jueves, 1 de junio de 2017

10 razones para visitar Valencia

Antes de emprender vuestros viajes estoy segura de que os informáis en multitud de foros y blogs acerca de los lugares imprescindibles a visitar en cualquier ciudad del mundo. En esta ocasión me gustaría dejaros mis impresiones y recomendaciones sobre qué ver o hacer en la ciudad de Valencia. Esto no quiere decir que sólo haya que visitar estos lugares de la ciudad pero, bajo mi punto de vista, creo que los diez que voy a mencionar a continuación son casi, casi obligatorios en una primera estancia en la ciudad del Turia.




Este maravilloso y emblemático edificio medieval enclavado en pleno casco viejo de Valencia es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y engloba gran parte de la historia de Valencia durante la Edad Media. No dejaréis de asombraros con la infinidad de detalles en sus gárgolas y molduras o con la magnificencia de su Salón de Contratación, formado por decenas de altas columnas que lo asemejan a un bosque, coronado por una bóveda de crucería al más puro estilo gótico. Tanto el interior como el exterior de la lonja merecen ser contemplados con detenimiento. Además los domingos es gratuito, no hay excusa que valga para obviarlo.

2. Comprar en el Mercado Central


A muy pocos pasos de la lonja os toparéis con el enorme Mercado Central de Valencia, una joya del modernismo al que acuden diariamente los valencianos a proveerse de producto fresco de primerísima calidad. Fue pionero en implantar el servicio a domicilio en Europa y es el mayor mercado europeo en venta de producto fresco. El interior es mayor que un campo de fútbol y aglutina cientos de puestos de venta, todos ellos abiertos y con el género perfectamente expuesto. Los comerciantes se distribuyen por áreas - la zona del pescado, de la huerta, de la carne, ultramarinos - aunque ya se han colado entre ellos comercios de productos gourmet, de souvenirs, gastrobares.... Aún así es conveniente dejarse llevar por el bullicio de un día normal de mercado y, por supuesto, comprar algún producto como naranjas, pescado o setas. Si os apetece allí mismo os prepararán cualquier producto que hayáis comprado para comer. A la salida levantad la vista para observar sus cúpulas y veletas.



El Miguelete o Micalet, es el nombre por el que popularmente se conoce a la torre de la Catedral de Valencia. Tiene 50 metros de alto y 50 de diámetro así que si subís sus 207 escalones gozaréis de unas vistas privilegiadas de la ciudad y de la costa. Eso sí, hay que estar en buena forma porque se sube por una estrecha escalera de caracol en la que hay hasta un semáforo para regular el tránsito. Una vez arriba conoceréis al Micalet y podréis haceros una foto con él. En realidad, el Miguelete es la inmensa campana de nombre Miguel, la más grande de la torre. Ni que decir tiene que una vez que estéis aquí podéis entrar en la catedral. Os dejará pasmados con sus frescos renacentistas, la capilla del Santo Cáliz o el museo diocesano. Sin embargo, lo que más llamará vuestra atención es la mezcla de estilos arquitectónicos empleados durante las diferentes fases de su construcción.

4. Comer una paella valenciana


Seguro que tras este paseo ya debéis tener hambre, ¿verdad? No hay mejor forma de remediarlo que degustando una buena paella valenciana. Sin entrar en polémicas con los ingredientes de la auténtica paella de Valencia, tengo que decir que en los restaurantes donde la probé me resultó deliciosa con ese arroz bomba repleto de sabor acompañado de las judías típicas de la zona (garrofó y tavella). He de decir que en Valencia saben cómo tratar el arroz y en los días que anduve por la capital, además de paella valenciana, comí arroz negro, arroz de marisco y del senyoret, sin olvidar la fideuá. Todo un festín de sabrosas variedades que sobrepasaron mis expectativas. No quiero recomendaros ningún restaurante en particular puesto que se come estupendamente en todas partes pero en muchas guías veréis que recomiendan la zona de la Malvarrosa o de La Albufera. Yo he comido fenomenal en el centro de la ciudad, en las afueras, en El Saler, en El Palmar, en El Perelló..., a poco que os informéis daréis con el lugar apropiado.

5. Pasear por el Jardín del Turia


El antiguo cauce del río Turia, que tanto amenazó en los años 50 del pasado siglo a los valencianos con sus crecidas y avenidas, se ha convertido hoy en día en un extenso parque por el que ya no pasa el río, el cauce del Turia se ha desviado unos cuantos kilómetros del centro de la ciudad.
En el ahora llamado Jardín del Turia se puede pasear bajo las palmeras y realizar diversas actividades lúdicas y deportivas como montar en bicicleta o recorrer el parque a bordo del tren turístico. Os recomiendo pasear por la tarde, sin prisa, desde el antiguo puente de Serranos hasta el moderno l'Assut de l'Or, diseñado por Calatrava. Es un largo paseo de unos 3,5 kms. pero resulta agradable por el frescor del agua de los estanques, porque no hay coches y porque pasareis por algunos lugares característicos de la ciudad como el Palau de la Música o el Parque Gulliver (para niños), para terminar en la Ciudad de las Artes y de las Ciencias. Si estáis cansados podéis regresar en autobús.


6. Descubrir la Ciudad de las Artes y de las Ciencias


Bueno, pues ya hemos llegado a la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de Valencia (CAC), para mí, un imprescindible en la ciudad pero, que únicamente os recomiendo si disponéis realmente de tiempo suficiente ya que os llevará al menos un día completo la visita a todo el complejo. Se trata de una inmensa obra arquitectónica llevada a cabo por Santiago Calatrava a comienzos de este siglo para urbanizar la antigua desembocadura del Turia, una vez desviado su cauce. El complejo está formado por varios edificios y espacios con distintos usos; un museo de ciencias, un auditorio, una sala de cine IMAX, entre otros, y al final del todo el Oceanogràfic, el precioso acuario de Valencia. En caso de no disponer de mucho tiempo mi consejo es que paseéis por el entorno de la CAC y sólo accedáis al Oceanogràfic. Eso sí, comprad la entrada online para evitar largas esperas en taquilla. Merece la pena dedicar unas horas a observar especies de otras latitudes que, de otro modo, no podríamos ver y el espectáculo con los delfines es de lo mejorcito que he visto en zoos y acuarios. A los niños les encantará.

7. Merendar horchata y fartons


¿Cómo no vais a probar la bebida más popular de Valencia? con permiso del Agua de Valencia. Sí, la horchata, ese producto elaborado con chufas. En la ciudad los verdaderos entendidos la toman con fartons, un dulce de bollería alargado y con azúcar glaseado típico de Alboraya. Se dice que el fartón tiene esa forma para poder mojarlo con facilidad en el vaso de la horchata. Sobre el extraño nombre de esta bebida cuenta la leyenda que un día, mientras el rey Jaume I iba a caballo por la huerta valenciana, una campesina le dio a probar un zumo vegetal lechoso. En aquel preciso momento el rey, tras beberla, le dijo a la muchacha: “Açò és or, xata”, lo que significa en español: “Esto es oro, chata”. De ahí su nombre, “orxata” en valenciano, “horchata” en castellano. Sea como fuere el caso es que la horchata triunfó y hoy es una bebida muy popular tanto en Valencia como en el resto de España. La horchatería más antigua de la ciudad es la de Santa Catalina, se encuentra al lado de la Plaza de la Reina y tiene ya dos siglos de tradición.



Si duda, ha sido el gran descubrimiento de este viaje a mi parecer. La recientemente restaurada parroquia de San Nicolás puede resultaros algo difícil de localizar. Su recóndito acceso pasa desapercibido al visitante ya que el templo está encerrado en el interior de una manzana de casas al que se entra por el número 35 de la calle de los Caballeros, en pleno casco viejo de Valencia. Una vez dentro os aseguro que no os arrepentiréis de haberos detenido en este lugar. La iglesia cuenta con más de 2.000 metros cuadrados de frescos barrocos en sus muros y bóvedas que escenifican momentos de la vida de los santos Nicolás y Pedro. De verdad, creedme si os digo que yo me quedé una media hora con la boca abierta ante el despliegue de medios. Es apabullante pero precioso a la vez. Mejor que lo experimentéis vosotros mismos.



He de confesaros que los romanos son mi debilidad. Además tengo la suerte de vivir en España y así deleitarme con muchas de sus obras maestras de ingeniería y restos arqueológicos bien conservados. Valencia no iba a ser menos. Los restos de la antigua ciudad romana conocida como Valentia se encuentran justo a espaldas de la catedral. El Museo de l'Almoina ha sacado a la luz, en bastante buen estado, los restos de varios edificios administrativos, del foro romano y de las termas de la ciudad, así como el cardo y el decumano máximo que son las dos vías principales de cualquier ciudad romana. En una visita de una hora podréis pasear por las entrañas de esta ciudad creada en el año 138 a.C. e imaginar cómo se vivía en la antigua urbe romana.



Me diréis que l'Albufera no está en la ciudad de Valencia pero, ¿quién puede resistirse a una vuelta en barca por este tesoro natural a tan solo 20 minutos de la ciudad? La Albufera es el lago más grande de la Península Ibérica y un peculiar humedal en el que anidan miles de aves y especies acuáticas. Amén de los cultivos de arroz, disfrutareis de los paisajes de los que tanto hablaba Blasco Ibáñez en sus obras. Si os gusta la naturaleza podéis contratar un paseo en barca de unos 45 minutos en cualquiera de los embarcaderos que hallaréis a lo largo de la carretera que lo une con Valencia o en el pueblecito de El Palmar. Aquí lo típico es ver alguna barraca y probar las especialidades locales, a saber, la paella y el all i pebre, un guiso de patatas con anguila. Si os es posible acudid al atardecer, con la puesta de sol los colores del lago se vuelven realmente bellos. Además, apenas dista un kilómetro del mar. Entre ambos se extiende una lengua de arena repleta de dunas y pinos donde poder tomar el sol o darse un refrescante chapuzón en el Mediterráneo si el tiempo acompaña.

En definitiva, cómo suele decirse, ni están todos los que son, ni son todos los que están. Sin embargo, en mi humilde opinión estas son las 10 cosas que no hay que perderse en Valencia en una primera visita.

Susana

4 comentarios :

  1. Visitar Valencia ha sido una grata sorpresa. Estuve unas pocas horas en el viaje de fin de curso en 8º de EGB, subí al Miguelete y poco más, por lo que volver era una tarea pendiente. Me encontré una ciudad muy preparada para el turismo, con unos monumentos de primer orden como la Lonja de la Seda y la Iglesia de San Nicolas simplemente impresionantes. Os recomiendo realizar una visita guiada para introduciros de lleno en la ciudad, para así después visitar todas sus joyas de manera más tranquila. Susana gran artículo, fantásticas recomendaciones tanto de monumentos como gastronómicas, enhorabuena.

    ResponderEliminar
  2. Evidentemente estas son diez interesantes razones para visitar y disfrutar de Valencia. Siempre me ha gustado lo que he visto de esta maravillosa y deliciosa ciudad que cuenta con rincones preciosos para perderse.
    Una agradable propuesta Susana.

    ResponderEliminar
  3. Lo has clavado, Susana. Creo que estas 10 propuestas que mencionas en tu artículo son un buen resumen de lo que hay que hacer en Valencia. Visitar la Lonja, subir al Miguelete, tomar horchata con fartons y recorrer la Albufera en barca para tomar en El Palmar un arroz es un plan redondo.
    Muy completo tu artículo, Valencia tiene muchas opciones y un montón de cosas que ofrecer.

    ResponderEliminar
  4. Por supuesto que estas son diez razones imprescindibles para visitar Valencia. Además si se dispone de tiempo, añadiría el Palacio del Marqués de Dos Aguas y el Bioparc.

    ResponderEliminar

"