Con una altitud de algo más de
3.000 metros, el Jebel Shams es la cumbre más alta del Sultanato de Omán.
Los amaneceres y atardeceres
desde la cima son espectaculares, por lo que también es llamada "la
montaña del sol".
Aunque el recorrido hasta arriba
se puede hacer con cualquier tipo de coche es muy recomendable ir en
todoterreno, ya que en algún momento la carretera, estrecha pero bien asfaltada, desaparece y hay unos cuantos kilómetros a través de caminos de tierra.
Durante el ascenso se van
atravesando formaciones rocosas y desfiladeros
impresionantes. En algunas zonas la piedra rojiza crea un curioso contraste con
el resto del paisaje.
Los picos y promontorios se suceden. Los precipicios sobrecogen. Nos encontramos con
varios grupos que se estaban preparando para hacer trekking y rappel. Creo que hay que tener una excelente forma
física para moverse por estas cumbres, algunas con caída en vertical de 2.000
metros.
Vimos algún grupo de tiendas ya
que es una zona libre de acampada. Aunque hay que tener muy en cuenta las
temperaturas, que pueden llegar a ser extremas durante el día y bajar
drásticamente en la noche.
Wadi Nakhur es conocido como el Gran Cañón de
Arabia por sus raras formaciones, por su especial atractivo y por las espectaculares vistas.
Junto a las estribaciones de los Montes Hajar se
encuentra Al Hamra. En este pueblo hay algunas
casas de las más antiguas que se
conservan en Omán.
En Al Hamra hay un gran oasis de
palmeras y una zona de cultivo, ya que sus habitantes se dedican a la agricultura y a la cría de ganado. Tiene una parte nueva pero es en
la zona vieja donde hay construcciones de hace 400 años.
Mezclando paja, arena y arcilla
se conseguía el adobe, y levantaban directamente las viviendas sobre la roca
del suelo.
Pasear por sus estrechos y
silenciosos callejones, entre las casas de barro abandonadas, es mágico.
Dentro de una de ellas, a modo de
sencillo museo, se muestra el antiguo estilo de vida y las costumbres
tradicionales.
En la cocina, una mujer
omaní tostaba café y lo molía
golpeándolo dentro de un mortero. Nos ofrecieron una fina torta de pan recién
hecha y nos explicaron como conseguían cosméticos y perfumes.
Inma
Que paisaje más agreste aunque me parece un lugar interesante. Imagino que no será muy visitado y tendrá poco turismo además, como bien dices parece que se ha parado el tiempo. No conozco nada de Omán, pero con tus interesantes reportajes vamos viajando por allí.
ResponderEliminarGracias por descubrirnos nuevos destinos.
Interesante y desconocido lugar, por lo menos para mi. Es curioso pensar que todavía existen rincones como este donde parece que de verdad se ha detenido el tiempo y aún conservan su sencillo modo de vida.
ResponderEliminarEn cierto modo tu artículo me ha traído unos maravillosos recuerdos de Túnez, salvando las distancias, por supuesto. Pero el modo de vida tradicional de las zonas rurales en Omán contrasta enormemente con las ciudades tan modernas y pujantes del país. Resulta genial poder acercarse a la cultura y costumbres de las gentes de los lugares que se visitan. Ya sabes que el placer de viaje se disfruta hasta tres veces: cuando se prepara, cuando se viaja y cuando se recuerda. Excelente artículo.
ResponderEliminarLos paisajes de montaña desérticos tiene un encanto especial, las condiciones de vida, como se adecuan las costumbres al medio hostil. Y aún con las dificultades la gente en su pueblo es feliz y lo muestra cuando les visitas. Tuve esa sensación en Túnez y por lo que veo en esta región de Omán parece algo similar. Impresionante el artículo Inma con unas fotos preciosas. Traer estos lugares al blog lo hace crecer y diversificarse, enhorabuena.
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