de la Fuente, gran defensor de la naturaleza, que además grabó varias secuencias para su programa Fauna Ibérica dentro de este cañón.
Una vez dentro de la localidad, lo mejor es dejar el coche aparcado en alguna calle y dar un paseo por este pequeño pueblo alcarreño, desde las ruinas de su castillo se contemplan unas magníficas vistas de la zona, para después tomar el sendero hacia el río Dulce que comienza justo detrás del bar y que puede realizarse a pie o en bicicleta.
Al comienzo del paseo el sendero es ancho y está plagado de nogales, en otoño es una delicia recoger las nueces esparcidas por el camino e irlas comiendo según avanzamos. Es muy recomendable tomar frutos secos para reponer energías en estos paseos. Más adelante, tras 1.5 Km. nos toparemos con la caseta donde el doctor Rodríguez de la Fuente y sus colaboradores guardaban el equipo de filmación.
Poco a poco nos adentramos en este pequeño barranco labrado por el río Dulce donde encontraremos helechos y la vegetación habitual del bosque de ribera. Percibimos la humedad y el murmullo del agua va en aumento así como el canto de los pájaros. Buscando con nuestra mirada la cima de las paredes del cañón observaremos algunos nidos de rapaces llegando incluso a avistar buitres y halcones planeando sobre nosotros.
Pero como en un buen libro lo mejor se queda para el final, pues si continuamos remontando el río y atravesamos una zona rocosa de mayor dificultad nos encontraremos de bruces con el final del cañón por el que se precipita en cascada el río que nos ha ofrecido su compañía durante todo el recorrido. El contacto con la naturaleza se deja notar aquí con mayor intensidad debido el estrépito con el que caen las aguas del Dulce y al respirar el aire puro de esta zona protegida.
Recomiendo finalizar el día visitando Sigüenza a escasos 10 minutos y comiendo en cualquiera de sus numerosos restaurantes o en el propio Parador o tomar unos típicos torreznos en alguno de sus bares, el esfuerzo realizado bien merece esta suculenta recompensa.
Susana
Es un paseo muy bonito, me gusta especialmente en otoño y andar junto al río es muy agradable. Desde el mirador de Félix Rodríguez de la Fuente hay unas impresionantes vistas de la zona.
ResponderEliminarUna propuesta muy buena para pasar el día, que como bien dices, se puede completar con una visita a la localidad medieval de Sigüenza.
Una excursión muy interesante para ahora cuando llegue la primavera , siempre que hemos ido a Sigüenza nos hemos acordado de esta ruta , pero que nunca la hacemos .
ResponderEliminarComo dice Inma ,muy buena propuesta después de andar un poquito para terminar en algún restaurante de Sigüenza.
Me encantan este tipo de lugares donde disfrutar de la naturaleza, aunque no lo conozco personalmente lo he visto en numerosas ocasiones. He disfrutado mucho con los documentales de Félix Rodriguez de la Fuente grabados en estos parajes. Gracias Susana por traernos esta escapada tan dulce.
ResponderEliminarPara mí es un lugar con mucho encanto, lo he visitado en tres ocasiones y seguro que lo haré en alguna ocasión más. Es un paraje ideal para pasar un día en plena naturaleza y desconectar del mundanal ruido. Llegar al final de la hoz y encontrarte ese majestuoso salto de agua es una gran recompensa. Si esto lo conjuntamos con la visita a Sigüenza se convertirá en un día de lo más completo. Por cierto Susana vaya jovenzuelo tan guapo el de a foto. Je,je.
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