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Columnata del Mercado |
Cuenta la leyenda que en el siglo XIV, cuando se encontraba en una jornada de caza, el rey Carlos IV descubrió casualmente una fuente termal. Dicen que cuando perseguía a un ciervo, uno de sus perros cayó en un manantial de agua caliente, el propio rey probó las bondades del agua, introduciendo una pierna en el manantial sintiendo alivio en su rodilla con las propiedades curativas del agua termal y mandó construir allí mismo un pabellón de caza después, ordenó poblar la zona dando origen a la localidad de Karlovy Vary (El Balneario de Carlos).
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Balneario Imperial |
En la actualidad Karlovy Vary es una de las ciudades más visitadas de la República Checa. Se encuentra en un verde valle de gran belleza que se extiende a lo largo del río Teplá. En esta famosa ciudad balneario buscaron descanso y tratamientos termales grandes aristócratas y personajes ilustres como: Goethe, Casanova, Beethoven o Mozart, entre otros.
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Balneario de Elizabet |
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Casa en la que residió Mozart, en la actualidad convertida en hotel |
Entre los lugares para visitar en la ciudad se encuentran sus fuentes termales, cada una de ellas con una temperatura y propiedades diferentes. Están repartidas por las calles y en establecimientos termales, instalados en majestuosos edificios o protegidas por hermosas columnatas.
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Columnata del Molino |
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Columnata del Huerto |
Una vez en Karlovy Vary, tan sólo hay que seguir el curso del río para adentrarnos en esta elegante y pequeña ciudad. Veremos edificios renacentistas, barrocos y toda una gama de diseños eclécticos, en cuyos bajos hay tiendas de joyas, de ropa de marca, de cristal y souvenirs.
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Karlovy Vary es el segundo destino turístico de la República Checa |
Podéis beber de las fuentes si os apetece, aunque he de decir que el sabor no es muy agradable que se diga. Estas fuentes varían su temperatura que oscilan entre los 30 °C a los 72 °C y dicen que vienen muy bien para el aparato digestivo y la artrosis.
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Probando las aguas termales |
Seguramente os apetezca más disfrutar del dulce típico de Karlovy Vary: las obleas. Las encontrarás de muchos sabores diferentes - coco, vainilla, chocolate, avellana, fresa, etc. También hay un licor de hierbas muy famoso, el Becherovka que se produce aquí y, para los más caprichosos, alguna pieza del cristal de Bohemia de Moser, un auténtico lujo.
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Este géiser expulsa a la superficie agua a 73 °C de temperatura |
Karlovy Vary es también la sede de uno de los festivales cinematográficos más importantes de Europa donde se dan cita importantes estrellas de cine. Si vuestra visita coincide con este festival, quizás podréis ver a algún famoso en los alrededores del Grandhotel Pupp que es donde se alojan la gran mayoría. Este hotel también aparece en la película de James Bond, Casino Royale.
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El exclusivo Grandhotel Pupp |
Loli
Karlovy Vary parece un lugar muy cuidado y agradable. En nuestro último viaje a Praga estuvimos pensando en acercarnos a esta zona de aguas termales, pero al final dedicamos todo el tiempo a Praga. La próxima vez que vayamos intentaremos ir a esta ciudad balneario.
ResponderEliminarMy wife and I had a short Christmas holiday in the Czech Republic in December 2000. We spent a few days in Prague but also visited Karlovy Vary. We had lunch at the hotel Grandhotel Pupp.
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Mi esposa y yo tuvimos unas cortas vacaciones de Navidad en la República Checa en diciembre de 2000. Pasamos unos días en Praga pero también visitamos Karlovy Vary. Almorzamos en el hotel Grandhotel Pupp.
Interesante y preciosa localidad donde disfrutar de su maravillosa y elegante arquitectura. Una ciudad para dar un agradable paseo por sus calles, relajarse en cualquiera de sus balnearios o beber de sus manantiales naturales con propiedades medicinales, distintos sabores y temperatura.
ResponderEliminarSi se dispone de tiempo suficiente resulta una excursión interesante desde Praga.
Ya decía yo que me sonaba el hotel que aparece en las fotografías. Además de la mencionada película Casino Royale, lo habías visto antes en otros films. Es una preciosidad, así como toda la ciudad. No dudo del poder curativo de sus aguas medicinales pero, en mi caso, te aseguro que a esas temperaturas no las bebería como no fuera algún trago accidental en las piscinas. Sin embargo, sí que me apunto a probar el licor de hierbas típico de la zona. La República Checa no deja de sorprenderme día tras días. Gran artículo, Loli.
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