A finales del siglo XIII, un
pastor de Cáceres encontró junto al río Guadalupe una imagen de la Virgen que había
sido escondida durante la Reconquista. El pastor levantó una pequeña ermita
para colocar la figura. La imagen tomó el nombre de Guadalupe, río escondido.
Ya en 1908
La mejor muestra de cuadros de
Francisco de Zurbarán se halla en este priorato. Este pintor, gran maestro de
la pintura religiosa, fue uno de los mejores del Siglo de Oro español. Por
encargo de los frailes de la abadía pintó ocho cuadros para la sacristía y tres
para la capilla.
Frente a la fachada del
monasterio se encuentra el antiguo hospital de San Juan Bautista, en este
edificio histórico está instalado el Parador de Guadalupe, un lugar lleno de historia y encanto. Cuenta con agradables
jardines para pasear, y con un recoleto claustro de encaladas arquerías con una
fuente central rodeada de naranjos y limoneros donde disfrutar del ambiente que
nos rodea.
He tenido la suerte de poder
alojarme varias veces en este acogedor parador, pero la última vez que he estado
me pareció un lugar aún más especial. Al despertar el domingo por la mañana
salí a la terraza de la habitación y me quedé sorprendida al mirar hacia el
monasterio. La niebla cubría gran parte del edificio y las cúpulas quedaban
desdibujadas, escondidas, como si quisieran guardar un mágico secreto, a la vez
que el claro sonido de sus campanas resultaba profundo y relajante.
Inma
No hay comentarios :
Publicar un comentario