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Castillo de Peñafiel |
En lo alto de un pronunciado y alargado cerro, como si de un privilegiado espectador se tratase, se encuentra un precioso castillo con forma de navío anclado en la roca. Es un lugar lleno de historias y leyendas que desafía el paso del tiempo, dominando la panorámica de la antigua villa vallisoletana de Peñafiel.
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El castillo está entre las fortalezas españolas que mejor se conservan |
El castillo desde lejos ya impresiona, la vista es realmente hermosa y es una de las fortalezas más bellas que puedes encontrar en España. Para llegar a él, una empinada carretera te dejará justo en un aparcamiento que, por sus dimensiones, imagino estará casi siempre lleno.
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La imponente silueta de la Torre del Homenaje |
Una vez dentro, su interior alberga el Museo Provincial del Vino que, desde su inauguración, ha visto incrementar cada año el número de visitantes. La visita al museo resulta muy instructiva y te introduce en la interesante cultura del vino. Podrás hacerla por libre pero, si quieres conocer el castillo, has de hacerlo con una visita guiada.
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Museo Provincial del Vino |
El guía te llevará a través de la historia mientras recorréis el castillo. La Torre del Homenaje tiene altura suficiente para impresionar a cualquiera que se atreva a mirar el panorama inabarcable que desde aquí se divisa. La visita por la fortaleza se limita a subir a la Torre, el resto, lo harás por donde se hallaban los almacenes, el aljibe y los aposentos de los sirvientes.
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El castillo dominando la población de Peñafiel |
Una vez visitado el castillo y su interesante museo toca descender y acercarnos a uno de los rincones más entrañables de la villa, la Plaza del Coso, con la fortaleza en lo alto como omnipresente vigía. Aquí tuvieron lugar fiestas, justas y torneos.
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Plaza del Coso vista desde el castillo |
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La plaza es el lugar ideal para recrearte con la vista del castillo |
Todavía hoy la plaza se presta a sus concurridas y populares corridas de toros y resplandece cuajada de galerías y balcones, que durante las fiestas se convierten en palcos. Existe el llamado derecho de vistas, mediante el cual se obliga a los propietarios a ceder sus balcones durante los festejos.
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En fiestas sus balcones se convierten en palcos irregulares |
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Para mantener su espíritu taurino la plaza continúa siendo de tierra, como lo fue en sus orígenes |
Callejeando por el pueblo no tardarás en encontrar, entre otros atractivos monumentos, el convento de San Pablo. Levantado sobre lo que fue un alcázar mandado edificar por el rey Alfonso X, el Sabio, fue fundado por su sobrino, el infante don Juan Manuel, con el deseo de descansar para siempre en su iglesia.
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Convento de San Pablo visto desde el castillo |
El ilustre infante se retiró a Peñafiel donde mandó proteger la villa con una muralla y, entre los gruesos muros del castillo, escribió una de las obras clave de la literatura del medievo como es "El Conde Lucanor". El imponente exterior de la iglesia es una auténtica maravilla, su estilo gótico- mudéjar merece un momento de contemplación.
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Su interior acoge la capilla funeraria del infante Don Juan Manuel |
Peñafiel se ha dado a conocer en el mundo entero gracias a sus deliciosos vinos que pertenecen a la Denominación de origen Ribera del Duero. Hay multitud de bodegas aunque seguramente la más conocida sea Protos, pues se trata de la más antigua de la localidad y la primera en embotellar estos preciados caldos.
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Peñafiel, es un auténtico templo del vino de la Denominación de origen de la Ribera del Duero |
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La visita a la bodega Protos se realiza a través de interminables túneles repletos de barriles |
Podrás visitar la bodega excavada en el mismo cerro donde se asienta el castillo. Recorrerás sus entrañas por estrechos túneles donde se guarda con mimo el preciado caldo. Pero, como no sólo de vino se vive, antes de abandonar Peñafiel harás bien en degustar el excelente lechazo asado en sus numerosos y típicos hornos.
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El Molino de Palacio es un buen lugar para disfrutar de un buen lechazo castellano |
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El antiguo molino es un pintoresco restaurante junto al río |
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Río Duratón a su paso por Peñafiel |
Rafa
Peñafiel es una de las escapadas más habituales que solemos hacer a lo largo del año. No queda lejos de la capital, nos encanta su vino y bodegas y, cómo no, su lechazo. El Museo del Vino ubicado en el interior del castillo es una visita amena e interesante que fácilmente se puede complementar con la visita a una de sus bodegas históricas. Indispensable tomar el lechazo de la zona y recorrer su pintoresca Plaza del Coso. Deberían recetarlo al menos una vez al año.
ResponderEliminarEl castillo es visita obligada por estas tierras. Su interior alberga un interesante museo dedicado al vino y desde sus almenas se obtiene unas privilegiada vistas de Peñafiel. Imprescindible conocer alguna de las bodegas de la población y terminar con un buen lechazo al horno en cualquiera de sus restaurantes.
ResponderEliminarEs un buen plan para pasar el día o el fin de semana.
ResponderEliminarNosotros hicimos la visita al castillo y museo, que está muy bien, y nos acercamos a las Bodegas de Arzuaga. En ellas hay ofertas de enoturismo con varias actividades, es un buen lugar para comer en su restaurante y también cuenta con hotel.