Algunos pueblos de España no han soportado bien el paso de los años. Como resultado, muchos se han quedado vacíos y abandonados. Sin embargo, al igual que en los cómics de Astérix, varias pequeñas poblaciones sobreviven como pueden a la falta de población y al olvido.
En la provincia de Guadalajara, en la comarca de la Alcarria, existen diversos pueblos que se hallan en esta situación. Se trata de núcleos de población que tuvieron cierta importancia durante el pasado medieval de la comarca y que, tras los muros derruidos de sus viviendas y sus calles despobladas, cobijan verdaderos tesoros.
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Palazuelos, un pueblo de calles tranquilas |
Si os estáis planteando desconectar de todo - salir de la urbe, no tener cobertura de móvil, no soportar más el estridente ruido del tráfico y respirar aire puro en vez de humo gris - quizás este lugar sea el destino que estáis buscando.
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Vista del exterior del Castillo de Palazuelos |
Un ejemplo de estos pueblos detenidos en el tiempo es la olcalidad de Palazuelos, a escasa distancia de la monumental Sigüenza. Durante la época medieval se levantó su castillo del siglo XV, perteneciente al primer Marqués de Santillana, D. Íñigo López de Mendoza. Hoy en día el trazado urbanístico de Palazuelos se ha visto muy poco alterado. Aún mantiene la puerta de acceso a la villa con los escudos de los señores de Mendoza y Valencia y los restos del castillo. Palazuelos es conocido por estos contornos como la
"pequeña Ávila", admirando su muralla bastante bien conservada entendemos por qué.
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Muralla rodeando la villa |
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Iglesia de Palazuelos |
En el interior del recinto amurallado nos recibe la plaza, de buen tamaño donde destacan el rollo de justicia o picota y una sombreada fuente. Recorrer sus calles silenciosas y empinadas observando las distintas casas, muchas de ellas en estado ruinoso, nos deja cierto sinsabor por el inexorable paso del tiempo. La parroquia es muy sencilla con un pequeño pórtico para guarecer a los feligreses de las inclemencias meteorológicas y una espadaña con dos campanas. Nos dirigimos hacia otra de las cuatro puertas que posee la muralla de la villa donde encontramos la fuente de los siete caños por la que ya no corre el agua. Rodeando la muralla por su parte externa se puede llegar hasta el castillo, reconvertido en vivienda particular y cuyo perímetro está acotado por lo que no podemos acceder. De vuelta a la plaza vemos que unos trabajadores están restaurando el edificio del ayuntamiento. Resulta agradable observar cómo algunas casas han sido reconstruidas y están habitadas, muchas de ellas son segundas viviendas. Esperemos que continúe la tendencia y el turismo rural le dé una segunda oportunidad a esta bella pedanía seguntina de menos de 50 habitantes.
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Uno de los accesos a la villa amurallada |
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Rincón de Palazuelos |
Desde Palazuelos dispondréis de dos opciones para llegar a la vecina Carabias. Bien tomando la senda que parte de la muralla y recorriendo a pie los pocos kilómetros que la separan de ella en un suave paseo de algo menos de una hora, o bien podéis continuar en coche por la carretera asfaltada. Queda a vuestra elección.
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Iglesia de San Salvador, siglo XIII, Carabias |
Nada más entrar en Carabias nos recibe la hermosa iglesia románica de San Salvador, una joya poco conocida del siglo XIII. Impresionados por el fantástico aspecto que presenta el templo nos quedamos extasiados contemplando su galería porticada en forma de "L". En su exterior se han identificado hasta 57 marcas de diferentes en sus sillares y se cree que fue levantada por los mismos canteros que trabajaron en la catedral de Sigüenza. El ala sur está dividido en dos por una pilastra y los capiteles de las columnas han sido adornados con hojas de acanto y la techumbre de madera del pórtico se ha rehabilitado. Aunque es una auténtica maravilla en la que actualmente se ofician bodas y algunos otros eventos, no es fácil visitar su interior que suele estar cerrado. En definitiva, una joya del románico rural.
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La preciosa galería porticada |
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Detalle de los capiteles con motivos vegetales |
Enfrente de la iglesia encontramos una fuente neoclásica donde refrescarnos. Si Palazuelos tiene pocos habitantes censados, Carabias cuenta con apenas 10, quizás por encontrarse algo más alejado y en lo alto de una loma. En cualquier caso es un destino muy tranquilo que, además dispone de un pequeño hotel rural con restaurante donde disfrutamos de un café rodeados de tranquilidad y belleza a partes iguales. Pidimos observar a los buitres sobrevolando el pueblo y disfrutando de unas vistas privilegiadas de la sierra. Solo queda plantearse venir a pasar unos días de relax y desconexión en este aislado rinconcito del mundo. ¿Por qué no desconectamos?
Susana
Dos pueblos de mis preferidos en la provincia de Guadalajara, Palazuelos y Carabias. Es una combinación clásica para una excursión.
ResponderEliminarLa iglesia de Carabias es una preciosidad, es cierto que casi siempre está cerrada, pero su exterior es lo que es realmente una maravilla. Si nos acercamos hasta aquí hay un hotel con encanto el "Hotel Cardamomo" pequeño pero cautivador, y sí, perfecto para desconectar como dices. También en su restaurante se come muy bien, y por la noche resulta muy romántico.
Un paseo por Palazuelos, por sus calles y muralla, hará que disfrutemos de la quietud de este apacible lugar.
Interesante viaje por estos pueblos tan pintorescos con un rico patrimonio artístico. Pequeños, acogedores y agradables para una escapada, ideales para pasear y disfrutar de toda su tranquilidad. La iglesia de Carabias siempre me ha parecido una preciosidad.
ResponderEliminarSiempre es un placer deambular por las estrechas calles de estos tranquilos pueblos. Su atractivo reside en su sencillez y a pesar de sus pocos habitantes no defraudan y merecen la pena conocerlos.
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