lunes, 4 de junio de 2012

Santander, la Marinera

Además de su atractivo turístico, Santander tiene un encanto de ciudad romántica, decadente y decimonónica que con el paso de los años ha quedado relegado a un segundo plano pero que me hace recordar cómo sería su no tan lejano pasado de ciudad de veraneo de nobles y reyes siempre de cara al mar Cantábrico.

Edificio del Banco de Santander en el Paseo de Pereda

Su Paseo de Pereda pegado a la bahía lleno de señoras de "alta alcurnia" que, con su abrigo de piel y sus zapatitos de tacón, se sientan en la terraza de alguna de las muchas cafeterías que lo pueblan a tomar el chocolate cada tarde de invierno cuando los turistas y veraneantes no han llegado aún y la ciudad se aprecia en todo en su esplendor tras la cortina incesante de "chirimiri" cayendo sin parar.

El edificio del Casino frente al Sardinero es un buen ejemplo de la otrora próspera sociedad montañesa que se paseaba por las mesas de juego y se hospedaba en el Hotel Real y en los palacios y casonas aledañas a éste. En el Sardinero la alta sociedad tomaba los baños de ola tan buenos para el reuma y otras dolencias. Muy recomendados por los doctores.
Palacio de la Magdalena

En el Palacio de la Magdalena, situado en la Península del mismo nombre y frente a la isla de Mouro, se hospedaban en verano los reyes - Alfonso XIII y Victoria Eugenia - huyendo del calor de la capital y disfrutaban de unas excelentes vistas de la bahía y de toda la ciudad.

Las tertulias en el Café de Pombo, plagado de prohombres ilustres debatiendo sobre el devenir de la guerra y los avances del progreso con señores muy serios con monóculo leyendo la prensa del día y, justo enfrente, el Real Club de Regatas, el club náutico más antiguo de España, donde se organizaban competiciones y se reunían sus asociados en la espléndida biblioteca, vetada a los no asociados con las embarcaciones de recreo ancladas en Puertochico a la espera de una mejora en la mar.

Monumento a "Los Raqueros"
En el embarcadero, junto al Palacete, se bañaban "los raqueros", unos niños que nadaban desnudos en las frías aguas de la bahía y recogían las monedas que les arrojaban los viandantes.

Todo esto es lo que me gustaría haber vivido en Santander y que sólo conozco de oídas o gracias a habaneras tan bonitas como ésta que os dejo a continuación y que he escuchado cantar muchas veces a mi familia: Santander, la Marinera.

Paseando por tus calles, me encontré un son de habanera
quizás la perdió un soldado, que de Cuba regresó
Se me enredó en la memoria, me hizo un tiempo compañía,
y una racha de nordeste, y una racha de nordeste
a tus calles devolvió.

Santander la marinera, es la que más quiero yo,
la que tiene azul el alma y al viento su corazón.
La que crió a Sotileza, la del hablar cantarina
en el tendal ropa blanca y un jilguero en el balcón.

Me tienes a ti atrapado, en una red invisible
trincado al Barrio Pesquero y a San Martín de la Mar.
Siempre regreso a tu brisa, y a la luna en la bahía,
y por lejos que me encuentre, y por lejos que me encuentre
tu faro siento brillar.

Santander la marinera, es la que más quiero yo,
la que tiene azul el alma y al viento su corazón.
La que crió a Sotileza, la del hablar cantarina
en el tendal ropa blanca y un jilguero en el balcón.

Hay dinamita en tu entraña y el trajinar de los muelles,
viento sur enloquecido y una blusa azul de mar.
En Puertochico te espero, frente de Peña Cabarga,
ponte el pañuelo encarnado, ponte el pañuelo encarnado
y vamos a pasear.

Santander la marinera, es la que más quiero yo,
la que tiene azul el alma y al viento su corazón.
La que crió a Sotileza, la del hablar cantarina
en el tendal ropa blanca y un jilguero en el balcón.



Escrito por LaSusi

5 comentarios :

  1. “Ponte el pañuelo encarnado y vamos a pasear” pues vale, yo me voy contigo a pasear por Santander.
    Un sencillo, bonito y sentido homenaje el que le haces a esta agradable ciudad, gracias por traernos esta habanera.

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  2. Un ciudad preciosa con una maravillosa bahía y una de las más hermosas del litoral cantábrico. Una ciudad elegante y señorial,con su agradable paseo marítimo al lado de la playa de El Sardinero que invita a pasear a cualquier hora. Todo Cantabria es un verdadero espectáculo.
    Me ha gustado mucho la habanera.

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  3. Esta ciudad me encanta, pasear por sus calles y paseos con elegantes residencias y mansiones.Es una ciudad que ofrece mucho, bonitas playas como la del El Sardinero o el Palacio de la Magdalena enclavado en una Península con unas vistas impresionantes.

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  4. Santander y Cantanria entera es un mundo para perderse. Buena entrada. Un saludo

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  5. Santander es mi debilidad, es una ciudad que me transmite tranquilidad. Recorrer el Paseo Perada, la Península de La Magdalena, sus playas, sus jardines. es un lujo. Se come y se tapea estupendamente. Que más se puede pedir. Como bien dices, Susana, estaría genial poder retroceder en el tiempo y vivir los tiempos de Alfonso XIII y conocer esa época de esplendor. Precioso artículo, me ha encantado.

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