En el Parque Natural de las Sierras Subbéticas, al sur de la provincia de Córdoba, la ciudad o medina de Priego fue una fundación islámica de la época omeya.
Priego creció hasta llegar a a ser capital de la provincia, tuvo un
importante papel estratégico en la zona e incluso acuñó su propia moneda.
El castillo en sus orígenes fue la alcazaba del Priego andalusí. Desde lo alto de la torre la panorámica es fantástica y se divisa un bonito paisaje.
El rey Fernando III acordó, en
1246, con el rey Muhammad I de Granada la entrega de Priego como parte del
acuerdo de la rendición de Jaén.
La Torre Gorda o Torre del Homenaje destaca por su altura, en ella se llevaba a cabo la ceremonia en la que a un noble sus vasallos le juraban fidelidad a cambio de protección y asistencia militar.
En el caso de Priego la gran torre fue construida por la Orden de Calatrava. El Comendador de dicha orden tenía un doble objetivo, el militar y el económico, se ocupaba de la explotación de los recursos agrarios, así como de la protección de la frontera nazarí en la que se encontraba esta población.
Paseando por el casco histórico se recorre el Barrio de la Villa con sus calles estrechas y blancas. Finalmente llegaremos al Balcón del Adarve, se trata de un gran mirador sobre el tajo natural con unas impresionantes vistas.
Entre las numerosas iglesias de Priego destacan la de La Asunción, la iglesia de La Aurora y la de San Francisco.
En el parque del mismo nombre encontramos la Fuente del Rey con las figuras de Neptuno y Anfitrite, tiene 139 caños y tres estanques.
Cerca está la Fuente de la Salud (siglo XVI) que se construyó para canalizar el agua.
En la gastronomía típica de
Priego siempre está presente su excelente aceite de oliva virgen extra, y
podemos probar el remojón de naranja, el ajo blanco, las albóndigas de
boquerones, los pestiños y el turrolate (cacao y almendras)
Inma
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