Zorita de los Canes es un pequeño pueblo alcarreño a orillas del río Tajo que fue edificado en torno al cerro presidido por su castillo. De origen musulmán, la medina es pequeña, apenas un puñado de casas abigarradas bajo el abrigo de la fortificación. No tendrá más de 80 habitantes y conserva algunos restos de la muralla árabe y del castillo.
Vistas de Zorita de los Canes y el Tajo desde el castillo
El castillo se encuentra situado en una peña sobre el Tajo y está rodeado por el arroyo Badujo que hace las veces de foso natural. Tanto la medina como la fortaleza fueron mandadas construir allá por el siglo IX por los musulmanes que habían ocupado estas tierras. Durante este período de esplendor andalusí Zorita llegó a ser capital administrativa de una de las provincias de Al-Andalus.
Vistas desde la Torre del Homenaje
Acceso principal al castillo
La alcazaba musulmana ocupaba toda la peña y fue fortificada con una muralla sobre la que hoy se levantan algunas viviendas del municipio. Extramuros se asentaron los judíos, en los arrabales cerca del arroyo.
Tras varias reformas a lo largo de los siglos, en la actualidad poco queda de la antigua fortaleza andalusí; la base de sus muros y el precioso arco de herradura árabe levantado por el califa Al-Nasir, algo escondido tras el arco apuntado gótico de la puerta principal.
Los cristianos conquistaron Zorita a finales del s. XI y el castillo fue entregado a Alvar Fáñez, lugarteniente del Cid Campeador. Este, a su vez, lo entregó a la Orden de Calatrava para su guarda y como lugar de reunión. En su interior los calatravos levantaron una iglesia románica con una magnífica cripta subterránea donde rezaban antes de salir a la batalla. El expolio y el abandono casi terminan con ella sin embargo, al pasar a manos municipales, el edificio se ha recuperado y en su interior pueden verse los capiteles originales, decorados con motivos vegetales y geométricos, así como un pesado altar que se introdujo en la cripta antes de terminar la puerta por lo que es imposible sacarlo.
Iglesia levantada por la Orden de Calatrava
Entrada original a la cripta del templo
La visita nos muestra también, bajo la Torre del Homenaje, la conocida como Sala del Moro. En realidad no se conoce su utilidad, quizás fue una prisión o una sala de reuniones de los caballeros de la orden. Está rematada con una bóveda semiesférica de sillería y unas estrechas ventanas. Se ha habilitado una escalera de caracol para subir a la Torre del Homenaje sobre la que se construyó una terraza. Este castillo perteneció un tiempo a los Duques de Pastrana, localidad muy próxima, y en él pasó un breve tiempo la Princesa de Éboli, quien ordenó dichas reformas en esta torre.
Puerta principal con su arco de herradura
Llegamos al enorme patio de armas, hoy en día lleno de excavaciones y encontramos una escalera que nos lleva a la subterránea Sala de la Omega, así llamada por la forma de la letra griega omega que tiene el espacio excavado en el suelo. A su alrededor un banco corrido de piedra parece indicar que en esta sala se realizaban ritos de iniciación de la orden aunque es posible que tan solo fuera una fresquera o almacén. A través de ella se accede a una segunda sala que no tiene nada de particular.
Salimos por el lugar donde se levantaba el foso, cuya puerta ha desaparecido y bordeamos el perímetro del castillo para bajar, paralelos al arroyo Badujo, hasta las barbacanas. Esta parte del cerro se está desmoronando debido al material arenisco de la base que hace peligrar la construcción.
Paseo de las barbacanas
Desde este paseo se obtienen, según mi opinión, las mejores imágenes del castillo de Zorita con algunas de sus torres más bellas como la del Espolón, la de las Armas o la del Mirador del Badujo, que no pueden visitarse ya que están en mal estado de conservación.
Torre de las Armas
El declive del castillo comenzó a raíz de la Batalla de Aljubarrota, perdida frente a Portugal en el siglo XIV, donde murieron trescientos hombres de Zorita. Después de esta derrota el Comendador del pueblo se instala en Almonacid y el monarca Felipe II despoja a los calatravos de su castillo pasando entonces a manos de los Duques de Pastrana quienes, posteriormente, se desentendieron del edificio quedando éste prácticamente en ruinas.
El mismo día que hicimos la excursión a Recópolis visitamos el castillo. Como anécdota, hacía muchísimo calor y el sol era aplastante, con lo cual uno de nuestros amigos que llevaba en el coche una sombrilla de playa, se fue a por ella y estamos en todas las fotos de Zorita un grupo de personas apretados bajo una gran sombrilla de rayas marineras.
A pesar de esto nos encantó la visita guiada por los restos del castillo. Preciosa la puerta califal con arco de herradura que da acceso al recinto. Impresiona bajar a la pequeña cripta de la iglesia románica, donde se guardaba la imagen de Nuestra Señora de la Soterraña. Al subir al baluarte de la Torre del Espolón se disfruta de una bonita panorámica sobre el río Tajo.
Mira que he estado bien cerca y no conozco Zorita ni su castillo, desde luego me ha sorprendido el rico patrimonio que tiene este pequeño pueblo alcarreño.
Para mi los castillos tienen algo especial y este no iba a ser menos. El enclave es fantástico con el río Tajo en sus inmediaciones y la cercana Recópolis forman un conjunto que no hay que perderse si se visita esra zona de #Guadalajara. Aprovechad la visita guiada que se contrata en el yacimiento visigodo, merece la pena. Cuando visito un castillo siempre me entra la duda de si es mejor que se deje tal y como está con pequeñas restauraciones o restaurarlo concienzudamente de arriba a abajo. En este caso es de los de la primera opción y me encantó, pero si se restaura por completo quizá tendría mas visitas. Es un dilema interesante. Muy completo y ameno tu artículo como siempre Susana.
El mismo día que hicimos la excursión a Recópolis visitamos el castillo. Como anécdota, hacía muchísimo calor y el sol era aplastante, con lo cual uno de nuestros amigos que llevaba en el coche una sombrilla de playa, se fue a por ella y estamos en todas las fotos de Zorita un grupo de personas apretados bajo una gran sombrilla de rayas marineras.
ResponderEliminarA pesar de esto nos encantó la visita guiada por los restos del castillo. Preciosa la puerta califal con arco de herradura que da acceso al recinto. Impresiona bajar a la pequeña cripta de la iglesia románica, donde se guardaba la imagen de Nuestra Señora de la Soterraña. Al subir al baluarte de la Torre del Espolón se disfruta de una bonita panorámica sobre el río Tajo.
Mira que he estado bien cerca y no conozco Zorita ni su castillo, desde luego me ha sorprendido el rico patrimonio que tiene este pequeño pueblo alcarreño.
ResponderEliminarEstuvimos en Pastrana hace un tiempo y desconocía por completo la cercanía de Zorita, un lugar que guarda tanta historia tan interesante..
ResponderEliminarPara mi los castillos tienen algo especial y este no iba a ser menos. El enclave es fantástico con el río Tajo en sus inmediaciones y la cercana Recópolis forman un conjunto que no hay que perderse si se visita esra zona de #Guadalajara. Aprovechad la visita guiada que se contrata en el yacimiento visigodo, merece la pena. Cuando visito un castillo siempre me entra la duda de si es mejor que se deje tal y como está con pequeñas restauraciones o restaurarlo concienzudamente de arriba a abajo. En este caso es de los de la primera opción y me encantó, pero si se restaura por completo quizá tendría mas visitas. Es un dilema interesante. Muy completo y ameno tu artículo como siempre Susana.
ResponderEliminar