Dejamos atrás Olden y el fiordo del Norte para dirigirnos a otro fiordo, el de Geiranger, otro de los lugares más turísticos de Noruega, cuya belleza natural le ha valido para ser declarado Patrimonio de la Humanidad. Durante el trayecto hasta el embarcadero donde cogeremos un ferry se suceden unas imágenes sorprendentes de fiordos e infinidad de aldeas, granjas y hermosos lagos. ¡El entorno es idílico!
Noruega un país bastante extenso y su intrincada orografía hace que el tráfico por las carreteras sea lento. La velocidad máxima es de 90 km/h y existen multitud de tramos limitados a 70 km/h e incluso a 60 km/h. Así que para conducir por este país hay que tomárselo con calma. La recompensa, unos paisajes impresionantes de altas montañas.
Para recorrer el fiordo de Geiranger nos acercamos a Hellesylt donde nos espera el ferry. Este fiordo es uno de los más visitados de Noruega y el recorrido tiene unos 15 kilómetros de longitud. El fiordo en algunos tramos alcanza una profundidad de 500 metros.
Resulta sumamente placentero el recorrido por el fiordo desde una embarcación. La experiencia nos permite sumergimos en unos paisajes que transmiten paz y tranquilidad. Todo un espectáculo para los sentidos que no deja de sorprenderme y no puedo evitar sentirme afortunada por disfrutar de tanta belleza.
A lo largo del recorrido nos encontramos con hermosas cascadas envueltas en leyendas como la de las Siete Hermanas o El Pretendiente. Dicen que un campesino tenía siete hijas y un joven quiso casarse con la más joven. Sin conseguirlo, intentó entonces lo mismo con las otras hermanas que también lo rechazaron. Sin éxito y desilusionado, se dio a la bebida.
La leyenda quiso que el joven por tantos rechazos convirtiera a las hermanas en cascadas y mientras estas bailan alegremente junto al fiordo, el Pretendiente, también convertido en cascada, las observa frente a ellas con forma de botella. Durante el trayecto veremos también otras cascadas y alguna pequeña granja abandonada a ambos lados del fiordo.
Al final del fiordo aparece Geiranger, la pequeña población que da nombre al fiordo. Un lugar muy conocido y visitado por turistas donde nos aguarda una interesante sorpresa.
Loli
No se puede expresar con palabras la sensación de recorrer este fiordo. Los paisajes, el color del agua, las cascadas, la sensación de tranquilidad que produce.
ResponderEliminarTodo un deleite para los sentidos y uno de los destinos obligados en Noruega.
Qué paisajes tan espectaculares!!!
ResponderEliminarLa verdad es que recorrer en ferry un fiordo es una experiencia única, el agua, los colores, el aire, las montañas… es algo indescriptible…
Preciosas las fotografías.
Me estoy dando cuenta que desconocía por completo las maravillas naturales de Noruega. Yo creía que los fiordos no eran tan espectaculares pero resulta increíble la cantidad de paisajes y enclaves naturales que recorristeis en vuestro viaje. Un lugar a tener muy en cuenta en el futuro para unas vacaciones en plena naturaleza.
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