lunes, 4 de febrero de 2013

El Reino de Patones



Panorámica de los tejados de Patones
Patones de Arriba es un municipio de la Comunidad de Madrid cerca del límite con Guadalajara, al noreste de la comunidad y en las estribaciones de Somosierra. Se trata de un lugar de montes, aguas y pantanos y su ubicación se halla íntimamente ligada al pantano del Atazar, del que bebemos agua todos los madrileños gracias al Canal de Isabel II, al río Jarama y a la presa del Pontón de la Oliva, que fue la primera que suministró agua corriente a la ciudad de Madrid.
El acceso a este enclave es difícil. Desde su homónimo Patones de Abajo hay que girar a la izquierda y subir por unas empinadas rampas de gran desnivel y varias curvas muy cerradas para terminar salvando con un estrecho puente la impresionante garganta que desemboca en el pueblo tras 2,5 Km de ascenso. Una recomendación, dejad el coche en alguno de los improvisados aparcamientos de las afueras ya que todo el pueblo es exclusivamente peatonal y la carretera finaliza a la entrada sin muchas garantías de estacionamiento.



Angosto acceso al pueblo
Iglesia de Patones de Arriba



Una vez situados en la entrada del pueblo y contemplando la iglesia románica así como la disposición de sus calles y casas la sensación del tiempo detenido, de estar ante un pueblo anclado en el pasado es total.
Todo el pueblo ha sido reconstruido con sus materiales originales pizarra y piedra de la sierra, madera en las ventanas y chimeneas que presagian cálidos salones en las frías y oscuras tardes de invierno. Es lo que se conoce como “arquitectura negra”. 







La mayor parte de las construcciones de Patones de Arriba están dedicadas al turismo o a la hostelería pues este es un lugar especial para una escapada romántica o gastronómica de fin de semana desde la capital. Hay multitud de hoteles y casas rurales y pequeños y acogedores restaurantes que ofrecen platos típicos de la cocina serrana que llenaran el buche y colmarán el espíritu.


Arquitectura típica

Como colofón al paseo por este desconocido pueblo de Madrid, deciros que antes que municipio fue reino. La leyenda cuenta que los visigodos fundaron el Reino de Patones y que unos de sus moradores que contaba con el respeto de sus vecinos ejercía de monarca. Debido al difícil acceso a este lugar las guerras, batallas y reyes de España lo pasaron por alto hasta mediados del siglo XVIII cuando el Duque de Uceda, señor de estas tierras nombra un alcalde pedáneo. Hasta entonces la población había contado durante siglos con un Rey de sucesión hereditaria que hacía las veces de alcalde o juez de paz y mediaba en las disputas.
Tras la Guerra Civil la población comienza a emigrar de Patones hacia otras tierras más fértiles donde poder pastorear y con inviernos más suaves creando así el núcleo de Patones de Abajo y Patones de Arriba queda sumido en el abandono hasta los años 70, momento en que comienza la reconstrucción y repoblación del lugar.


Si venís a Madrid reservad un hueco para visitar este pintoresco rincón de la sierra. No os arrepentiréis.

Susana

5 comentarios :

  1. Es un pueblo precioso muy pintoresco , me gusta pasear por sus calles y comer allí ,todos los años nos acercamos .
    Los fotos muy chulas Susana la última me encanta.

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  2. Es una excursión imprescindible desde Madrid. Es verdad que los fines de semana está llenísimo y que hay problemas para aparcar, pero siempre es agradable dar un paseo por aquí y comer en alguno de sus restaurantes, muchos de ellos escondidos en algún recoveco de sus empinadas calles. Un pueblo muy pintoresco y cuidado, una estupenda propuesta, Susana.

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  3. Qué buena propuesta. Parece un lugar ideal para desconectar y relajarse y además muy crequita. Sí a eso le unimos una buena gastronomía sin duda es para no perdérselo. Gracias Susana por la idea, como siempre muy bien descrito.

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  4. La primera vez que visite Patones me sorprendió mucho, no esperaba encontrar un pueblo tan pintoresco cerca de Madrid. Cuenta con varios alojamientos rurales y restaurantes donde probar un buen cordero o cabrito. Además hay una tienda donde comprar queso de cabra de estas sierras y una miel excelente, de las mejores que he probado. Os animo a todos a que vayáis a conocer este precioso y empinado pueblo.

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  5. Un lugar idóneo para pasar una mañana, recorrer sus calles empedradas, tomarse el aperitivo, y después darse un homenaje en uno de sus restaurantes. Eso sí vais en fin de semana, lo mejor es llegar un poco pronto para aparcar bien y verlo tranquilo. Para los más andarines hay rutas que salen desde allí y llegan hasta el Pantano del Atazar. Una propuesta ideal para escaparse de la capital, desconectar y visitar un precioso pueblo.

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