martes, 17 de octubre de 2017

La ciudad santa de Kairouan

Durante el otoño del 2010 pude cumplir mi objetivo de conocer un tercer continente y el elegido fue África. Para más señas contratamos un viaje para finales de octubre que nos llevaría a recorrer y conocer Túnez, en una estancia de 3 noches en Hammamet, en la costa turística del país y cuatro días de circuito por el país tunecino.

Tras pasar la primera noche en el hotel de Hammamet ni siquiera deshicimos las maletas puesto que a las 7.30 am pasaría a buscarnos nuestro guía en el autobús en el que íbamos a pasar interminables horas de viaje los cuatro días siguientes. En la recepción del hotel aprendimos nuestra primera lección sobre el carácter de los tunecinos: cuando te dicen a las 7:30 para ellos no es una hora exacta y puntual, es aproximada. De hecho, nos recogieron cerca de las 9:00 am. Pensábamos que ya se habían olvidado de nosotros.

Nuestro minibús

Apenas éramos 8 personas las que en esas fechas tan avanzadas se aventuraron a realizar el circuito, acababa de comenzar la temporada baja y nuestro guía se lo estaba tomando con tranquilidad. Así comenzaba nuestro periplo por Túnez.

El primer punto de parada en el recorrido era la ciudad de Kairouan, a unas 2 horas de Hammamet, donde teníamos previsto visitar su Gran Mezquita y una fábrica de alfombras según el programa del viaje pero nuestro guía, que no había abierto la boca hasta avistar la ciudad, tenía otros planes para nosotros. 

Mausoleo del Barbero
Uno de los patios del mausoleo
Realizamos la primera parada a la entrada de la ciudad santa para acceder al Mausoleo del Barbero del siglo XV, también llamado la zaouía de Sidi Sahbi.  Es un magnífico edificio levantado en honor al barbero de Mahoma, quien murió en una batalla cercana a Kairouan. En este mausoleo encontramos algunos turistas extranjeros como nosotros pero también muchos locales pues se dice que aquí se conservan varios pelos del profeta (una reliquia) y es costumbre peregrinar a estos lugares sagrados. Las salas tienen la típica decoración del islam con azulejos llenos de símbolos en estilo morisco que os recordarán seguro a algunas salas de La Alhambra de Granada.

Cisternas aglabíes
A poca distancia se encuentran las Cisternas aglabíes, unos depósitos que guardaban el agua de lluvia de la ciudad necesario en las épocas de sequía. Tras esta breve parada nos dirigimos ya al casco histórico de la ciudad amurallada, antigua capital del Emirato Aglabí, que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988.

Muralla y Alminar de la Gran Mezquita
Nada más legar a la Medina nos fijamos en la muralla, de construcción sencilla en ladrillo que fue levantada en el s. VII por los árabes para proteger la inmensa Mezquita Okba edificada en las mismas fechas, que además era una fortaleza. Desde fuera ya vemos el minarete del templo del mismo color ocre que las murallas.

Kairouan es la cuarta ciudad santa para los musulmanes, tras La Meca, Medina y Jerusalén pero es la ciudad más santa del Magreb, de ahí su importancia y la de su Gran Mezquita. Peregrinar siete veces hasta ella equivale una peregrinación a La Meca y eso es algo que los musulmanes practicantes deben realizar al menos una vez en la vida según su ley sagrada, la Sharía.


Sala de oración
Nos adentramos en el amplio patio de la mezquita aunque no podemos pasar al interior cuyo acceso está reservado sólo para musulmanes. Aún así nos asomamos un poco por alguna de las puertas entreabiertas y vemos que el interior está repleto de alfombras dispuestas para los fieles y que del techo cuelgan numerosas lámparas.
Patio de la mezquita
En el patio apreciamos el tamaño descomunal de la Gran Mezquita que fue reconstruida totalmente en el s. IX y que ocupa 9.000 metros cuadrados, realmente impresionante. Tiene 6 puertas de acceso y está rodeada por galerías repletas de columnas de granito. En el centro del patio vemos una rejilla que recibía y almacenaba las aguas pluviales en una cisterna situada bajo el pavimento del patio y un antiguo reloj de sol para guiar a los fieles en sus oraciones a lo largo del día.

Algunas de las más de 400 columnas que rodean el patio de la mezquita

La torre o alminar es el lugar desde el que se llama a los fieles a la oración. Tiene 3 pisos decrecientes y algo más de 30 metros de alto. Se dice que es el más antiguo del mundo (s. XIII-IX).


Al finalizar la visita guiada a la mezquita nos ponemos todos de acuerdo para dejar de lado la tienda de alfombras y disponer de más tiempo para recorrer la medina de Kairouan. Tras las 2 horas de viaje nos apetecía mucho más a todos regatear en los puestos del zoco, repletos de alfombras y tapetes, artesanía de cuero, cerámicas, joyas y perfumes o tomar algo en alguna de las tabernas de la ciudad, cosa que al final no pudimos hacer pues solo había hombres en ellas y a las chicas nos echó un poco para atrás. 

De compras por la medina
Y así, en un par de horas, concluyó nuestra visita a la ciudad santa de Kairouan. Comimos por el camino pues aún nos quedaban 300 kms. hasta Tozeur, donde teníamos reservado el alojamiento para esta parte del viaje. Eso nos llevaría unas 4 horas más de autobús por las polvorientas carreteras del país tunecino para acercarnos un poco más al gran desierto del Sáhara. 

Susana

4 comentarios :

  1. Durante mi viaje a Túnez, también nos desplazamos desde Hammamet a Kairouan, donde fuimos a ver la Gran Mezquita. Para acceder nos tuvimos que poner unas túnicas y nos tapamos la cabeza. A pesar del calor el patio estaba lleno de turistas, todos con grupos organizados y guías. Un lugar interesante por lo que representa, la cuarta ciudad santa para los musulmanes.

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  2. Curiosa ciudad santa con su descomunal e interesante Mezquita. Siempre está bien acercarse a la medina aunque sólo sea para tomar algo y curiosear un poco. Son de esos lugares donde comenzar a pasear y perder la noción del tiempo.

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  3. Muy interesante el recorrido por tierras tunecinas. Me ha llamado la atención ver tantas alfombras en el suelo de la mezquita y donde las exponen en el zoco para su venta, colgadas en la fachada del edificio.

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  4. Túnez tiene un encanto especial, quizá por el tour de sólo 8 personas, el guía y el conductor del minibus. Fue un auténtico lujazo. En concreto Kairouan, nuestra primera parada, nos recibió con los brazos abiertos. A destacar la Mezquita, inmensa y muy bien conservada, el Mausoleo del Barbero de Mahoma una maravilla por su decoración que junto al paseo por la Medina me produjo una primera impresión del país tunecino que siempre recordaré. Fue el principio de nuestro tour, el cual nos trajo multitud de sorpresas. Gran artículo Susana, muy bien contado, como siempre.

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