jueves, 4 de mayo de 2017

San Nicolás, la Capilla Sixtina de Valencia

En el casco viejo de Valencia podréis descubrir el maravilloso tesoro que guarda la Parroquia de San Nicolás sin necesidad de viajar hasta el Vaticano: sus hermosos frescos dedicados a San Nicolás y a San Pedro Mártir.

Retablo y decoración del altar mayor


Acceso a la Parroquia de S. Nicolás
Quizás pueda pareceros un tanto exagerado decir que se trata de la Capilla Sixtina valenciana pero, creedme si os digo que estaréis ante una auténtica obra de arte cuando visitéis el templo.

No es fácil encontrar esta iglesia, escondida al fondo de un estrecho pasaje que parte del número 35 de la calle Cavallers. Una vez traspasada la puerta la visión de todos sus muros ricamente decorados y los increíbles frescos que ocupan toda la bóveda del templo os dejará sin habla. 

Su construcción data del siglo XIII, cuando el rey D. Jaime I reconquista Valencia y los dominicos consagran el templo a San Nicolás. Posteriormente en el s. XV sufrió una ampliación quedando su estructura en una sola nave dividida en seis tramos en cuyos laterales se sitúan las capillas. Todo ello en estilo gótico. En aquellos años la pujante familia Borja, cuyos miembros eran destacados personajes de la sociedad valenciana y europea, estuvieron relacionados con San Nicolás, llegando incluso a tener como rector de la misma a Alfonso de Borja que más tarde sería nombrado Papa Calixto III.






Los frescos de la bóveda
En el s. XVII se renuevan las capillas al estilo barroco por parte del arquitecto Juan Bautista Pérez Castiel. Se pintan al fresco casi 2.000 metros cuadrados de techo, obra de Dionís Vidal, quien aprovecha al máximo la bóveda gótica donde se representan escenas de la vida de los Santos de la parroquia. Cabe destacar la extensión que abarcan los frescos de San Nicolás y la irregularidad de los techos que entraña gran dificultad a la hora de plasmar las pinturas, a diferencia de las de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina que sólo ocupan 800 metros cuadrados. Las pinturas repartidas por los seis lunetos que soportan la bóveda pueden dividirse en dos. Las de la derecha, de cara al altar mayor, están dedicadas a San Nicolás de Bari, mientras que las opuestas se consagran a San Pedro Mártir. A este último santo, muy venerado en Valencia durante la Edad Media, se le atribuye un milagro con un niño moribundo en este mismo templo.

A la izquierda Dionís Vidal y a la derecha Antonio Palomino
Resulta curioso contemplar la imagen del artista y su maestro, Antonio Palomino, quien diseñó los frescos, en el muro situado a los pies de la iglesia, al lado derecho del rosetón junto a San Lucas. Destaca también el mencionado rosetón gótico, realizado hacia 1455 a imagen y semejanza de la Estrella de David de la puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia.

Rosetón con la estrella de David
La iglesia se encontraba llena de visitantes y devotos. Como curiosidad os diré que es costumbre acudir a San Nicolás a pedir favores los lunes cada tres semanas que son los días de milagros en la ciudad. A esta tradición se le llama la Caminata de los tres lunes a San Nicolás.



La restauración de la parroquia de San Nicolás ha finalizado hace apenas unos meses y podemos afirmar con total seguridad que es uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica y decoración barroca que pueden admirarse en la actualidad.

Susana

3 comentarios :

  1. Pues mira que he estado varias veces en Valencia, pero no conocía esta iglesia.
    Me gusta mucho el rosetón, y son impresionantes los frescos. Queda anotada esta visita para la próxima vez que vayamos por allí.

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  2. Yo también he ido bastantes veces a Valencia y aunque si sabía de su existencia, no la conozco personalmente. La próxima ver que visite la ciudad, si puedo iré a verla para contemplar los espectaculares frescos del techo que aportan a la iglesia un valor incalculable.
    Un interesante lugar a visitar.

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  3. Me parece una auténtica maravilla, digna de admirar. Con las de veces que habré estado en Valencia y más teniendo allí a mis amigos que nos han hablado tantas veces de esta espectacular iglesia. La próxima vez que vayamos, no me iré sin conocerla.

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