Dresde, "La Florencia del Elba"

En febrero de 1945, las fuerzas aliadas bombardearon durante dos días la encantadora ciudad de Dresde, donde murieron miles de personas, y la mayor parte de sus edificios fueron convertidos a cenizas. La ciudad quedó fuertemente afectada por los bombardeos y dicen que el resplandor de las llamas era visible desde más de trescientos kilómetros de distancia. La destrucción de Dresde en la Segunda Guerra Mundial fue brutal e injustificable aunque, afortunadamente, gracias a la ayuda internacional y al trabajo del pueblo alemán, ha vuelto a recuperar la belleza perdida que le dio el sobrenombre de la “Florencia del Elba“.

Viajar a Dresde ha sido una experiencia muy valiosa para mí. Visite los lugares reconstruidos y al contemplarlos es difícil imaginar cómo esta ciudad fue la ciudad germana que más dañada resultó durante la guerra. Me sorprendió gratamente ver como todos los edificios históricos se han vuelto a levantar en estilo barroco, siguiendo los planos originales de la época e intentando no alterar en la medida de lo posible su estética. Aunque se utilizaron muchas de las piedras originales, es fácil distinguir lo reconstruido por la diferencia de las tonalidades.

 Dresde es la antigua capital del ducado de Sajonia

La ciudad alcanzó su época de mayor esplendor con Augusto I, “el Fuerte” hacia el siglo XVII y la gran mayoría de los edificios principales se encuentran en su centro histórico junto a la orilla del río Elba. Entre su riqueza artística encontraremos palacios, museos, teatros e impresionantes templos católicos y protestantes.

 Dresde posee las más impresionantes obras barrocas de toda Alemania

Uno de los monumentos más importantes es el Residenzschloss (Palacio Real), antigua residencia de los príncipes y reyes de Sajonia. En la actualidad, su interior alberga varias exposiciones y colecciones entre las que se encuentra el tesoro de los antiguos reyes sajones.

Palacio Real de Dresde 

Caballerizas Reales

Junto al palacio, el Fürstenzug, el “ Desfile de los Príncipes”, un mural con más de 24.000 azulejos de 102 metros de largo y 9,5 metros de altura. Se encuentra en plena calle y sobrevivió al bombardeo, tan sólo hubo que reparar algunas piezas. El mural representa a los monarcas de la casa de Wettin y es el mosaico más grande del mundo.

 El Desfile de los Príncipes

Aunque el monumento más conocido de Dresde es la Frauenkirche (Iglesia de Nuestra Señora), la iglesia luterana que fue totalmente destruida y cuyas ruinas se conservaron durante años en el mismo lugar como recuerdo de los horrores de la guerra. En 1994 comenzó su reconstrucción y en la actualidad es todo un símbolo de reconciliación.

Iglesia de Nuestra Señora

Interior de la iglesia 

Otro de los monumentos imprescindibles es el Palacio Zwinger, uno de los edificios de estilo barroco más famosos de Alemania. Dicen que Augusto I, “el Fuerte” se hizo construir este palacio tras un viaje a Francia. Se utilizó como invernadero de naranjos y era famoso por las fiestas que se hacían en su interior. En la actualidad se aprovecha para albergar varias colecciones de arte y ciencia de gran interés.





                                                                                                                                                            Loli