Las cinco misiones españolas de
San Antonio en Texas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO,
y son el mayor atractivo turístico de la ciudad.
A principios del siglo XVIII los franciscanos españoles establecieron varias misiones a lo largo del río San Antonio.
También fueron los cimientos de
lo que en la actualidad es una gran ciudad. En ella se pueden visitar los
restos de las misiones de San José, Concepción, San Juan, Espada y San Antonio
de Valero más conocida como El Álamo.
Esta última es el símbolo de la revolución de Texas cuando estas tierras eran una provincia mejicana. La antigua misión fue convertida en fortificación, aquí fue donde tuvo lugar la mítica batalla en la que un pequeño grupo de soldados, en su mayoría colonos estadounidenses, se reveló contra el gobierno.
Los combatientes tejanos defendieron el fuerte ante las tropas mejicanas lideradas por el general Antonio López de Santa Ana. El poderoso ejército de Santa Ana derrotó a todos los que luchaban en El Álamo por la independencia de Texas. Independencia que conseguirían pocos días después, con la firma de un Tratado por parte de Santa Ana tras la batalla en la que fueron sorprendidos por el regimiento del general Houston. Posteriormente Texas se anexionó a los EEUU.
La Misión San José fue la más extensa y rica de esta zona formando parte de la creciente sociedad de San Antonio.
Los coahuiltecos llegaban a las misiones de forma voluntaria. Llevaban una vida nómada y de esta manera a cambio de su trabajo recibían protección y alimentos.
Los misioneros enseñaban a los
indios a rezar, les convertían al catolicismo y mantuvieron una congregación prospera
entre nativos y españoles. Aprendían
trabajos de albañilería, a cultivar la tierra, a tejer, a hacer
zapatos y ropa de algodón. Fuera de la muralla cuidaban de los huertos y el
ganado.
Cuando aumentaron los conflictos con los apaches las misiones se protegieron con una muralla, a lo largo de la misma se construyeron habitaciones para que pudieran instalarse dentro del recinto.
Llama la atención en la fachada de la iglesia la llamada "Ventana de Rosa", posiblemente dedicada a Santa Rosa, aunque según la leyenda un español, Pedro Huizar, la talló en recuerdo de su novia Rosa fallecida en alta mar durante su viaje desde España para reunirse con él en estas lejanas tierras.
El molino de la Misión de San
José fue el primero de Texas. El agua de la acequia fluía por un conducto de
madera. El granero era el edificio más grande dentro de la misión.
Los frailes llevaron a Texas alimentos desconocidos en esa época y algunas especias como la pimienta, azafrán, ajo y romero. En el granero se almacenaba maíz suficiente para un año.
San Juan Capistrano, otra de las
comunidades, estaba rodeada de fértiles campos para cosechar y para criar
ganado. En sus talleres se producían telas y artículos de cuero. Los pobladores
franceses de Luisiana intercambiaban con la misión cuero, sebo y ganado vacuno.
Espada fue la misión en San Antonio que tenía la única industria del ladrillo. La promesa de cobijo y de contar con una provisión segura de víveres atrajo a los indígenas a formar parte de esta nueva comunidad.
Inma
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